Petroglifos, castros y alquerques: el patrimonio que Arousa quiere poner en valor para dinamizar la economía

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Mónica Irago

La comarca que lidera el turismo en la cornisa cantábrica busca en su pasado un revulsivo que atraiga a propios y visitantes

21 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

O Salnés es un destino turístico bien consolidado. Año tras año, las cifras de visitantes que se acercan a la comarca demuestran el sólido atractivo de esta tierra con mar que debe afrontar un gran reto: evitar que las visitas en verano vuelvan la vida aquí asfixiante y conseguir generar atractivos que arrastren al turista hacia este rincón de las Rías Baixas durante todo el año. En esa búsqueda de elementos que permitan enriquecer la oferta, muchas localidades han abierto puertas al pasado, y desde los ayuntamientos se impulsan proyectos que recuperan o «ponen en valor» elementos patrimoniales que en ocasiones llevaban siglos olvidados.

El último ejemplo de conversión de un recurso patrimonial en un elemento de dinamización social y turística es la ruta de petroglifos que esta misma semana presentó el Concello de Vilagarcía. Un proyecto con el que la localidad presume de las piedras grabadas en la Edad del Bronce y que quedaron al descubierto en 2006: han tenido que pasar casi veinte años para dar forma a la ruta que los acercará al siglo XXI.

Los petroglifos de Vilagarcía están en O Xiabre. Al otro lado del monte, en Catoira, un grupo de aficionados a la historia han descubierto otros grabados rupestres cuyo proceso de catalogación aún no ha comenzado. El gobierno del nacionalista Xoán Castaño trabaja en ese asunto, sin perder de vista las Torres de Oeste, protagonista indiscutible de la historia local. Para ese recinto hay planes vinculados a los Next Generation que pasan por mejorar los accesos al recinto y establecer elementos de protección tanto para las torres, como para el tablero de juegos grabado en piedra descubierto en sus inmediaciones.

Puestos a hablar de grabados en piedra, el Concello de Meis tiene mucho que decir. Tras una serie de problemas derivados del proverbial minifundismo gallego, el Concello ha logrado por fin la cesión de los terrenos sobre los que se asientan los petroglifos de Outeiro de Crivo. «A nosa intención é limpar o entorno, mellorar o aceso cunha pasarela e instalar paneles explicativos», explica la alcaldesa Marta Girález (PSOE). Ese podría ser el punto de partida de un proyecto mucho más amplio, ya que en ese entorno hay «varias mámoas e outros petróglifos», elementos que podrían dar pie a una ruta como la de Vilagarcía.

Muy cerca, en Ribadumia, el Concello ha mirado hacia el Monte do Castro, y ha emprendido ya los contactos con la Xunta para lograr convertir ese yacimiento arqueológico en una zona de especial interés. «Temos varias hectáreas de terreo aí, nas que queremos ademais de poñer en valor o patrimonio arqueolóxico, facer un proxecto de recuperación do entorno coa plantación de árbores autóctonas», dice el alcalde David Castro (PP).

Otro regidor popular, el de Valga, también negocia con la Xunta la puesta en marcha de una intervención arqueológica en el entorno de Os Martores. «Queremos ver se atopamos a Prisciliano», bromea el Bello Maneiro, quien se ha dirigido también a Red Eléctrica Española, empresa que va a tender una red de alta tensión que cruzará el municipio, para que colabore en la financiación de una ruta que tenga como eje los petroglifos de Campo Redondo.

En Cambados, los ojos del Concello en materia patrimonial miran fijamente a San Sadurniño, donde las prospecciones realizadas hasta la fecha resultan de lo más prometedoras, desvelando la existencia de todo un complejo de construcciones enterradas que el Ayuntamiento, en colaboración con el CSIC, las universidades y la Xunta, aspira a excavar. Este será, según Liso González, el concejal de Patrimonio (BNG) el foco de atención durante este mandato, aunque no el único. Y es que el gobierno cambadés también mira hacia Sete Pías, donde ya se realizaron excavaciones que dejaron al descubierto un castro. La intención del Concello de Cambados es, en alianza con los ayuntamientos de Ribadumia y Vilanova, con los que confluye en ese entorno, realizar una puesta en valor de los restos encontrados en la zona. «O ideal sería facer unha intervención coordinada, a través da Mancomunidade», explica el responsable de Patrimonio en el ayuntamiento de Cambados.

El regidor popular de Vilanova, Gonzalo Durán, explica que en este 2023 su intención es seguir adelante con las excavaciones en busca del castro de Cálago: está intentado reunir los fondos precisos para continuar con las campañas que ya se realizaron en su día. Más allá de ese trabajo de sacar a la luz lo que sigue oculto, Vilanova destaca la inversión que se está realizando en O Cuadrante, la casa museo de Valle-Inclán, en la que se está invirtiendo medio millón de euros en subsanar los problemas de humedades que afectaban al inmueble.

Al otro lado del puente, en A Illa, las apuestas en materia patrimonial se concentran este año en continuar rescatando el pasado conservero de la localidad. Alrededor del Museo da Conserva se han ido creando distintos productos que pronto podrían incluir una nueva ruta.

En Pontecesures, el interés del Concello en el ámbito de la recuperación patrimonial se focaliza en recuperar el viejo proyecto de la Cerámica Celta.