Básket Club o el triunfo de la coherencia

José Ramón Alonso de la Torre
J.R. Alonso de la torre REDACCIÓN / LA VOZ

AROUSA

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Tras las decepciones de Arousa y Cortegada, el BBC ha ascendido con jugadores de la casa

08 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En Vilagarcía, casi todos tenemos recuerdos relacionados con el baloncesto, algún hijo, algún nieto, nosotros mismos… En la Badalona gallega, el baloncesto es el deporte base por excelencia y el que más éxitos nos ha deparado con el equipo femenino del Cortegada jugando en la más alta división del baloncesto femenino español. Mi hijo jugó al baloncesto en el Liceo Marítimo y hasta tiene su recuerdo de guerra: se partió dos dientes al chocar contra una canasta.

Yo mismo formé parte de la gran familia vilagarciana del baloncesto cuando entrené, años 80, en partidos amistosos al equipo del Instituto de Fontecarmoa; cuando fui miembro del Comité de Competición de la Federación Arousana de Baloncesto, que entonces presidía José Luis Renda; y no olvido aquella revista de baloncesto, en los tiempos gloriosos del Inelga en la liga EBA, años 90, donde escribía una sección titulada «Misa, baloncesto y paella», resumiendo así la actividad mañanera y dominguera del vilagarcianismo fetén.

Además de haber disfrutado del baloncesto femenino de élite, tenemos también nuestras figuras egregias del básket: el director deportivo del Breogán, Tito Díaz; el entrenador y director deportivo de equipos y selecciones, Alberto Blanco; el preparador de la selección española de baloncesto, Jordi Aragonés… Otras guindas que coronan la vocación vilagarciana por el baloncesto son el torneo EncestaRías, preludio anual de la mejor liga de Europa, la ACB, y el ciclo superior de baloncesto en el Instituto de Fontecarmoa.

Pero lo que convierte a Vilagarcía de Arousa en la perla gallega del baloncesto no son estos éxitos, ni tan siquiera el haber tenido equipo en lo que hoy es la Liga Femenina Endesa, sino que todo se ha hecho desde la base y algo fundamental: la virtud de la constancia. Cuántas ciudades han tenido incluso equipo en ACB (Huelva, Gijón) y luego han perdido fuelle por no perseverar.

Y cómo olvidar el glorioso final de siglo, cuando Miguel Ángel González, primer director del instituto de Carril al fundarse en 1986, creó e impulsó la Agrupación Deportiva Cortegada, que llegó a tener a 400 niñas jugando a baloncesto y nos sorprendió y enorgulleció a todos cuando ascendió a la división de honor con un equipo de diez posadolescentes liderado por Siña Abeijón, la más veterana con solo 24 años.

Las llamaban guisantes porque su equipación era de color verde, las pellizcaban en la zona cuando jugaban contra señoras de 30 años, las amenazaban en el fragor bajo canasta, pero ganaban. Aunque lo mejor es que el baloncesto femenino sigue ahí, incansable 40 años después porque lo importante en Vilagarcía no es llegar a la élite sino partir de la base, fomentarla y, si sale una generación excelente, se asciende y si no, pues se sigue jugando y disfrutando.

Fruto de esa filosofía fue la fusión de las canteras del BBC, el Liceo Marítimo y la AD Cortegada en 2014. Recuerdo una conversación con Álvaro Monteagudo, uno de los impulsores de la fusión y del proyecto, en la que mi antiguo alumno me explicaba con pasión la filosofía de aquel empeño: no obcecarse con ascensos, convertir el baloncesto y el deporte en una filosofía vital, en una suerte de educación, en un impulso de superación. Y así ha sido.

En un principio, el espíritu de aquella fusión fue apostar por la cantera. Baloncesto de base, trabajo continuo, cuatro días de entrenamiento a la semana y ni un ápice de cuento de la lechera, nada de obsesionarse con ascensos ni élites. Pero cuando los entrenadores se percataron de que venía una generación de niños con grandes aptitudes, empezaron a valorar la posibilidad de darles salida y continuidad, de abrir camino para que cuando esos cadetes crecieran, tuvieran la oportunidad de jugar en un equipo sénior. Y así fue como nació lo que hoy es el Sigaltec CLB (los nombres de los equipos de baloncesto vilagarcianos son muy industriales, muy tecnológicos: Inelga, Sigaltec).

La verdad es que llevábamos un fin de temporada muy sufrido. Las decepciones se sucedían. El Arousa había perdido la oportunidad de jugar el Play Off de ascenso a Segunda RFEF en el último partido, el Mariscos Antón Cortegada no pudo ascender a pesar de haberse traído la fase final de ascenso a Vilagarcía y el Sigaltec CLB perdió su primera oportunidad de ascenso frente al Ulla Oil Rosalía. Pero a la cuarta ha sido la vencida y Vilagarcía ha disfrutado, ¡por fin!, con la alegría de un ascenso a Tercera FEB, la cuarta categoría del baloncesto masculino español. Eso sí, ha tenido que ser en Valladolid porque esta temporada parece que jugar en Vilagarcía para ascender ha sido más un hándicap que una ventaja.

Con el Cortegada en Liga Femenina 2, tercera categoría tras la Liga Femenina Endesa y la Liga Femenina Challenge, el empeño vilagarciano por el baloncesto base recoge unos frutos que se completan con el ascenso del segundo equipo masculino del BBC, en su primer año de Tercera, a Segunda Autonómica. Aunque lo fundamental es que esos ascensos se han conseguido desde la base, con jugadores de casa. La verdadera hazaña no ha sido subir a Tercera FEB, sino hacerlo con jugadores que comenzaron en el club en equipos de minibásket. Eso es deporte, eso es coherencia y eso es triunfar.