Mayo, el mes de las reservas veraniegas

José Ramón Alonso de la Torre
J.R. Alonso de la torre REDACCIÓN / LA VOZ

O GROVE

MARTINA MISER

Un apartamento en Vilagarcía en agosto no se consigue por menos de mil euros la semana

07 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El turista previsor reserva en mayo las vacaciones de agosto. Es el momento de llamar a agencias inmobiliarias, dirigirse a particulares o buscar en aplicaciones como Holidu, Booking o Air B&B un apartamento o una casa para disfrutar de una semana de tranquilidad, temperaturas soportables y actividades tan reconfortantes como el baño, el paseo por la orilla del mar o las terracitas gastronómicas.

Hemos hecho una prueba de alquiler escogiendo la segunda semana del mes de agosto, del 7 al 13, para relajarnos en Arousa y aún se pueden encontrar apartamentos, pisos e incluso villas lujosas con piscina. Empezamos buscando algo interesante en O Grove y nos llama la atención que la media de alquiler en esa semana oscila mucho: entre los 500 y los mil euros, una cantidad semejante a la que se pide en Cambados, Vilanova o A Illa. En Vilagarcía, sin embargo, los precios suben y es difícil encontrar un apartamento por menos de mil euros la semana. Están disponibles, incluso, algunos chalés por entre 2.000 euros, en Fontecarmoa, y 4.400 en Renza.

En la ría, ha estallado la fiebre del alquiler de pisos y casas y los alojamientos turísticos particulares son tan abundantes que se están convirtiendo en un problema en ciudades con mucho tirón como Santiago o Toledo. También aquí será uno de los temas municipales de la próxima legislatura en los ayuntamientos arousanos. ¡Qué tiempos aquellos en que había algunos apartamentos en la playa de Compostela, otros pocos en A Toxa, cuatro chalés en San Vicente y poco más! La primeras construcciones en esta zona de O Grove fueron las de la urbanización «San Vicente do Mar», que fue impulsada en 1968 por Miguel de la Cierva, hermano del controvertido escritor y político del franquismo Ricardo de la Cierva, aquel que avisó de que Adolfo Suárez sería un fracaso con su famoso artículo: «No es esto, no es esto». En 1971, se constituyó una segunda urbanización llamada «Pedras Negras», cuyo promotor fue César Ouro.

A finales de los años 90 del siglo pasado, San Vicente de O Grove era el lugar más clásico de veraneo de Arousa: 600 viviendas entre chalés y apartamentos que alojaban en agosto a 2.500 turistas. Por allí tenía casa el conselleiro Cuiña y la alquilaba el líder socialista Miguel Cortizo. Los veraneantes de Pedras Negras eran y son sobre todo madrileños, compostelanos, ourensanos y lucenses.

Aunque un buen día te podías encontrar un helicóptero que aterrizaba en un chalé y al día siguiente te cruzabas con el entonces presidente de Castilla La Mancha, José Bono, que pasaba agosto en la casa de un familiar de su entonces esposa y navegaba en el yate de ese mismo familiar, el más grande que atracaba en Pedras Negras. Otro político de pro que caía cada verano por San Vicente era José Luis Baltar, a la sazón, presidente de la Diputación de Ourense, con casa propia en la urbanización grovense.

También en San Vicente había y hay una peña importante de médicos y profesores de la facultad de Medicina que compraron chalé en los 70 y desde entonces no faltaban a su anual cita veraniega. Era el caso de Nicolás García Soto, Chicho Potel, Pedro García Ciudad, Gonzalo Pintos Díaz, el doctor Belmonte o la doctora Carmen Porto.

Hace 25 años, alquilar en Pedras Negras durante el mes de agosto costaba 300.000 pesetas (1.800 euros) al mes si se trataba de un apartamento con tres habitaciones y sobre medio millón de pesetas (3.000 euros) si se trataba de un chalecito. Luego estaba la posibilidad de comprar. En 1997, en la urbanización estaban a la venta 29 chalés adosados con tres dormitorios, dos baños y un aseo, salón, cocina y piscina opcional desde algo más de 20 millones de pesetas (120.000 euros).

El otro lugar histórico del veraneo glamuroso era la Illa de A Toxa, por cuyo Beach Club, o sea, la piscina, se veía al ya exdirector de TVE José María Calviño, padre de la ministra Nadia Calviño. Algo que apreciaban los famosos de entonces era que veranear en la ría permitía ir al mercado a comprar pescado o salir a tomar un albariño a una terraza sin que nadie los acosara, ni curiosos ni paparazzis.

Después estaba la parte popular, el placer de tomar el aperitivo en locales tan castizos y entrañables como O Lavandeiro, donde podías coincidir con la popular Maruja, campaneira, repartidora de esquelas, vendedora de sardinas y de collares... Todo un personaje. Maruja cobraba en sus tiempos tres mil pesetas por cada muerto. Mil por tocar las campanas y dos mil por repartir las esquelas. Después compraba las sardinas a los pescadores de Cambados y las revendía en O Grove. Acabó colocando collares de conchas a los turistas.

Como ven, entre O Grove y Vilagarcía había y hay un paisaje y un paisanaje que merecen la pena. Veranear aquí tenía su gracia en los tiempos del balneario y del Casablanca y sigue teniéndola hoy. Sanxenxo es bonito y tiene mucho encanto y mucha pose, pero la esencia del veraneo está en este tramo de costa entre San Vicente y Catoira, donde la tranquilidad, la belleza, el entretenimiento y el anonimato están asegurados. Ahora, en mayo, es el momento de reservar para veranear en el paraíso.