Una inesperada ESAD en Valga

José Ramón Alonso de la Torre
J.R. Alonso de la torre REDACCIÓN / LA VOZ

VALGA

MONICA IRAGO

Es complicado crear una escuela superior de teatro, pero hay que contar con el factor Bello Maneiro

24 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Una ESAD en Valga?, se preguntan sorprendidos primero e incrédulos después mis excolegas directores de las ESADs españolas. No entienden que un pueblo de 5.700 habitantes aspire a contar con una Escuela Superior de Arte Dramático, pero yo les aclaro que no se trata solo de un pueblo pequeño, sino de un alcalde llamado Bello Maneiro, que consigue casi todo lo que se propone. «Hace nada, se le metió en la cabeza crear el Centro Superior de Música de Valga, nadie en el mundillo docente de la música daba un duro por tamaño empeño y ya veis, ahí está y los padres de la comarca ya no tienen que viajar todas las tardes con sus hijos hasta el Conservatorio Superior de Santiago», les explico y les hago dudar.

En España, hay ESAD, o sea, Escuela Superior de Arte Dramático, en Vigo, Gijón, Bilbao, Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca, Murcia, Málaga, Córdoba, Sevilla, Cáceres, Valladolid, Cuenca, Madrid y Canarias. La de Canarias tiene dos sedes, una en Santa Cruz de Tenerife y otra en Las Palmas de Gran Canaria. La RESAD de Madrid está amparada desde sus inicios por la Corona: es la Real Escuela Superior de Arte Dramático. La de Barcelona se encuentra enmarcada en el Institut del Teatre, que incluye otras especialidades artísticas, además de contar con estudios de Bachillerato.

Más allá de estas escuelas superiores públicas, existen multitud de escuelas privadas, aunque pocas permiten acceder al título oficial de grado en Arte Dramático, una titulación superior de rango universitario. Entre esas oficiales estarían Eolia, en Barcelona, y la que fundó y dirige Antonio Banderas en Málaga. La más antigua es la RESAD madrileña y la sigue en antigüedad la de Murcia, que junto con las de Cáceres, Barcelona y Bilbao comparten su edificio con los estudios de Danza. Las últimas en crearse han sido las de Cáceres, en 2009, y después nacieron las de Bilbao y Cuenca. Si se fijan, todas estas escuelas de teatro se encuentran en ciudades de alrededor de 300.000 habitantes o más, excepto Cáceres, que ronda los 100.000 y Cuenca, que tiene 53.000.

Hay ciudades grandes como Zaragoza que llevan años intentando crear una ESAD, pues Aragón es la única comunidad autónoma no uniprovincial donde no existen estudios reglados de teatro, sin embargo no son capaces porque crear una ESAD es complicado y más con la nueva Ley de Enseñanzas Artísticas.

En las ESADs, se pueden impartir diferentes especialidades: Interpretación Textual e Interpretación Gestual, Dirección Escénica y Dramaturgia, Escenografía, Teatro de Objetos y Teatro Musical, últimamente muy demandada por el gran éxito que tienen los musicales. Esta última especialidad se puede estudiar en Madrid, Barcelona, Murcia y Málaga.

Los titulados en Arte Dramático, que acceden a las escuelas tras una prueba de selección, no solo pueden ser actores o directores teatrales, sino que pueden hacer el Máster de Educación como cualquier graduado en Filología, Historia o Biología para acreditarse como profesores de Secundaria. Pueden aspirar a ser funcionarios del grupo A, hacer una tesis doctoral, etcétera. Sus estudios están dentro del Plan Bolonia, sus alumnos disfrutan como cualquier universitario del proyecto Erasmus y para obtener el título, han de hacer el famoso TFG o Trabajo de Fin de Grado.

Tengo experiencia en este tema porque puse en marcha la ESAD de Extremadura en 2009 y fui su director desde su inauguración hasta el pasado septiembre, que me jubilé. Cuando empecé, las ESADs estaban en un limbo pues siendo estudios superiores, estaban encuadrados en el ámbito de unas enseñanzas de régimen especial dentro de la Secundaria. Sus alumnos aspiraban a becas de manera diferente a los universitarios y sus profesores tenían el mismo sueldo y horario que los de instituto y si bien no se les exigía ser doctores, también es cierto que tutorizaban y corregían trabajos de fin de grado y firmaban títulos superiores.

Esta situación iba a cambiar el día que Pedro Sánchez convocó las últimas elecciones generales. Esa mañana, el Congreso iba a aprobar la nueva Ley de Enseñanzas Artísticas, pero no pudo ser, manteniéndose así una maldición que persigue a estas enseñanzas superiores de teatro, danza, música, diseño, restauración, etcétera. Tras formar nuevo gobierno, la ley ha sido aprobada y con ella, estas enseñanzas alcanzan (cuando la ley sea sancionada por las Cortes) la dignidad que merecen y que tienen en Europa, aunque esto puede dificultar la creación de la ESAD de Valga. Por un lado, las becas de estos alumnos se equiparan a las de los universitarios, pero también se establecen unas exigencias para el profesorado como el hecho de que sean doctores, etcétera.

Los problemas que puede encontrar la creación de una ESAD en Valga es que no existe ninguna provincia en España con dos ESADs públicas y en cuanto a regiones, solo en Andalucía hay más de una. Son estudios caros pues precisan de mucho profesorado para pocos alumnos: en torno a 12-14 por aula. Y sus instalaciones han de ser amplias y complejas: aula de caracterización o maquillaje, espacios para clases de esgrima y acrobacia, varias aulas grandes para interpretación y danza, aulas de música y canto (aunque estas ya existen en Valga), talleres de escenografía, almacenes, etcétera. Aunque si tenemos en cuenta el factor Bello Maneiro, todo es posible en Valga.