El Liceo Casino liquida su sección de vela tras más de medio siglo de historia

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

El club vende el material que le quedaba a una empresa dedicada a la formación náutica

18 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La histórica sección de vela del Liceo Casino de Vilagarcía quedará relegada en cuestión de días a los registros de las federaciones del ramo, libros sobre la materia, y la memoria de los que puedan recordar, en todo o en parte, la trayectoria de una entidad que hinca sus raíces en el Club de Mar, fundado en 1951. La directiva liceísta ha procedido a la venta del material de entrenamiento y competición que todavía figuraba entre su patrimonio, en desuso tras el cese del grueso de la actividad de su sección hará unos cinco años. El comprador, una firma viguesa dedicada a la gestión de escuelas de vela, que desde la semana pasada está retirando cascos, mástiles y velas del espacio alquilado por el club Depornáutic en el muelle de Pasajeros de Vilagarcía.

El presidente del Liceo Casino, Antonio Castro, confirmaba ayer la que es la liquidación material de una sección laminada de facto al poco de la llegada de su predecesor, Alfonso Saavedra, a la presidencia de una sociedad en declive. Destino del que escaparon otras disciplinas históricas del brazo deportivo de la entidad como el baloncesto, integrado hoy en el proyecto CLB, o el tenis de mesa. Y ello, después de que los responsables del Depornáutic, el proyecto gestionado desde la pasada primavera por padres de exintegrantes del piragüismo y la vela liceístas, intentasen sin éxito reflotar ambas actividades desde el club, consiguiéndolo tan solo con el deporte de la pala.

Así, Antonio Castro explicaba ayer que «nosotros habíamos llegado a un acuerdo con Depornáutic por el que les cedíamos el material de piragüismo y de vela a cambio de su mantenimiento, para que pudieran seguir con ambos deportes. Pero nos dicen que les resulta inviable reflotar la vela, y que no pueden mantener el gasto del alquiler de las parcelas del puerto para guardar el material». Ante esta situación, apunta Castro, el Liceo encaró «una cuestión de racionalidad. Nosotros no podemos mantener una cosa que no podemos pagar. Ya no había actividad de vela, y estamos en la situación en la que estamos». ¿Solución? La venta de un material que, sostiene el presidente, «en su mayoría es para desguazar; fundamentalmente cascos viejos de 420, algún Omega... Lo único que valía un poco la pena eran los Optimist, aunque solo había nueve completos. El Liceo no está en disposición de pagar un espacio de almacenaje de un material que acabaría estropeándose. Lo poco que quedaba aún tenía un valor. Y en este punto, ¿qué haces?», se pregunta con respuesta Castro.

De una flota olímpica y medallistas nacionales a la nada en tiempo récord

La vela y el muelle de Pasajeros llevaban íntimamente ligadas desde que en el año 1967 el Club de Mar inauguraba su instalación en el emplazamiento portuario. Un Club de Mar, fundado en 1951, que desde muy pronto empezó vio despuntar a sus regatistas en la vela de competición, sirviendo de germen a la sección del Liceo Marítimo en 1997. Por la escuela liceísta, conveniada con el Concello de Vilagarcía, pasaron durante una docena de años más de un millar de alumnos, entre ellos los futuros oros olímpicos Antón Paz y la ourensana Támara Echegoyen, primeros medallistas masculino y femenino de la vela gallega en unos Juegos.

El cambio de siglo trajo la era dorada a la sección liceísta. Los podios, autonómicos, pero también nacionales, empezaron a sucederse en las clases de iniciación y preolímpicas, sobre todo en la Cadete y 420. Una labor formativa reconocida en el 2003 con la elección de la cantera liceísta como la mejor escuela de Galicia ese año. Durante un par de temporadas el vilagarciano figuró como el segundo mejor club en el ránking autonómico, aún sin contar entonces con una flota de cruceros, tirando solo de su propuesta de vela ligera y de iniciación.

El título de Antón Paz junto al pontevedrés Fernando Echavarri en las aguas chinas de Quingdao en el 2008 abrían la que parecía llamada a ser una nueva fase de crecimiento del Liceo, que apuntaba a hacerse un hueco entre los clubes de referencia de la vela española. Con Álvaro Paz, padre de Antón, en la presidencia de la entidad, el campeón olímpico regresó en diciembre del 2009 al club desde el R.C.N. Sanxenxo para encabezar un equipo de clases olímpicas único en Galicia; con el 49er que acababa de montar con su hermano Antón, Támara Echegoyen y su Elliot 6m mirando a Londres 2012, 470, Finn... Y además, 30 Optimist, 15 Cadetes, media docena de 420, un campeón de España y del Mundo de la Clase Platú... Con la llegada de Alfonso Saavedra a la presidencia del Liceo en febrero del 2010 la vela viró su proa dirección puerto.

El adiós sin respuesta de Echegoyen tras su oro en los Juegos

El 11 de agosto del 2012 Támara Echegoyen se colgaba en Weymouth la medalla de oro como única campeona olímpica de la historia de la clase Elliot 6m. Lo hacía bajo la grímpola de España, y con licencia federativa de la sección de vela del Liceo. Solo dos meses después la ourensana afincada en Pontevedra anunciaba su marcha del club ante la, explicó, indiferencia de su directiva, de la que afirmó llevar dos años sin noticias. Nadie en el Liceo, ni en el Concello dirigido por Tomás Fole, consideró tributarle reconocimiento alguno.