Tras ser detenido, el sospechoso del crimen mantuvo una actitud altiva y desafiante, pero aconsejado por su abogado, acabó confesando y propició que los agentes encontraran el cadáver de la joven
13 mar 2018 . Actualizado a las 22:21 h.El principal sospechoso del caso Diana Quer fue detenido el viernes 29. El rianxeiro Enrique Abuín Gey, el Chicle, fue arrestado junto a su mujer tras ser denunciado por un intento de rapto en Boiro el día 26.
Esa acción policial fue decisiva para la investigación de la desaparición de la joven madrileña y acabó conduciendo al hallazgo de su cuerpo.
Desde su detención, un viejo conocido de las fuerzas del orden en la comarca de Barbanza, el Chicle mantuvo una actitud arrogante y «brava», y guardó silencio. No colaboraba en los interrogatorios. Pero algo cambió a lo largo del sábado 30. Se quedó sin coartada tras cambiar su mujer, Rosario Rodríguez, una declaración que había hecho ante la Guardia Civil diciendo que en la madrugada de aquel 22 de agosto del 2016, cuando desapareció Diana, estuvo junto a él toda la noche.
Él supo que había caído este escudo (al Chicle le mostraron, de alguna manera, la declaración de su mujer). Entre los integrantes de la UCO hay interrogadores de gran experiencia, maestros en el manejo de los tiempos y las estrategias para que los sospechosos cambien de actitud. En este caso lograron su objetivo ayudados por la intervención del abogado de Abuín Gey.
El penalista coruñés Ramón Guerra recomendó a su defendido que colaborara para que en el futuro, de cara a una posible sentencia, tuviera algo a su favor. Y se produjo el viraje. Su declaración condujo a los investigadores a la nave abandonada de Asados, Rianxo, donde estaba el cuerpo. De madrugada, pasadas las cinco y media, Enrique Abuín Gey, el Chicle, pasó de ser investigado por la desaparición de Diana Quer a autor confeso del crimen de la joven madrileña.