Un conductor se estrella contra una rotonda tras chocar con dos coches y dice que parece borracho por el impacto

Christopher Rodríguez
CHRISTOPHER RODRÍGUEZ RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Imagen de archivo de la rotonda de Padín, en Ribeira.
Imagen de archivo de la rotonda de Padín, en Ribeira. CARMELA QUEIJEIRO

Un agente tuvo que sujetarlo para evitar que se cayese cuando trataba de emprender la huida

04 mar 2025 . Actualizado a las 13:57 h.

La sección sexta de la Audiencia Provincial ha condenado a un hombre por no querer realizarse el test de alcohol tras protagonizar un rocambolesco accidente en Ribeira. La sala confirmó el criterio del Juzgado de lo Penal número 2 de Santiago de Compostela, que vio al conductor responsable de un delito contra la seguridad vial y otro de negativa a someterse a las pruebas de alcoholemia.

Los hechos ocurrieron entre las 23.15 y las 23.45 horas del 16 de noviembre del 2019. En ese intervalo, el acusado circulaba por el centro de Ribeira a los mandos de un Opel Astra. Según la sentencia, lo hacía bajo la influencia de bebidas alcohólicas que mermaban de forma notable su capacidad para conducir, poniendo en peligro la seguridad del tráfico.

Fruto de esto, tenía una conducción errática que derivó en colisiones contra dos coches que estaban debidamente estacionados en la calle Cordieiro. Asimismo, su forma de circular causó que varios particulares alertasen al 112. Tras chocar con los turismos, prosiguió su marcha hasta estrellarse frontalmente con la rotonda de Padín, en la que confluyen la calle Lepanto, la avenida de Ferrol, la calle de Galicia y la avenida de A Coruña.

Múltiples síntomas

Además, en el fallo se recogió que, tal y como pudieron comprobar los agentes desplazados hasta el punto, el conductor tenía la capacidad para andar «seriamente afectada», hasta tal punto que le costaba mantenerse de pie. De hecho, un policía tuvo que sujetarlo para que no se cayese al suelo cuando trataba de huir.

En el atestado también quedó reflejado que tenía síntomas tales como vestimenta con olor a alcohol y desarreglada, ojos rojos, comportamiento agresivo y amenazador, habla pastosa y expresión verbal a gritos. Cuando fue requerido para practicarle la prueba de alcohol, se negó de forma reiterada. Por estos hechos fue condenado a cuatro meses de cárcel, así como a dos años y nueves meses sin poder conducir vehículos a motor.

Ante esta resolución, el conductor presentó un recurso en el que alegaba que no existían pruebas de que hubiese consumido bebidas espirituosas. Atribuyó los síntomas apreciados por los agentes a las consecuencias del impacto y a haber dormido poco.

Sin embargo, la Audiencia Provincial no aceptó sus argumentos. Concluyó que las declaraciones de los policías fueron claras y concluyentes, además de que nada indicaba que su actitud tuviese que ver con el golpe. En cambio, valoró que el consumo de alcohol estaba reforzado por el siniestro y la conducción errática. Por ello, confirmó el fallo.