Maricarmen Vila en Carballo o Roque en Vimianzo: ellos serían alcaldes según el 23J

En Carballo, Maricarmen Vila (PSOE). En Vimianzo, José Manuel Rodríguez Blanco, Roque (PP). En Cerceda, David Lamas (PP). En Zas, David Gómez (PP). En Muxía, Sandra Vilela (PP). En Camariñas, Paula Mouzo Mas (PP). En Fisterra, Luis Insua (PP). En Corcubión, Manuel Insua (PSOE). Hasta ocho alcaldías cambiarían de manos en la Costa da Morte si se extrapolasen a las municipales del 28 de mayo los resultados de las elecciones generales del pasado 23 de julio. Todos los mencionados serían ahora mismo alcaldes de sus respectivas localidades, o tendrían serias opciones de serlo.

Seis bastones de mando acabarían en manos populares y las dos restantes, en las socialistas. Lo paradójico es que el BNG, que gobierna con gran holgura en Carballo y Zas, quedaría como fuerza meramente testimonial dentro del panorama político de la comarca. En la capital de Bergantiños, el BNG volvió a tirar de rodillo el 28M y se convirtió en la fuerza más votada. Los nacionalistas se consolidaron como uno de los bastiones de Ana Pontón. Evencio Ferrero no solo reeditó gobierno, sino que ratificó su mayoría absoluta con trece ediles, frente a los 6 del PP y los dos del PSOE. Unos resultados que, según la Ley D’Hondt, serían diametralmente diferentes si se tuvieran en cuenta los votos logrados por las formaciones en litigio el domingo 23. Así, el PP obtendría 10 actas y sería la fuerza más votada, por 6 del PSOE, 3 del BNG y 2 de Sumar. Pero a Rubén Lorenzo no le bastaría para ser mandatario. Sí le valdría a Mari Carmen Vila, que precisaría de los apoyos de nacionalistas y Sumar para hacerse con el sillón de mando.

En Vimianzo, el ex del PSOE y de Terra Galega y actual portavoz del PP, José Manuel Rodríguez, Roque, sería, con el escrutinio del 23J el claro mandatario en la capital de Soneira, con ocho actas. Mónica Rodríguez se quedaría con 4 y el BNG, con una. Pero la realidad es bien diferente. El 28 de mayo, el PSOE literalmente arrasó con 10 actas, mientras que Roque apenas tuvo una acta, precisamente la suya.

En Zas, el nacionalista Manuel Muíño pasaría a la oposición sin discusión alguna en favor del conservador David Gómez Brandariz. Y en Muxía se acabaría de un plumazo el galimatías político. Sandra Vilela no tendría que romperse la cabeza con independientes ni con el BNG porque obtendría seis concejalías. El PSOE de Iago Toba se quedaría con 4 y el BNG, con 1.

Esta extrapolación de datos dejaría un escenario claramente marcado en azul en la Costa da Morte. Así con los resultados del pasado domingo, el PP cosecharía 12 alcaldías en la comarca: A Laracha, Malpica, Cerceda, Coristanco, Laxe, Cabana, Ponteceso, Vimianzo, Camariñas, Zas, Muxía y Fisterra. El PSOE, las 4 restantes: Carballo, Cee, Dumbría y Corcubión. Pero la realidad dice que el PSOE y el BNG aguantaron en las municipales el tirón del PP. Algo tendría que ver, y mucho, el hecho de que el 28 de mayo se votó a la persona y no a las siglas.

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