Plantean un camino de peregrinación por las Romarías do Mar de la Costa da Morte

Patricia Blanco
P. Blanco CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

Bajo el proyecto «Nove Mares», de la Fundación Eduardo Pondal, se abordaron vías de futuro para estas fiestas

04 mar 2024 . Actualizado a las 08:41 h.

La Costa da Morte está surcada de caminos. La ruta jacobea a Fisterra y Muxía, la Vía Mariana, la Vía Céltica o el itinerario entre los faros de Malpica y Fisterra son algunos de ellos. Pues bien, quizás una nueva forma de acercarse al territorio podría ser Romarías do Mar, un camino de peregrinación a las romerías de esta comarca, incluso con credencial propia. El impulso de este recorrido fue una de las ideas que quedó sobre la mesa en la jornada de conclusiones del primer foro del proyecto Nove Mares, promovido por la Fundación Pondal financiado por el Galp Costa da Morte e iniciado el 24 de febrero en Caión. Versaba, precisamente, sobre romerías en el territorio comprendido de A Laracha a Muxía —nueve municipios, otros tantos mares—. Esa credencial, se sopesó, no tendría por qué ser una clásica tarjeta a cuñar, sino incluso un collar o pulsera, de artesanía comarcal, a la que ir añadiendo cuentas en cada romería, hasta completar la peregrinación.

Hay romerías muy vivas y otras con tradición de siglos que van a menos. Con ellas sus rituales. Abalar a pedra, nueve vueltas a un carballo, agua milagreira para males cutáneos... O los milladoiros de los Milagres de Caión, que pocos recuerdan. Fue el de este sábado un foro intergeneracional, en el que, con el foco puesto en la identidad, se habló de nuevas necesidades y futuras vías a tomar, como así recoge el filólogo Xosé Manuel Varela, encargado de hilar las ideas a modo de acta.

ANA GARCÍA

«Actividades creativas en común» fue la propuesta de Esteban Blanco, de Arume de Caión, freno a una sociedad que peca de individualidad. También Javier Couto, técnico de Turismo pontecesán, habló de trabajo asociativo con vocación comarcal, y Rosa Sánchez, ADL de Vimianzo, apuntilló la importancia de que la sociedad se articule en torno a ciertos temas. Por qué no, la gestión de fiestas y romerías, que son algo a trabajar desde la base, en una transmisión de la importancia de su patrimonio material e inmaterial. Trabajarlo en las escuelas, en el tejido local o en la formación de agentes de dinamización turística, gestando divulgadores que puedan conducir visitas guiadas a las romerías tanto en su día de celebración como el resto del año, al espacio donde se celebran. He ahí, por tanto, un posible «nicho de traballo».

Las romerías deben nutrirse de juventud, y de futuro, y eso a veces pasa por innovar mirando en el pasado no tan lejano. Se habló, por ejemplo, de recuperar un servicio de transporte colectivo a ellas, promovido incluso desde Mobilidade, como apuntó Adrián Varela, organizador de las Festiletras. Lo hubo, por iniciativa privada, en Brantuas o San Fins.

Más día y menos noche

La atracción de nuevos públicos y la reducción de «impactos medioambientais» —cantidades ingentes de basura— y «desfases horarios» podría pasar asimismo por un nuevo modelo de programación. Distinto al de la orquesta nocturna: «Vivir máis de día e menos de noite», sobre todo en el contexto de la actual moda de sesiones vermú largas y tardeo. Romerías para todos, inclusivas. Como ejemplo, la participación del caionés Marcos Emilio Amado, en silla de ruedas, en la danza impulsada desde hace dos años por el Carmen.

BASILIO BELLO

Iglesia, cofradías, comisiones, concellos y asociaciones son en la Costa da Morte agentes organizadores de estas citas. Entre todos ha de haber «diálogo», implicación de la opinión local. Y es precisa formación en aspectos compartidos, incluso a través de un foro de emprendimiento. Se habló, en el caso de las más multitudinarias, de «profesionalización» y de la creación de un manual de buenas prácticas para romerías: Vimianzo tiene uno.

Un sello gastronómico o la recuperación de danzas y viejos caminos

Antes de iniciar cualquier acción de futuro en pro de las romerías, apuntó Xosé María Varela, gerente de la Fundación Pondal, es preciso descubrir singularidades. Recuperar la identidad de cada encuentro, algo que puede pasar por una danza, por cantos o por elementos gastronómicos propios. Se habló en O Couto, asimismo, de recuperar viejos caminos de peregrinación, siempre asociado a la divulgación a través de paneles, códigos QR, señalización e información en Red.

En algunas de estas fiestas —varias declaradas de Interese Turístico—, las meriendas familiares siguen teniendo presencia, en otras ya no. Surgió en la jornada de conclusiones la idea de asociar cada romería a una identidad gastronómica, en gran medida con un producto vinculado al mar. Santo Hadrián de Malpica tiene, por ejemplo, la sardiñada. Opción a contemplar sería la creación de un sello gastronómico alrededor de las romerías de la Costa da Morte, con acciones más allá del espacio de la fiesta, implicando a la hostelería. Durante la semana de Santo Hadrián, un restaurante malpicán tiene previsto recuperar roupa vella, plato de Seaia.

José Manuel Casal

Todo ello debería tener su conveniente promoción, y además de los canales propios de cada organización, convendría por parte del organismo Turismo de Galicia, se dijo, una campaña y una web específica para la Costa da Morte, con la pertinente difusión en ferias de este sector.

Muchas propuestas se plantearon por tanto, algunas tan singulares como una botella de cristal personalizada en cada romería —tipo vaso ecológico— para llevarse a casa agua milagreira.