O Conco alberga este Nadal las creaciones artesanales del docente Gumersindo Capelo
07 dic 2025 . Actualizado a las 00:51 h.«Cada vez que a percorres descobres novos detalles. Dá para horas de visita», asegura la técnica Ana Casais. Las instalaciones de O Conco, en Dumbría, son punto de encuentro todo el año, y esta Navidad seguramente lo serán todavía más, pues desde el viernes y hasta pasado Reyes dan cobijo a una selección de belenes artesanales obra de Gumersindo Capelo, profesor en la EFA Fonteboa de Coristanco y muestra de talento local, de Olveira: «Sempre é agradable recoñecer o traballo dun veciño. E este é un traballo artesanal impresionante», sopesa Ana. Al Concello dumbriés no le cabe duda de que serán muchas las personas que acerquen a la exposición como así ha sido en anteriores ocasiones y en otros lugares, pues Capelo ya ha expuesto en Vimianzo, Santa Comba, Carballo o Mazaricos. Así lo recordaba ayer él.
Confirma también que sigue creando, que va tirando de «ratiños libres» y que sobre todo coge carrerilla en otoño, cuando se acerca la Navidad, si bien tiene propuestas que, por su envergadura, lo ponen a trabajar incluso en días de verano: «Non sigo un patrón fixo», confiesa. Por fortuna, celebra también, hay en esta comarca muchos de esos días invernales en los que dónde mejor se está es en casa: él aprovecha ese tiempo. Gumersindo va por los 410 belenes, si bien por cuestiones de espacio en Dumbría se pueden admirar sobre 315: «Uns son máis antigos, outros máis recentes. Algúns dos expostos son feitos este mesmo ano e outros son de cando empecei con isto, hai xa 14». «Penso que están os máis bonitos, os máis representativos, unha combinación dos máis grandes con algún en miniatura, e mesmo algún con movemento tamén», apunta el creador, que aprecia las buenas palabras de quien recorre la muestra.
De una cáscara de cacahuete a propuestas de dos metros. De un bote de cristal «a unha pota desas vermellas, vellas, antigas, que hai en todas as casas». Todos los tamaños, formas y materiales imaginables, con mucho empeño en el reciclaje. Le falta dar el paso de gestar sus propias figuras, pero todo lo demás, de principio a fin, sale de sus manos. Incluso ese movimiento del que habla: «En vez de mercar un muíño que xire, prefiro instalar eu o motor e facer todo o demais», precisa.
Más allá del detallismo, y de la paciencia y habilidad que implican, todos los belenes de la muestra tienen su historia detrás. No obstante, por especial le viene a la cabeza a Gumersindo uno en concreto, con una torre vertical, movimiento, pequeñas figuras, «un dos primeiros que fixen». No hay dos iguales. Aunque en Fonteboa siguen animando a los alumnos a mantener la tradición de los belenes —tienen un concurso que es referente—, y aunque en algunos Concellos también los instalan, es algo que a veces se va quedando por el camino: «O concurso ou a mostra son un pasiño máis para que a tradición dos beléns non se perda», sopesa el artesano. Ya saben: plan a cubierto para este Nadal. ¡No se lo pierdan!