Los pescadores de Malpica decidirán este mes si la cofradía va a la quiebra

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

J.M. casal

Ayer debía celebrarse una reunión, que se aplazó por la muerte de Paco Souto

02 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El patrón mayor de Malpica, Pedro Pérez Martelo, convocará este mes a todos los socios de la cofradía para decidir si optan por la declaración de quiebra o si se toman medidas para ir rebajando la deuda con la Administración, que desde finales del 2014 se mantiene en 300.000 euros, a los que hay que sumar los dos meses que ahora deben a los trabajadores y que todavía no se sabe cuándo podrán pagar.

Para ayer había sido convocada una reunión de la junta general que finalmente no se celebró para respetar los tres días de luto declarados con motivo de la muerte de Paco Souto, muy crítico con la negativa de los armadores a pagar una cuota por las ventas que realizan fuera de la lonja.

El próximo sábado, día 8, no se podrá celebrar el encuentro por cuestiones de agenda de varios directivos y el 15 es Semana Santa, por lo que lo más probable es que hasta el 22 no haya una nueva reunión en la que ya habrá que decidir qué paso darán.

El patrón mayor, Pedro Pérez Martelo, aseguró ayer que tanto Portos de Galicia como la Seguridad Social no los están apremiando, pero la situación es insostenible, entre otras cosas porque la deuda impide a la cofradía recibir ningún tipo de ayuda o subvención, lo que empeora la situación financiera.

La quiebra solo podría evitarse si hay un compromiso por parte de los armadores, sobre todo de los de cerco, cuyas capturas suponen el 80 % de las ventas de la rula. El patrón mayor señaló ayer que el descubrimiento de la inmensa deuda fue seguido de una reducción de los topes en el cerco, por lo que el 1% de las ventas externas que se le había pedido a los armadores no fue suficiente. Además, bajó el precio del percebe y la flota del día tampoco tuvo demasiada suerte, al reducirle la cantidad de pescadilla que podían comercializar.

Pérez Martelo señala que este es el principal motivo por el que no hubo manera de enjugar la deuda, aunque aseguró que es positivo el hecho de que no se haya incrementado en este tiempo y que se hayan mantenido los servicios. Si ello se ha conseguido ha sido, en parte, por el ERE al que desde el verano pasado están sometidos los empleados.

Siete funcionarios

Antiguos trabajadores han confirmado que la deuda comenzó acumularse hace diez años. En el 2006 la situación era boyante y la cofradía tenían 19 personas que trabajaban para ella y que no suponían ningún gasto ni para armadores ni para marineros, puesto que no pagaban ningún tipo de cuota. Entonces había siete funcionarios. José Manuel Vila consiguió que Dositeo Rodríguez, conselleiro de Economía, aligerara los gastos de la entidad, asumiendo buena parte de los salarios. Hace más de diez años que se fueron dos, Vila Pérez falleció, otros se jubilaron y ahora solo queda con esa condición uno de los responsables de la fábrica de hielo.

La cofradía continuó ofreciendo los mismos servicios de forma gratuita, pero los gastos se incrementaron notablemente a causa del coste del personal.

Ahora, los trabajadores serán los más perjudicados al margen de la decisión que tome la asamblea. En la celebrada hace menos de un mes los armadores se manifestaron en contra de pagar una cuota por las ventas fuera de la rula malpicana y nada hace pensar en que hayan cambiado de opinión. Si se declara en quiebra la cofradía puede obtener una quita, pero será controlada por un administrador.

El sueldo de los trabajadores ya acumula un retraso de dos mensualidades

La deuda no se ha movido desde que a finales del 2014 se calculara en 300.000 euros