
En el hallazgo colaboró el Instituto Galego de Física de Altas Enerxías
07 may 2019 . Actualizado a las 15:48 h.El 14 de septiembre del 2015 fue una fecha para la historia de la física. Especialmente para la astrofísica, ya que marcó el inicio de una nueva ventana para observar y estudiar el universo: la astronomía gravitacional. Ocurrió con la primera detección de forma directa, lo que se confirmó con la detección por parte de otros telescopios, de las primeras ondas gravitacionales, las perturbaciones del espacio-tiempo descritas por Einstein. El fenómeno tuvo su origen en esa ocasión en la fusión de dos agujeros negros, pero desde entonces, tanto los detectores gemelos LIGO -uno está en Washington y el otro en Luisiana- como el europeo Virgo, con sede en Italia, detectaron nuevas ondulaciones, que retrotraen al primer eco del Big bang: trece correspondían al violento choque de agujeros negros y otras dos a fusiones de estrellas de neutrones.
El círculo parece que podría cerrarse ahora con un evento nunca antes visto y largamente esperado por los científicos: la detección de ondas gravitacionales derivadas de la colisión de una estrella de neutrones y de un agujero negro. La señal fue detectada por el observatorio Ligo, con el que colabora el Instituto Galego de Física de Altas Enerxías (Ifgae) de la USC, el pasado 26 de abril, un día después de que se registrara un nuevo choque entre dos estrellas de neutrones.
Todavía no está claro si este es el origen, pero, de confirmarse, se trataría de una nueva fuente de ondas gravitacionales.
«Aún no está muy claro que la señal, que es muy débil, se deba a la colisión de un agujero negro y de una estrella de neutrones, porque hay mucho ruido, pero si lo fuera estaríamos hablando de una nueva fuente de generación de ondas gravitacionales», explica Enrique Zas, responsable del equipo el Ifgae que participa en el experimento, al que se ha sumado recientemente.
Alicia Sintes, líder del grupo de Física Gravitacional en la Universidad de las Islas Baleares, el único grupo español que participó en todas las detecciones realizadas hasta el momento, también cree que el hallazgo necesita nuevas confirmaciones. «Esta penúltima señal, ya hubo otra alerta de binaria y de agujeros negros durante el fin de semana, es más débil que las otras y se hace más difícil de interpretar», explica. Y agrega: «la estimación del cociente de masas entre los dos cuerpos tiene una gran incertidumbre y dificulta identificar si es una binaria de estrellas de neutrones o una fusión entre la estrella de neutrones y un agujero negro. Este último caso parece ser el más favorable, pero hay que ser cautos al respecto, por lo que se han de hacer análisis más precisos que llevarán tiempo», apunta en declaraciones recogidas por la agencia de noticias científicas Sinc. En cualquier caso, a Enrique Zas tampoco le sorprendería si se produce la confirmación. «Es algo que cabría esperar», indica. Y de lo que no tiene dudas es de que la astronomía de ondas gravitacionales arrojará muchas más sorpresas que cambiará nuestra visión del cosmos. «Esto va a ser un frenesí», advierte.