Santi Vázquez: «Debería haber hoteles de insectos y murciélagos en Méndez Núñez»

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA

A CORUÑA

Santi Vázquez, vicepresidente del Grupo Naturalista Hábitat en A Coruña.
Santi Vázquez, vicepresidente del Grupo Naturalista Hábitat en A Coruña. CÉSAR QUIAN

El vicepresidente del Grupo Naturalista Hábitat y colaborador de Radio Voz asegura que tiene «un superpoder para sentir los ritmos de la naturaleza»

26 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo suyo es el medio natural. «Creo que tengo un superpoder para sentir los ritmos de la naturaleza», afirma. Un friki de los pájaros y de las plantas de arbolado. Echando la vista atrás, cree que debería haber estudiado Ingeniería Agrónoma o Biología, pero se decantó por Empresariales y se convirtió en un experto en el mundo natural de manera autodidacta. En su biblioteca hay 3.000 libros de animales y plantas. «Soy un fanático. No leo novelas, pero me encantan las guías de identificación. Cuando era pequeño mis padres me veían como un bicho raro porque siempre pedía libros relacionados con animales», recuerda Santiago Vázquez Casás, coruñés de la calle Camariñas que este año cumple 50 años. «Soy urbanita, de Monte Alto, pero vivo en San Xoán de Vilanova, Perbes. Me gusta el campo. Siempre iba con mis padres a una finca al lado de Os Regos. Durante 12 años apunté todo lo que veía. Salía de copas hasta las cinco de la mañana pero me levantaba temprano para ir con mi padre para ver cómo brotaban mis injertos», relata. Por cierto, su padre fue peluquero y regentaba con su hermano la peluquería Hermanos Vázquez de Cuatro Caminos. «Nunca me cortó el pelo nadie que no sea mi padre. Aunque está jubilado, le voy a pedir que me lo corte para la foto», comenta sonriente Santi. 

«Naturaleza kilómetro cero»

Quedamos en la cafetería Copacabana. Cuando llego, está viendo el imponente palmeral en el que se acaban de detectar seis palmeras con infección muy leve de picudo rojo que esperan que puedan superar con tratamiento. «Los estorninos están a punto de marcharse hacia Francia e Inglaterra. Ya empiezan a llegar desde África las golondrinas y los primeros vencejos, que siempre aparecen en esta época en la zona del Obelisco. El otro día vi la primera golondrina y sentí la necesidad de saludarla. Me apasiona vivir al ritmo de la naturaleza», confiesa Santi, que colabora en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, con un espacio en el que habla de los que tenemos más cerca bajo el nombre de Naturaleza kilómetro cero. «Solo en Méndez Núñez puedes ver 25 especies distintas de aves. Debería haber un hotel de insectos, como ya colocaron en jardines de Londres. Y refugio para murciélagos. La gente no sabe que en A Coruña contamos con una colonia de erizos en el entorno de la torre de Hércules, lagartos ocelados en el monte de San Pedro o halcones peregrinos. Me gustaría que hubiese más golondrinas de las denominadas avión común, que antes eran muy frecuentes en la zona del Agra y casi las hemos perdido», reflexiona. Dice que su ave favorita es la lechuza y su insecto, la vacaloura, ese gigante que suele dar miedo a todo el mundo. «No hace nada. Su vida es muy dura. Se pasa cinco años comiendo madera muerta. Es el insecto más grande de Europa y está en peligro de extinción», destaca el experto. 

Su vida en Hábitat

Trabajó muchos años en El Rincón Verde, la tienda de la plaza de Galicia. Ahora es jardinero y cuida, por ejemplo, la imponente buganvilla de la histórica casa-chalé de Juan Flórez. Su trabajo y su pasión van de la mano. Se le ilumina la cara cuando habla del Grupo Naturalista Hábitat del que es vicepresidente. «Cuando entré me encontré con gente como yo. José Luis Rabuñal es uno de mis grandes referentes. Tengo tres agendas: la del trabajo, la de la familia y la de Hábitat. Nunca voy a ser capaz de devolverle al grupo todo lo que hizo por mí», comenta Santi, que tiene una hija de 11 años. Colecciona ciruelas, recupera especies, sabe todo de plagas y es un apasionado de los jardines silvestres. «Una poda y siega al final del verano y ya está. Creo que tiene que haber una zona de uso, de prado, de tumbonas, y otra diferente. Mis clientes me dejan hacer», comenta mientras busca imágenes preciosas que guarda en el móvil. Todas las fotos de Santi son de naturaleza.