Los okupas de la calle Washington vuelven a la Torre mientras «buscan narcopiso»

alberto mahía A CORUÑA / AGENCIA

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Vecinos y comerciantes de Monte Alto, en alerta: «Un joven se puso a provocar con un puñal limpiándose las uñas»

16 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La policía patrulla Monte Alto «como nunca hasta ahora», cuentan vecinos y comerciantes, que pese a sentirse «mucho más seguros» que hace una semana, se mantienen sin pestañear, comunicándose a través de grupos de WhatsApp creados ex profeso para alertar de la presencia de delincuentes o posibles okupaciones. Funciona. Así fue como se evitó que aquellos que tenían allanada la casa de la calle Washington se hicieran a las pocas horas con un edificio entero en Santo Tomás. Y que poco después de ser desalojados por la policía okupasen una casa en la zona.

«Hay más policía, pero en estos momentos hay una calma tensa, pues sabemos que están buscando dónde meterse», asegura Manuel Martínez, del colectivo de comerciantes del barrio.

Ceci Kraychev, propietario de una tienda de comestibles de la avenida de Hércules no se aparta del móvil. Para avisar de la presencia de «gente extraña» o para enterarse de que «pueden aparecer en las proximidades de su negocio. Este jueves estaba «intranquilo». Frente su establecimiento fue testigo del «trasiego constante de personas peligrosas». «Cruzan Villa de Cambre y Doctor Ferrant constantemente. Ayer mismo —por el miércoles— un joven estaba en la esquina provocando. Tenía un puñal y se estaba limpiando las uñas».

También están preocupados por un punto de venta de droga en Coronel Calaza. En un edificio entraban y salían toxicómanos día y noche. Hablaron con el inquilino y «lo convencieron de que eso no se volviese a repetir».

Por todos es sabido en Monte Alto que los traficantes no van a dejar el negocio tras caerles encima la policía. Ahora se ha vuelto a ver «mucho movimiento de toxicómanos en la calle Pintor Román Navarro, a pocos metros de la plaza de España. Esta dirección no es nueva para ellos. Ahí, en el callejón de la calle de la Torre, que es como se conoce esa vía en el barrio, ya estuvieron varias veces. Se habían ido porque sentían el aliento de los agentes a diario. Estaban señalados. En una ocasión provocaron un gran incendio en la vivienda y para los residentes fue la gota que colmó el vaso. Así que hace un año, ante el riesgo de ser detenidos, optaron por cambiar de casa.

Ahora regresaron a sus orígenes. No tuvieron más que abrir el candado que hace un año ellos mismos pusieron y okupar de nuevo la casa, que pertenece a una comunidad religiosa.

En Pintor Román Navarro ya todo el mundo lo sabe. Tanto vecinos como comerciantes. Ayer no se hablaba de otra cosa. De hecho, ya comenzó a verse de nuevo el trajín de drogodependientes por el barrio. María es una comerciante de la zona. Cuenta que los responsables de los negocios «trabajan con la puerta cerrada ante el temor a los atracos. Con lo que eso supone, pues pierden la visibilidad y habrá clientes que piensen que la tienda está cerrada». Alerta de que si «esta inseguridad que está padeciendo la ciudad, tanto en Monte Alto como en todos los barrios, no se frena, acabarán con el pequeño comercio en muchas zonas. Un desastre».