El rayo y la torre de Hércules: un año de la tormenta perfecta que amagó con apagar el faro de A Coruña

La Voz A CORUÑA

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

El suceso también dejó la primera edición del Recorda Fest pasada por agua

09 sep 2024 . Actualizado a las 20:10 h.

Hay tormentas de verano que son difíciles de olvidar. La del 9 de septiembre del 2023 en A Coruña es una de ellas. El festival Recorda Fest, que celebró su segunda edición el pasado fin de semana, lo sabe muy bien. Sus primeros acordes en la ciudad fueron acompañados por intensas precipitaciones y rayos. Desde la organización del evento incluso llegaron a crear un dispositivo especial para evaluar minuto a minuto el estado de la tormenta y el nivel de afectación que esta podía suponer para el espectáculo realizado en el muelle de Batería. 

Pero la imagen que todo coruñés recuerda con esa tormenta es la de un rayo impactando contra la torre de Hércules. El suceso incluso apagó «durante un buen rato» la linterna del faro. La avería en el mecanismo de señalización se prolongó algo más de media hora y «rápidamente se restableció por los sistemas automáticos del faro», confirmaron fuentes portuarias en aquellas fechas.

Los otros chispazos del faro

Al menos desde 1769 las descargas eléctricas han sido fenómenos recurrentes en diarios de la Torre. También durante una noche de verano, el 5 de agosto de aquel año, se documentó una avería causada por un rayo que destrozó e incendió el farol de aceite que alumbraba a los navegantes desde la cúspide del edificio. En esta misma época se divulga el pararrayos de Benjamin Franklin: una varilla de hierro puntiaguda y dorada, colocada verticalmente en un lugar elevado y a la intemperie, conectada al suelo con una cadena o cable grueso de hierro que se hundía en la tierra o en agua, y que podía emplazarse en edificios y navíos para protegerlos de las descargas y chispas eléctricas de la atmósfera. 

Las primeras noticias de este invento y de su eficacia en España se conocieron, según el historiador Xosé Alfeirán, en 1752, publicadas por la Gazeta de Madrid. Los primeros pararrayos se armaron en España en 1781, según dejó escrito Antonio Juglá y Font, de la Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona. Y exactamente ese mismo año, en el escudo de A Coruña, además del edificio del faro, la cabeza de Gerión y las conchas de vieira, aparece dibujada un línea vertical paralela a una de sus paredes que desciende desde la cúpula hasta el suelo. «Posiblemente estamos ante la primera representación de un pararrayos en la Torre, y de ser así, sería uno de los primeros lugares de España donde se instaló», señala Alfeirán. 

La década que fue un quebradero de cabeza 

Ya entrados los 90, el sistema de protección de la torre frente a las descargas eléctricas fue un quebradero de cabeza para las autoridades. En 1992, otro rayo destruyó la estructura. Un suceso que permitió comprobar que el pararrayos tenía una cabeza radiactiva. En ese momento, Eduardo Toba, jefe de Demarcación de Costas de Galicia, anunció que la herramienta que iba a sustituir a la dañada cumplía con la normativa vigente. 

Solo un año después, en 1993, otro impacto vuelve a apagar la luz del faro. Ese día, un 10 de octubre, la avería afectó incluso a los sistemas de seguridad. La reparación no llegó hasta pasada la medianoche. Pedro Pasantes, el farero, contó a La Voz que no recordaba otro momento en que la señal lumínica hubiera estado tanto tiempo apagada, más de una hora en el momento de la declaración. No obstante, sí que tenía presente el mes de enero de ese mismo año, apenas un mes después del Mar Egeo, cuando los andamios rodearon el faro ennegrecido para proceder a su limpieza. 

Dos horas fue el tiempo en que el milenario faro estuvo apagado en el 2006, por la caída de otro rayo. La razón se debió a que a los técnicos les costó encontrar la avería. A pesar del apagón, tanto Salvamento Marítimo como los fareros indicaron que la falta de señal no supuso ningún peligro para la navegación, gracias a la tecnología GPS con la que ya contaban las embarcaciones de hace 20 años. De todos modos, Pasante recordó durante ese suceso la importancia de la torre de Hércules. «Los faros son moi importantes para que os barcos podan comprobar que van ben no rumbo», contó a La Voz. Dos años después, en el 2008, otra gran tormenta sembró el pánico en la ciudad, sobre todo, porque un rayo impactó en la terraza de la torre Efisa y otro rozó, esta vez sin daños, la de Hércules. 

Esa suerte no se corrió durante el 2011. Una descarga eléctrica afectó a la instalación de la Torre un 16 de febrero, que tuvo que ser revisada y reparada por los técnicos de la Autoridad Portuaria. Además, se realizó una inspección urgente del circuito del pararrayos. Fuentes municipales no descartaron en ese momento que se hubiera producido el suceso por una anomalía en la citada instalación. Más allá de las causas, en diciembre de este mismo año se aprobó el cierre de la estructura para completar una serie de mejoras exigidas por la Unesco, que nombró la torre como Patrimonio de la Humanidad en el 2009. La sustitución del pararrayos no se produce hasta mayo del 2012, se instala un nuevo sistema que consigue una mejora estética de la cúpula. 

Otra gran tormenta como la de este viernes volvió a apagar la señal portuaria un 5 de febrero del 2017. Esa madrugada cayeron en Galicia 471 rayos, pocos si se comparan con los más de 6.000 de la noche del pasado viernes al sábado. El impacto en la torre se produjo a las 00.30 horas y estuvo apagado hasta las 03.45 horas. Un período de tiempo más prolongado que los pocos minutos de apagón de esta vez.