Condenan a una banda de atracadores de bares de A Coruña a penas de entre 5 y 6 años de cárcel
A CORUÑA
Los cinco acusados se cubrían los rostros con prendas y siempre actuaban por la noche
26 dic 2024 . Actualizado a las 12:13 h.La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña condenó a cuatro hombres como coautores de un delito de robo con violencia e intimidación en varios restaurantes y bares, aplicando la agravante de empleo de disfraz, y la de reincidencia en dos de los encausados, a penas que oscilan entre los cuatro años y nueve meses y los cinco años de cárcel. También los condena, junto a otro hombre, por cometer un delito continuado de robo con fuerza en establecimiento abierto al público fuera de las horas de apertura, y participación en grupo criminal, con la agravante de empleo de disfraz, a penas de entre cinco años y cinco meses y siete años y seis meses de prisión. Por desistimiento voluntario, el tribunal los absuelve a todos del delito de tentativa de robo con violencia o intimidación en una gasolinera.
Según recoge la sentencia, la Audiencia ha considerado acreditada, mediante pruebas indiciarias, la participación de los procesados en los atracos, apoyándose en la grabación de las cámaras de los locales que asaltaron, en las vigilancias y declaraciones de los agentes de policía y en el testimonio de los empleados de los establecimientos.
Los hechos comenzaron en febrero del 2020, los acusados se concertaron para perpetrar diferentes hechos delictivos contra el patrimonio ajeno mediante un plan que habría de prolongarse en el tiempo y que incluiría desde atracos al personal que regentase establecimientos que estuviesen abiertos al público a altas horas de la madrugada, hasta el acceso a otros ya cerrados, pero cuyas vías de acceso violentarían con el empleo de la fuerza, todo ello con el fin de conseguir en cada uno de dichos asaltos el suficiente botín para lucrarse ilícitamente y repartirlo entre todos ellos. Según el acuerdo al que llegaron los cuatro primeros acusados participarían en primera línea en cada uno de dichos actos predatorios, mientras el quinto se ocuparía de trasladarlos en un coche hasta cada uno de los lugares donde iban a materializar aquellos y aguardaría en sus cercanías a bordo de este en funciones de vigilancia ante cualquier imprevisto, y después proporcionarles una rápida y segura huida, a bordo también de dicho turismo.
Así llevando a la práctica dicho plan, acudieron en la madrugada del 22 de febrero a un bar llevando todos sus rostros ocultos para eludir su identificación. «Con el propósito de infundir el máximo temor posible a la empleada del establecimiento, que estaba a punto de cerrar el mismo, y evitar cualquier tipo de resistencia por su parte, uno de ellos portaba una maza metálica y otro una pistola detonadora semiautomática, la cual aparentaba ser un arma de fuego convencional pero, en realidad, solo estaba habilitada para disparar cartuchos de fogueo. La trabajadora, atemorizada, accedió a sus indicaciones de tenderse en el suelo. Se hicieron con el botín y desaparecieron», sostiene la sentencia.
El 2 de marzo siguiente volvieron a asaltar un bar de madrugada. Siete días después hicieron lo mismo en un restaurante, del que se llevaron 850 euros. En la medianoche del 14 al 15 de marzo los cinco acusados se presentaron en una estación de servicio de Oleiros con los rostros tapados por diversas prendas para evitar en lo posible su identificación. Pero el empleado los vio y se encerró en el interior. Los acusados huyeron. En la madrugada del 17 al 18 del mismo mes de marzo robaron en un restaurante.