Dos Raíces: sabores que invitan a viajar de un lado al otro del Atlántico desde A Coruña

Nació en la República Dominicana, pero lleva la mitad de su vida afincado en A Coruña. Sus raíces latinas le tiran, pero también los sabores atlánticos. Y por eso tuvo claro desde un principio que la carta de Dos Raíces, el local que puso en marcha hace un par de años en la Franja, hablaría de su pasado y de su presente. «Me siento un poco de allí y también de aquí. Quiero que los clientes disfruten de mis platos y sientan la fusión de esos dos mundos en su boca», explica el cocinero. En sus propuestas hay una base atlántica, con protagonismo del mar, y la que añade con acierto toques caribeños con productos como la fruta de la pasión, el mango, el maracuyá o el plátano macho. «Antes era complicado encontrarlos, pero hoy en día hay tiendas especializadas. Los integro en platos en los que encajan, en guarniciones, en salsas…», comenta y pone en valor el trabajo de su socio, Fran Otero, el encargado de buscar las opciones que mejor maridan con las comandas. «Es mi mano derecha y me aporta muchas ideas. Sabe hacer encajar los sabores y hacemos un buen equipo», sentencia.

En esa línea está el calamar de la ría, que sirven con pico de gallo, o las arepas de plátano macho con costilla de cerdo. «La carne se hace a baja temperatura y se deshace en la boca. Están triunfando mucho», asegura. La carta, que está pensada para compartir, se complementa con sugerencias que crea en función de lo que encuentra cada día en el mercado. «Ya estamos metiendo algunas cosas en modo verano. Tuvimos una caballa marinada hace unos días y una ensaladilla un poco diferente. Lleva una mayonesa de aceituna y la terminamos con anchoas», explica. 

La tortilla merece mención especial. La prepara de manera tradicional, pero le añade gambones y una salsa que elabora con una reducción del jugo de las cabezas del crustáceo que no deja indiferente. Destacan también los mejillones de Lorbé con vinagreta de godello —«imposible quitarlos de la carta», asegura— o el tartar de atún rojo sobre tostón de plátano macho frito al que el crujiente le va como anillo al dedo. Un broche de dulce perfecto sería la tarta de queso, que prepara en frío y combina con maracuyá. 

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