
Tal y como está el panorama, y más en el mundo del fútbol, no tener deudas es ya un éxito. Los clubes, tanto grades como pequeños, y más estos, se las ingenian de mil maneras para cuadrar las cuentas y recaudar dinero. No es nada fácil. Aún así, los directivos, que además de tiempo tienen que meter la mano en sus propios bolsillos, se las ven y desean para evitar los números rojos. Diez equipos de la ría de Arousa y el Noia se unieron para sortear un coche entre todos con la finalidad de juntar unos euros que mitigasen sus maltrechas economías.
En esta unión participaron el Vilalonga, Arousa, O Grove, Sanxenxo, Caldas, Figueirido, Unión de Asados, Sar, Abanqueiro y Noia.
La campaña era «Un Mini One por dos euros». En total se hicieron cien mil rifas. Cada club se llevaba 10.000 para venderlas en su zona de influencia. La recaudación pasaba directamente a sus arcas y también se llevaba el coche que se sorteó el 18 de mayo, coincidiendo con el primer premio de la Lotería Nacional. Salió el número 41.948 que precisamente estaba en el lote del Noia.
Pero la fortuna quiso que el boleto estuviese entre los talonarios que se quedaron sin vender. Por lo tanto, el turismo pasa a ser propiedad del conjunto noiés. Las ventas no han sido todo lo buenas que esperaba la directiva, pues tan solo una cuarta parte fueron adquiridas por los aficionados.
Inyección económica
El Mini será devuelto al concesionario y el dinero pasará a engrosar las debilitadas arcas del club noiés, según apuntó el presidente de la entidad, José Manuel Caamaño.
Con este pellizco del sorteo, las cuentas del Noia se pondrán de nuevo a cero, después de unos años de pérdidas. El dinero servirá para saldar deudas y reflotar el equipo, que para la próxima temporada saldrá a competir por lo menos sin deber ni un euro a nadie.
El sorteo del coche ha sido como una bendición para los equipos que participaron en la iniciativa y ya piensan en otras similares conjuntas para reducir gastos y conseguir un mayor beneficio.
La venta de boletos fue una excelente inyección económica para el Unión. Un portavoz del club comentó que recaudaron sobre unos 8.000 euros y que, «veunos moi ben para cadrar as contas». Fue una experiencia «moi positiva, que sen dúbida, repetiremos».
Las rifas se convirtieron en el principal armario de los componentes de las categorías inferiores del Abanqueiro.
El club decidió entregar un talonario de 50 boletos a cada chiquillo. Si lo vendían completo, tenían un premio: recibían a cambio toda la equipación del equipo, siete piezas de ropa deportiva para toda la temporada. «O único que fixemos foi implicar aos rapaces para poder vestilos. Era a forma de poder comprar toda a indumentaria», apuntaron fuentes de la directiva de la entidad boirense, que no dudaron en calificar la iniciativa de muy exitosa.