Riera y Sergio Álvarez, Lux y Augusto, Luisinho y Nolito, Álex Bergantiños y Orellana, así como Arribas y Aspas comparten amistad, pero el sábado jugarán desde bandos irreconciliables
17 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.En el fútbol las palabras derbi y amigos nunca figuran en la misma frase. Son opuestas. No hay partido de verdadera rivalidad entre camaradas, como tampoco los auténticos aliados se enfrentan en ninguna competición que se precie. Por eso, el partido que jugarán el Dépor y el Celta el sábado (22.05 horas, TVE-1) nada tendrá que ver con la amistad. Igual que tampoco está relacionado con el fútbol que en los dos vestuarios de Riazor vayan a reunirse un buen puñado de antiguos compañeros cuya afecto ha perdurado a pesar del cambio de trinchera. Es la realidad de este fútbol moderno que ha derribado las fronteras de antaño, cuando el equipo coruñés estaba efectivamente repleto de coruñeses y el de Vigo, de vigueses. En esta ocasión el derbi reunirá sobre el césped a un buen puñado de amigos.
Riera y Sergio Álvarez se conocen desde las temporadas que compartieron en el filial del Celta. «En esos partidos los amigos no existen, no valen las amistades, solo importa salir con ambición para darlo todo desde el minuto uno. Las amistades están bien cuando estás fuera del fútbol», había comentado el deportivista sobre su relación la temporada pasada. Pero hay más, como Lux y Augusto. «A Augusto lo conozco un poco más -comentó hace solo unos días el meta del Dépor sobre la intensa relación de los futbolistas argentinos con los derbis-, porque fuimos compañeros. Un poquito, pero fuimos compañeros en River».
Otra amistad a prueba de derbis es la que une a Luisinho y Nolito, quienes coincidieron en el banquillo del Benfica, donde ninguno de los dos jugaba. «En un derbi no hay amigos, ni padres, ni hermanos», comentó Nolito con motivo del último derbi disputado en Balaídos. Mientras desde A Coruña Luisinho también evitaba cualquier componenda con su amigo: «Cuando juegas quieres ganar y estás ciego, solo piensas en ganar». Ambos no dudaron en posar abrazados tras el derbi de pretemporada disputado en el verano del 2014 en Pasarón.
En el Xerez y el Granada
Álex Bergantiños y Orellana se conocieron en el 2009 en el Xerez y, a la temporada siguiente, aún volvieron a salir juntos rumbo al Granada, donde el mediocentro deportivista solo aguantó media temporada, pues acabó buscando minutos en el Nàstic de Tarragona, en Segunda, donde adquirió un poso que le ha convertido en imprescindible en las cuatro últimas campañas del Dépor. El chileno llegó luego al Celta, pero el afecto permanece.
Las amistades entre el vestuario del Dépor y el del Celta aún se vieron reforzadas este mismo verano con el fichaje de Arribas por el equipo Riazor y la vuelta de Aspas a Balaídos. El central defendió la pasada semana al delantero, de quien dijo: «El que lo conoce fuera sabe que es muy buena gente y que ama al Celta por lo que en caliente dice cosas que luego no piensa».