Qué hay detrás del pronóstico reservado del papa Francisco: «Requiere concentraciones de oxígeno altas, lo que refleja una gravedad importante»
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ENFERMEDADES
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El pontífice ha recibido una transfusión y está bajo tratamiento con oxígeno a raíz de las complicaciones que sufrió por su neumonía bilateral durante este fin de semana
23 feb 2025 . Actualizado a las 18:00 h.La salud del papa Francisco continúa frágil. Tras sufrir una crisis respiratoria asmática de duración prolongada el sábado, una complicación de la neumonía bilateral que padece, se le ha administrado oxígeno con cánulas nasales y ha recibido una transfusión de sangre. A pesar de los esfuerzos médicos, el pronóstico sigue siendo reservado.
La dificultad para respirar ha aumentado considerablemente su dolor, y, a su vez, su condición se agravó durante el fin de semana por una trombocitopenia (disminución de plaquetas en la sangre) y una anemia, lo que hizo necesaria la transfusión para cubrir sus necesidades de oxígeno.
La neumóloga Rosario Menéndez, directora del programa de Investigación en Neumonía de la Sociedad Española de neumología y Cirugía Torácica (Separ), explica que «el déficit de oxígeno en su caso es causado por la neumonía bilateral que ha disminuido la capacidad de los pulmones para oxigenar los tejidos». El uso de oxígeno es fundamental para ayudar al paciente a compensar también el déficil en su sangre. «Está requiriendo concentraciones de oxígeno muy altas, lo cual refleja una situación de gravedad importante», observa la especialista.
La insuficiencia respiratoria es común en casos de neumonía bilateral. El hecho de que los pulmones estén comprometidos por la infección dificulta que el oxígeno llegue al torrente sanguíneo y en estas condiciones no es inusual que haga falta suplementarlo para garantizar que el cuerpo pueda mantener el funcionamiento de los órganos vitales.
A su vez, el papa se enfrenta a un cuadro hematológico complicado que agrava su insuficiencia a nivel respiratorio. La trombocitopenia (la disminución de las plaquetas en la sangre) y la anemia son condiciones que se caracterizan por empeorar esta dificultad para transportar oxígeno a los tejidos.
La anemia es una disminución de la hemoglobina que lleva este elemento a los diferentes órganos. Se considera que una persona tiene anemia cuando la hemoglobina se encuentra por debajo de 13g/L en los hombres o 12g/L en las mujeres. Hay que tener en cuenta que esto puede tener consecuencias más graves en personas mayores. Se la relaciona con un aumento de la mortalidad, así como con una mayor incidencia de trastornos cardiovasculares de graves repercusiones, trastornos cognoscitivos y conductuales.
Por otra parte, la trombocitopenia es un descenso marcado en el número de plaquetas, unas células que intervienen en la coagulación de la sangre. Las plaquetas se agrupan y forman tapones en las lesiones de los vasos sanguíneos para detener el sangrado. Su rol es fundamental en la recuperación de las heridas y son parte clave del sistema inmunitario. Si sus niveles se encuentran por debajo de las 100.000 por milímetro cúbico, se considera que el paciente tiene trombocitopenia. Cuando los niveles de plaquetas son más bajos de lo normal, la sangre no logra coagularse como debería, lo que incrementa riesgo de sangrado excesivo o hemorragia.
Aunque no se sabe si la causa de estos problemas sanguíneos está relacionada con la infección polimicrobiana en el caso del pontífice, es frecuente que los pacientes de edad avanzada se descompensen frente a este tipo de enfermedades. Según detalla Menéndez, la anemia es especialmente preocupante, ya que los glóbulos rojos son los encargados de transportar el oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo. En este sentido, la transfusión de sangre es esencial para aumentar los niveles de glóbulos rojos y evitar que el paciente sufra complicaciones como pérdidas del conocimiento o fallos orgánicos.
Si bien la transfusión es un paso importante para combatir la anemia, no tiene efectos inmediatos, y el cuerpo necesita tiempo para responder. Menéndez advierte que, aunque el tratamiento puede mejorar su situación, «habrá que ver cómo responde el paciente en las próximas horas y días».
Pronóstico reservado
A pesar de los esfuerzos médicos, el pronóstico del papa Francisco sigue siendo incierto. Menéndez señala que, en situaciones como esta, «siempre hay que esperar y ser prudentes» antes de prever una mejora. La experta subraya que la combinación de la neumonía bilateral, la insuficiencia respiratoria y la anemia requiere un seguimiento constante, ya que cualquier cambio en el tratamiento podría influir en la evolución del paciente. «Estamos ante una situación en la que han aparecido complicaciones, y eso hace que el pronóstico sea más crítico de lo que era hace unos días», observa.
A sus 88 años, el papa Francisco es un paciente particularmente frágil debido a su avanzada edad. Menéndez advierte que, en casos como este, la recuperación no es fácil. «Su cuerpo no es el mismo que el de una persona joven y una neumonía bilateral puede ser aún más grave», en su caso.
Entre las complicaciones más graves que podrían surgir, la neumóloga destaca la posibilidad de que se presenten fallos en otros órganos, como el corazón o los riñones. La insuficiencia respiratoria grave podría afectar el funcionamiento de estos tejidos vitales, por lo que se requiere un monitoreo constante para detectar cualquier alteración en su estado. Por otro lado, de no responder adecuadamente a la infección, podría llegar a sufrir una sepsis, como ha advertido su médico este fin de semana. La sepsis es una reacción del cuerpo frente a una invasión patógena que se considera una de las complicaciones más graves de un proceso infeccioso, ya que tiene una tasa de mortalidad que está en torno al 30 %.
El equipo médico deberá seguir evaluando cómo responde el pontífice en las próximas horas. En este sentido, Menéndez remarca que la respuesta del paciente a los tratamientos será clave para determinar su recuperación. «Es importante que se le dé tiempo para ver si el tratamiento de estas complicaciones está siendo eficaz», concluye.
El equipo médico del Vaticano ha reiterado que las condiciones del papa Francisco siguen siendo críticas y que su pronóstico es reservado. Mientras tanto, el pontífice ha expresado su gratitud hacia los médicos y el personal sanitario del Hospital Gemelli por su atención, e instó a sus seguidores a orar por él en estos momentos difíciles.