Un relevo entre colegas para liderar al campeón de Indonesia

DEPORTES

CESAR TOIMIL

El focense Suso Rey se hace cargo del Bintang Timur Surabaya tras la salida de Héctor Souto, junto al que comandó a O Parrulo

04 nov 2022 . Actualizado a las 15:44 h.

Héctor Souto cierra su aventura al frente del Bintang Timur Surabaya, pero el campeón de la Liga Profesional de Fútbol Sala de Indonesia continuará comandado por un gallego en el desafío de revalidar el título y asaltar la Champions de Asia. Suso Rey (Foz, 1974) recoge ilusionado el legado de un amigo con el que ya compartió obra al frente de O Parrulo Ferrol.

«Héctor decidió quedarse en España por razones personales. Fue él quien me recomendó como sustituto», explica el mariñano sobre su relevo al técnico de Chantada, que realizó «un trabajo increíble» en su primera campaña en el extranjero: «Es joven y muy trabajador. Sin duda, es uno de los entrenadores españoles con más proyección, también a nivel internacional».

Suso Rey fue el segundo de Souto en O Parrulo
Suso Rey fue el segundo de Souto en O Parrulo CESAR TOIMIL

Rey llegó a Indonesia el pasado viernes para comenzar a guiar una pretemporada que el Bintang Timur Surabaya arrancó ya a mediados de octubre, aunque la competición no empieza hasta enero. «En las sesiones de entrenamiento que llevo, no puedo decir demasiado sobre el nivel del torneo, pero en Asia, no solo en Indonesia, el fútbol sala está evolucionando mucho porque se ha hecho una apuesta fuerte, poniendo medios», explica un estratega que tendrá a su servicio a «buena parte de los jugadores de la selección indonesia» y a dos cracs brasileños para cubrir el cupo de extranjeros permitido. Serán el ex del Levante Gallo, internacional con Azerbaiyán, y el pívot de la selección canarinha Dieguinho.

«Un tren que pasa una vez»

La vida de Suso Rey ha dado un buen vuelco en pocos días. Tras realizar labores de entrenador o preparador físico en clubes como el Burela Pescados Rubén, el Prone Lugo, O Parrulo Ferrol y el Prato, en la Serie B de Italia, en los últimos meses se alejó de la élite. Sus cometidos competitivos recientes pasaban por la puesta a tono de varios equipos de baloncesto base y el Viveiro CF, en la Tercera Federación de fútbol, mientras que trabajaba en el gimnasio Activity Center. «Estaba asentado, me costó tomar la decisión porque me vengo solo, pero es un tren que pasa una vez en la vida. Son 10 meses de contrato con la opción de prolongarlo otro año», desvela.

«Solo dos semanas antes me hicieron una oferta para dirigir a la selección de Libia y me lo planteé mucho menos. Esta opción fue casi irrechazable. Es un muy buen proyecto deportivo y muy atractivo económicamente, aunque no me va a resolver la vida, mi mujer sigue con su negocio», añade un hombre que, por el momento, centra sus esfuerzos en adaptarse a un nuevo país y una nueva cultura: «Tardé 36 horas en llegar. No es lo mismo que cuando estuve en Italia, me está costando dormir, comer... Después de aceptar la oferta pasé unos días duros, porque aunque te vas, te cuesta asimilarlo; una vez aquí, me siento preparado».