El enfado del Real Madrid con los árbitros pone en jaque la final de Copa del Rey

Óscar Bellot SEVILLA / COLPISA

DEPORTES

Julio Munoz | EFE

El club de Chamartín suspende su presencia en todos los actos institucionales organizados en Sevilla con motivo del partido ante el Barça, pero jugará el encuentro

26 abr 2025 . Actualizado a las 13:32 h.

Guerra sin cuartel entre el Real Madrid y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que llegó incluso a poner en jaque la disputa de la final de la Copa del Rey prevista para este sábado en el Estadio de La Cartuja. El club de Chamartín canceló este viernes su presencia en todos los actos institucionales programados en Sevilla y amagó con no presentarse al duelo frente al Barça a causa del monumental enfado que provocaron las declaraciones de Ricardo De Burgos Bengoetxea y Pablo González Fuertes arremetiendo contra las presiones ejercidas sobre el estamento desde Real Madrid Televisión.

Tal fue la cólera que desataron las quejas del trencilla designado para arbitrar el choque y del colegiado señalado para hacerse cargo del VAR en el citado litigio que el club de Chamartín decidió suspender el entrenamiento que debía llevar a cabo en el Estadio de La Cartuja y tampoco acudió a la rueda de prensa prevista para que Carlo Ancelotti y Luka Modric ofreciesen sus análisis en la antesala del gran choque. Un plantón histórico que provocó un terremoto sin precedentes.

Después de que De Burgos Bengoetxea estallase contra los ataques y presiones de Real Madrid TV y González Fuertes anunciase la adopción de «medidas históricas» por parte del colectivo a consecuencia de lo que consideran como una auténtica cacería en contra del estamento al que pertenecen, el Real Madrid sugirió a la RFEF que se apartase tanto al colegiado adscrito al Comité Vasco como al árbitro del Comité Asturiano, al entender que su imparcialidad había quedado seriamente puesta en entredicho con su alegato. Sin embargo, el Comité Técnico de Árbitros (CTA) cerró filas con ambos y, en vista de ello, el club que preside Florentino Pérez llevó su queja a otro nivel.

En un movimiento que recuerda al plantón que efectuó el pasado mes de octubre cuando decidió no acudir a la gala de entrega del Balón de Oro después de saber que Vinicius no iba a ser el agraciado, el Real Madrid dio esquinazo a la RFEF cancelando el entrenamiento que debía llevar a cabo el equipo que dirige Ancelotti en el mismo recinto que debe albergar la final y tampoco se presentó en la rueda de prensa que debía ofrecer el estratega italiano para desgranar sus impresiones sobre el encuentro como hizo poco antes su homólogo del Barça, Hansi Flick, en una sala por la que también desfiló Ronald Araujo en calidad de capitán del Barça.

No quedó ahí el desplante de los blancos. Ancelotti tampoco se hizo la foto oficial junto a Flick que es habitual en la víspera de las finales de Copa y el club suspendió asimismo su asistencia a la cena que la RFEF había programado para las 21:00 horas en el Real Alcázar de Sevilla con participación de directivos del Barça, de la RFEF y otra serie de invitados. El pulso fue de tal calibre que incluso se puso en duda la participación del Real Madrid en un partido para el que se ha vendido todo el aforo y sobre el que están depositadas las miradas de todo el mundo. Más aún tras conocer el comunicado del Real Madrid, en el que los blancos redoblan el pulso.

La RFEF no se pliega

El Real Madrid considera «inadmisibles» las manifestaciones públicas realizadas por los árbitros designados para la final de la Copa del Rey, las cuales, alega, «han puesto el foco de manera sorprendente contra los vídeos de un medio de comunicación amparado en la libertad de expresión, como es Realmadrid TV», fueron realizadas «de manera premeditada 24 horas antes contra uno de los participantes de la final» y «demuestran, una vez más, una clara y manifiesta animadversión y hostilidad de estos árbitros contra el Real Madrid».

Alude el Real Madrid a que esas manifestaciones, efectuadas «bajo un tono amenazante» apelando a la unidad de los árbitros, «distan mucho de los principios de equidad, objetividad e imparcialidad que deberían imperar a escasas horas de un acontecimiento futbolístico» como la final de la Copa del Rey que «centra la atención de cientos de millones de personas en todo el mundo». Por todo ello, y «ante la gravedad de lo sucedido», el Real Madrid reclama «que los responsables de la RFEF y del estamento arbitral procedan en consecuencia, adoptando las medidas correspondientes en defensa del prestigio de las instituciones que representan».

El órdago lanzado por el Real Madrid pasaría por sustituir a De Burgos Bengoetxea y a González Fuertes, un movimiento que no está dispuesto a asumir la FEF ya que socavaría la independencia del CTA, cuya composición y forma de trabajar lleva meses tratando de cambiar a toda costa Florentino Pérez. «Llevamos preparando desde hace dos meses la fiesta del fútbol y como responsable del arbitraje tengo que hacer una llamada a la calma. Hay miles de personas que se han desplazado para vivir un gran partido y vamos a trabajar porque así sea», dijo Luis Medina Cantalejo, presidente del CTA.

«Esto no es fútbol, es control de poder», reprochó Javier Tebas, presidente de la Liga y vicepresidente de la RFEF en un mensaje lanzado en sus redes sociales en el que arremete con crudeza contra el presidente del Real Madrid y le acusa de querer manejar las cosas a su antojo.

El Real Madrid dice que nunca se ha planteado renunciar a jugar la final

 El Real Madrid CF ha indicado que «nunca se ha planteado renunciar a jugar la final» de la Copa del Rey MAPFRE contra el FC Barcelona, prevista para este sábado (22.00 horas) en el Estadio de La Cartuja y que «entiende que las desafortunadas e inapropiadas declaraciones de los árbitros» De Burgos Bengoetxea y de González Fuertes «no pueden manchar un acontecimiento deportivo de trascendencia mundial».

«Ante los rumores que han surgido en las últimas horas, el Real Madrid comunica que nuestro equipo nunca se ha planteado renunciar a jugar la final de mañana», señaló la entidad merengue este viernes en un nuevo comunicado oficial, con una redacción más cautelosa que la usada pocas horas antes en su primer texto de crítica a los árbitros.

«Nuestro club entiende que las desafortunadas e inapropiadas declaraciones de los árbitros designados para este partido, efectuadas 24 horas antes de la final, no pueden manchar un acontecimiento deportivo de trascendencia mundial que verán cientos de millones de personas y por respeto también a todos los aficionados que tienen previsto su desplazamiento a Sevilla, y a todos aquellos que ya están en la capital andaluza», añadió la segunda nota de prensa madridista.

Por último, el Real Madrid dijo entender «que deben prevalecer los valores del fútbol, a pesar de la hostilidad y la animadversión que hoy han quedado de manifiesto, una vez más contra nuestro club, por parte de estos árbitros designados para la final».