La incertidumbre sobre el futuro de Montse Tomé ahonda en la herida de España

Oscar Bellot COLPISA

DEPORTES

Atlas

La FEF mantiene en compás de espera a la seleccionadora, cuyo contrato expira el 31 de agosto y a la que se le discute la lectura del partido que hizo ante Inglaterra

28 jul 2025 . Actualizado a las 16:22 h.

Un título de la Liga de Naciones y una final de la Eurocopa forman parte del balance de Montse Tomé en los 22 meses que lleva al frente de la selección española, pero su futuro está en el aire cuando resta un mes para que expire el contrato que firmó cuando tomó el testigo de Jorge Vilda tras el Mundial celebrado hace dos años en Australia y Nueva Zelanda. La Federación Española de Fútbol (FEF) mantiene en compás de espera a la ovetense mientras analiza lo sucedido en tierras helvéticas, donde España deslumbró con su juego y alcanzó por primera vez la última instancia en un Europeo pero se quedó con la miel en los labios, derrotada por Inglaterra en una tanda de penaltis que no hizo justicia a los méritos contraídos por las españolas a lo largo del torneo.

«El futuro de Montse Tomé es un tema que tenemos que abordar pero ahora no es el momento. Tomé ha hecho un trabajo encomiable y con mucha valentía. En todo momento ha estado a la altura. Se hablará después de su futuro», dijo Rafael Louzán cuando el presidente de la FEF fue interpelado el domingo acerca de ese cercano vencimiento del vínculo que liga a la preparadora asturiana con el organismo que encabeza el dirigente desde el pasado 16 de diciembre.

Tiró de esa vena tan gallega que le caracteriza Louzán para mantener escondidas sus cartas respecto a una decisión por la que pasa el futuro de la selección española porque pese a que se valoran los logros que ha conseguido Tomé al conformar un bloque en el que impera la camaradería y rezuma talento integrando a la mejor generación de la historia del fútbol femenino en España, no es oro todo lo que reluce. Junto a los éxitos pesan también las decepciones, con esa Eurocopa que se escapó en la tanda de penaltis en primer plano y el cuarto puesto obtenido en unos Juegos Olímpicos de París 2024 a los que España acudía como favorita todavía muy presente, y además Tomé es una figura heredada de un pasado turbio que la FEF quiere dejar definitivamente en el olvido.

El peso del pasado

Cabe recordar en este sentido que la asturiana formó parte del cuerpo técnico de Vilda como principal asistente del ahora seleccionador de Marruecos durante cinco años y que no era la opción preferida para una parte de las internacionales cuando se produjo su nombramiento precisamente por ese deseo de abrir las ventanas para que entrase aire fresco en la selección española. Tomé ha ido ganándose el aprecio de varias integrantes de la caseta con el paso del tiempo, pero su figura aún suscita recelos y su enfrentamiento con Jenni Hermoso, con la que se cruzó varios mensajes agrios en puertas de la Eurocopa, tampoco ayuda a consolidarla como esa figura de consenso que desea la federación para terminar de cerrar heridas pretéritas.

«No es algo en lo que piense. y no quiero pensar. Siempre he comentado que es algo que lo lleva mi grupo de trabajo externo. En mi cabeza solo está ahora lo que habíamos preparado, lo que ha pasado y no ha pasado. Ahí es donde tengo la cabeza, no quiero pensar más allá», apunto Tomé cuando la interrogaron en Basilea acerca de esa decisión sobre su futuro que pasará, en buena medida, por el parecer de Reyes Bellver, directora de fútbol femenino de la FEF, y de su segunda de a bordo, María Pry, quienes han impulsado un proceso de cambio en los cuerpos técnicos de las categorías inferiores que podría afectar también a la absoluta.

Los críticos reprochan a Tomé la discutible lectura que hizo del pleito ante Inglaterra, donde retiró a Alexia Putellas en la segunda parte para incrementar el número de piezas en el frente ofensivo con la entrada en acción de Claudia Pina, quien había sido reservada de entrada por la ovetense para dejar espacio a Athenea del Castillo en el once, volvió a apostar por Salma Paralluelo de cara al tramo final pese a las erráticas actuaciones de la aragonesa en el torneo, y dejó sin minutos a Cristina Martín-Prieto a pesar de que las características de la atacante andaluza parecían más adecuadas para un momento del partido en el que España apeló a los centros como argumento para buscarle las vueltas a Inglaterra.

«No pienso en si tenía que haber hecho esto o lo otro, incluso los penaltis. Seguramente se hubiese podido hacer algo mejor, así que lo trataremos de analizar», atajó la seleccionadora española respecto a esas decisiones técnicas que suelen aprovecharse con ventajismo para pasar factura en la derrota y que, en este caso, vienen a ahondar en la herida al término de una Eurocopa que deja luces pero también sombras.

España dejó por el camino números brillantes, sedujo con su juego, superó con pleno de victorias la primera fase, apeó en cuartos a la anfitriona y noqueó en semifinales a la que venía siendo su bestia negra, Alemania, pero Inglaterra le clavó el puñal en la final de una forma dolorosísima y ello obliga a una necesaria reflexión en vista de lo que se le viene encima.

Porque España volverá a la acción en octubre, mes en el que se verá las caras con Suecia a doble partido en semifinales de la Liga de Naciones, un escalón que alcanzó doblegando precisamente a Inglaterra el pasado 3 de junio con un doblete de Claudia Pina en Cornella. En caso de superar a las escandinavas, se mediría a la vencedora del cruce entre Alemania y Francia en la final que se celebrará el 2 de diciembre en sede que todavía está por definir. Y ya en el 2026, comenzará el camino que debe llevarla hasta el Mundial del 2027 que acogerá Brasil y donde aspira estar para defender la corona que se ciñó dos años atrás en el Estadio Australia de Sídney.