«Los lugares más famosos pierden su magia por el turismo masivo, la playa de As Catedrais hay que visitarla en invierno»

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David Giménez quedó fascinado por A Mariña tras 77 días rodeando a pie la Península Ibérica, pero lamentó que As Catedrais es intransitable en verano
07 ago 2025 . Actualizado a las 14:28 h.«Los lugares más famosos pierden su magia por el turismo masivo. La playa de As Catedrais hay que visitarla en invierno». Es la advertencia de David Giménez Ramos, un «nómada» de 31 años que hace 78 días partió de su localidad natal, Salou, con el desafío de rodear toda la Península Ibérica a pie con un gasto de «unos 10 euros al día» y con la única compañía de su «amigo Charly», un carro donde lleva «una tienda de campaña, el colchón, algo de comida, ropa, baterías externas, un hornillo...». Con 1.660 kilómetros en sus piernas, este martes partía desde Viveiro hacia Ortigueira.
«He andado todos los días menos tres. Uno en el que estuve enfermo y me busqué un hotel, otro en el que mis padres vinieron a verme al País Vasco y otro a los 14 o 15 de salir en el que ya no podía más», detalla un hombre que comparte su aventura con más de 40.000 seguidores en la cuenta de Instagram @elretodedavid. «Hago una media de 28 kilómetros, pero ayer batí mi récord, con 39 y pico desde Foz a Viveiro», explica un David fascinado por la belleza con la que Galicia lo ha recibido en su entrada desde Asturias por A Mariña.
«Solo con andar un poco, se te pone la piel de gallina con los lugares naturales que puedes descubrir para disfrutarlos solo. Me encantó la cetárea de Rinlo, donde pude bañarme solo, fue una pasada. En Galicia me he encontrado playas, acantilados, gente maravillosa... Me fui a Australia sin saber una palabra de inglés, viví de isla en isla en Indonesa y allí aprendí a disfrutar la naturaleza, pero en este viaje he descubierto que en el norte de España hay lugares que no tienen nada que envidiar a cualquiera en el mundo», destaca.
«Andando a cinco kilómetros por hora te da tiempo a ver y disfrutar todo», cuenta un joven agradecido a los «muchísimos amigos y seguidores» que lo apoyan. «He crecido una barbaridad en redes sociales. Hay gente que conduce muchos kilómetros solo por verme, para darme ánimos o ayudarme con un poco de comida», relata agradecido pese a «una mala noche». «Tengo el colchón fastidiado y lo más importante para completar el reto es descansar bien», razona Giménez Ramos, que intenta instalar su tienda de campaña en lugares discretos.
«Encontrándome»
«Todo el mundo me decía que este reto es imposible, pero nunca me ha importado lo que los demás digan», relata un joven que quiere ser fuente de inspiración. «Trabajaba en una estación de esquí en Formigal, ahorré algo de dinero y me planteé hacer esto. Es una forma de conectar conmigo mismo, conocerme mejor, demostrarme que soy capaz de lo que me propongo e inspirar a la gente para superarse. Solo se necesita una tienda de campaña, corazón y dos piernas», razona sobre lo que también considera «una terapia» para el TDAH (trastorno déficit de atención e hiperactividad) del que está diagnosticado. «Mi cabeza va a mil, si me gusta algo voy al extremo, quiero hablar mucho más rápido de lo que pienso... Pero soy feliz y estoy agradecido de lo que tengo», afirma David.
Sin pausa, pero sin prisa aguarda completar más de 5.000 kilómetros y estar de vuelta en Salou. Su paso por A Mariña ya le ha dejado huella.