Piden cinco años de prisión para un panadero dezano por un presunto delito continuado de agresión sexual a una empleada

La Voz LALÍN / LA VOZ

DEZA

20 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La Fiscalía solicita cinco años de prisión, cinco años de libertad vigilada para un panadero dezano acusado de un presunto delito continuado de agresión sexual con prevalimiento de relación de superioridad al tratarse la presunta víctima de una empleada. El juicio tendrá lugar en la Audiencia Provincial y la fiscalía entiende que este presunto delito «absorbe a un delito de acoso sexual en el ámbito laboral por parte de un superior».

Desde la acusación se piden además para el acusado una pena de diez años de inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio o actividades, sean o no retribuidas, que conlleve el contacto regular y directo con personas de edad». Así como la prohibición de aproximarse a menos de cien metros del domicilio de la presunta víctima (aunque ella no se encuentre en su interior), a su lugar de trabajo o a cualquier otro frecuentado por ella, así como la prohibición de comunicarse por cualquier medio con esa misma persona por un período de seis años.

A estas penas y en concepto de responsabilidad civil, el fiscal solicita el pago por parte del acusado a la mujer de 10.000 euros por daños morales.

Los hechos se remontan a abril del año pasado cuando fue contratada la trabajadora como empleada en una panadería, tanto en el horno como en el establecimiento de la misma panadería. Se acusa al panadero de realizar diversos tocamientos a la mujer sin su consentimiento.

En el escrito de acusación se relata que el hombre llevó flores o bombones a la mujer varias veces «pretendiendo con ello, que ella aceptase la situación». La mujer, se apunta en el escrito de la fiscalía, rechazó a su jefe alegando que no quería tener más contacto con él que el profesional y rechazando también invitaciones para ir con él a otra localidad los domingos.

En el relato del fiscal, que sostiene el escrito de acusación, se da cuenta de varios episodios ocurridos al parecer de forma reiterada denunciando distintos tocamientos y acercamientos por parte del acusado tratando de abrazarla o cogiéndole la mano acariciándosela.

Unas situaciones que al parecer se reiteraron hasta el 9 de julio. Ese día, la mujer, según se recoge en el escrito de la fiscalía, reclamó al panadero los salarios que le debía y aprovechó para recriminarle una vez más los hechos y a continuación el panadero procedió a despedirla.

La trabajadora presentó denuncia por esos hechos el 17 de julio de ese mismo año. Las diligencias del caso fueron llevadas a cabo por el Juzgado de Instrucción número 2 de Lalín que interesó la apertura del juicio oral en la Audiencia pontevedresa.