Nueva vida para el Vasan con cambio de concepto, de imagen y de gerencia

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

R. G.

Carlos Gómez estará al frente de un negocio que espera abrir en Navidad

23 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El café Vasan, situado en el número 6 de la calle Justo Martínez, volverá a abrir sus puertas en los próximos meses con un cambio de look, de concepto y de gerencia. El céntrico negocio, que había echado el cierre a finales de junio, reabrirá ahora de la mano de Carlos Gómez Figueiras, Cepas, uno de los más experimentados profesionales de la hostelería estradense.

Carlos Gómez (A Estrada, 1972) tiene previsto hacer una reforma de calado en un local que ofrece grandes posibilidades, ya que además del espacio habilitado hasta ahora como bar cuenta con una parte posterior —donde en su día funcionó el parque infantil Brincadeira— susceptible de ser incorporada para el uso hostelero. Además, el negocio se encuentra en pleno centro neurálgico, en una calle semipeatonal con buenas opciones para desplegar terrazas.

Las obras del local ya han comenzado, con la intención de poder abrir al público el nuevo negocio en las próximas Navidades. El promotor prefiere no avanzar demasiados detalles del nuevo negocio, pero comenta que será un local de cafés y desayunos y que está previsto incorporar también alguna opción de comida o picoteo.

40 años de experiencia

Carlos Gómez lleva cuatro décadas curtiéndose en el sector, en el que empezó con tan solo 13 años haciendo extras como camarero en bodas y banquetes. «Era outros tempos», recuerda. Pese a su corta edad, su seriedad y su capacidad de trabajo lo convirtieron enseguida en el empleado perfecto para cualquier evento. Por eso a Carlos nunca le faltaron oportunidades de empleo.

«Con 15 anos empecei a traballar tamén de carpinteiro na de Campuzano e despois conseguín tamén un contrato estable na sala de festas Lennon», recuerda. Fueron años de trabajar a destajo. «Pola semana traballaba na carpintería e a fin de semana na hostalería. Os venres e os sábados pola noite estaba de camareiro na discoteca Lennon, o domingo a mediodía ía servir vodas á Sala Gradín e pola noite volvía á Lennon», comenta. «Daquela era factible compaxinar todo porque as vodas eran case sempre os domingos a mediodía porque os sábados había que muxir e os domingos a xente tiña que marchar cedo para seguir traballando», explica Carlos Gómez.

El hostelero recuerda con cierta añoranza aquella época de trabajo y juventud en la que había energía para lo que hiciera falta. «Se viñeran de volta aqueles tempos...», dice riendo.

Carlos Gómez emprendió su primera aventura empresarial siendo un veinteañero. Lo hizo al lado de otros dos compañeros que trabajaban codo acodo con él en la sala de fiestas Lennon: Alfonso Calvo y César Rodríguez. A raíz de una reivindicación salarial que nunca llegó a ser atendida, los tres estradenses dejaron la discoteca y se lanzaron a emprender. Fue así como nació la taberna Adega Vides, un negocio con buenos vinos y tapas que estaba emplazado en la calle Serafín Pazo.

El hostelero dejó la sociedad un año después para volver a la carpintería y a Sala Gradín, «que foi realmente a miña cuna, onde aprendín todo». Un problema con los barnices le obligó a los dos años a dejar la carpintería definitivamente y lo animó a montar una cuadrilla de camareros con la que se ganó la vida hasta hace un año. «Aínda non me desenganchei de todo. Non son capaz e penso estar aí apoiando sempre», explica.

Un directivo del Estradense con un mote cariñoso

Además de dar el callo en el trabajo, desde hace unos años Carlos Gómez ha venido implicándose también en la vida social estradense. Fue integrante de las comisiones de fiestas del San Paio en los años 2024 y 2025, con Manuel Gañete como presidente, y es integrante de la directiva del Club Deportivo Estradense, en la que es responsable de Eventos. A Carlos muchos lo conocen en realidad como «Cepas», un sobrenombre cariñoso con el que lo bautizó un amigo. «Xogabamos ás cartas xuntos e cada vez que perdiamos chamábame ‘ceporro’. Entre eso e que daquela montara a Adega Vides, quedoume o de ‘cepas’. Non me molesta en absoluto. Ata hai quen me aconsella que lle poña ese nome ao bar», cuenta.