Los melindres que resucitaron a Nieves

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

E CUIÑA

La estradense empezó a hacer dulces para superar una depresión y acabó endulzándole la vida a media Galicia con sus irresistibles Pelegrina's

28 nov 2021 . Actualizado a las 15:02 h.

Algunas veces el camino a la felicidad está donde uno menos se lo espera. Da fe la estradense Nieves Couto Pereiras, que después de varias décadas alegrándole la existencia a sus amistades con su repostería casera ha encontrado en ella una vía para recuperar la ilusión de vivir.

La historia de Nieves es la de muchas mujeres que concilian robándole horas al sueño y renunciando al tiempo para ellas mismas. Madre de tres hijos, Nieves compaginó la crianza con su ajetreado trabajo en una aseguradora. A los cincuenta esperaba poder vivir tranquila al fin, con los hijos bien encaminados y una cartera de clientes interesante. Sin embargo, todo se le torció. Primero una rotura de tobillo la obligó a frenar en seco. Luego vinieron una fisura de pelvis y otra sucesión de acontecimientos que acabaron por desconectarla de su trabajo y sumirla en una depresión severa. «Estiven catro anos que non era eu. Non quería falar con ninguén e non facía máis que chorar», recuerda.

Empezó entonces el interminable baile por las consultas de psicólogos y psiquiatras, con su hija María siempre al lado. Fue ella quien acabó dando en el clavo. «Todos me dicían que tiña que facer algo para saír do paso e ela propúxome facer os melindres e vendelos. Eu non o tiña nada claro porque unha cousa é que lle gusten á xente porque son regalados e outra que chos vaian mercar», explica Nieves. Pero al final, tanto la animaron sus allegados, que Nieves se dejó llevar. «Como veño do mundo dos seguros, tiña moi claro que as cousas hai que facelas ben, así que solicitei o rexistro sanitario e empecei a traballar no baixo da casa», cuenta la repostera. Así fue como nacieron sus Pelegrina’s.

Nieves empezó fabricando melindres con la receta de su bisabuela María, que era originaria de Sobrado dos Monxes y que llegó a A Estrada acompañando a su hermano, casado en la parroquia de Agar. «Ten unha historia curiosa. Veu para Agar e tivo un fillo, pero despois marchou para Andalucía de ama de cría, para amamantar a un dos rapaces da familia Osborne», cuenta Nieves.

Receta familiar

A la repostera, la receta de los melindres le llegó a través de su madre, Elvira Pereiras. «Ela facíaos para as festas, para Primeiras Comuñóns, para levarlle a un médico ou a un avogado...», explica. Nieves heredó de su madre la maña y la receta, que no lleva más añadidos que yema de huevo, harina, nata y un baño de azúcar. «A partir dos doce anos empecei a axudarlle a miña nai e despois facíaos eu na casa para as reunións de amigos, sobre todo, porque o meu home e os meus fillos nunca foron dulceiros», cuenta Nieves.

Cuando la repostera accedió a poner a la venta sus melindres caseros no tuvo asesores de márketing, así que ella misma creó la marca comercial. Si la rama materna de su familia le dio la receta, la paterna le proporcionó el nombre. «Eu crieime coa miña nai e coa miña avoa paterna, que era de Riobó. Chamábase Peregrina, pero todos lle chamaban Pelegrina. Quíxenlle tanto a esa avoa que decidín poñerlle o seu nome ás galletas e chamarlle Pelegrina’s. Non ten nada que ver co Camiño, aínda que na etiqueta, que tamén a deseñei eu, sae a imaxe dunha peregrina», explica.

Bicas y mesas dulces

La buena acogida de los melindres animó a Nieves a hacer también roscas, cañas de crema y bicas blancas, que nacieron por la necesidad de aprovechar las claras de las yemas que se utilizan para los melindres, que se fabrican a mano, uno a uno. Tartas nupciales y mesas dulces completan su oferta. El público valora su estilo casero y hasta algún chef ha preguntado por el origen de una receta tan auténtica.

En A Estrada, las especialidades se venden en Villabrasil. Las Pelegrina´s también están disponibles en Facebook e Instagram y en tiendas de delicatessen de Santiago y otras localidades gallegas. De momento, a Nieves no le da el tiempo para más. Ella misma se encarga de la promoción, la fabricación, el empaquetado artesano y la distribución de los dulces, que compagina con el cuidado de su nieto Álex. Con el tiempo, le gustaría seguir aumentando su nueva cartera de clientes. «Este traballo é algo que me xera tranquilidade. Estou a gusto facéndoo e é algo que a xente valora», dice encantada. «Se non fora pola repostería non sei onde estaría», reflexiona.