El Concello toma medidas para que el incremento sea lo menor posible
22 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Concello de A Estrada tiene previsto darle un cambio radical este año al servicio de recogida de basura. La Unión Europea exige un porcentaje de reciclaje del 55 % y A Estrada —igual que casi todo el país— está muy lejos de esa cifra. Los residuos impropios que acaban en el contenedor verde llegan a veces al 40 %. Esto implica que la factura de Sogama se multiplica —el Concello paga en función de las toneladas enviadas a la planta de Cerceda— y que deja de percibir beneficios por una buena recogida selectiva.
Para tratar de cambiar de rumbo, A Estrada está definiendo un plan de acción que empezará por reorganizar el mapa local de contenedores y ampliar el número de recipientes. Según explica el edil de Medio Ambiente, Óscar Durán, se han abierto negociaciones tanto con la administración como con las distintas empresas implicadas en la recogida de basura local para ampliar el parque de contenedores. Lo que se pretende es reorganizar los recipientes en islas de contenedores de todos los tipos que favorezcan la recogida selectiva. Se está negociando la ampliación del número de contenedores azules para papel y cartón y se renegocia también con la firma que asume la recogida generalista la colocación de más contenedores verdes, que también se solicitarán a la Consellería de Medio Ambiente, nuevos o seminuevos.
Además se apostará por sustituir los contenedores amarillos de recogida de envases ligeros por unos de mayor capacidad. Los actuales tienen capacidad para 800 litros, pero el Concello buscará cambiarlos por otros de 3.200 litros para contribuir a favorecer así la recogida selectiva.
La deficiente separación de residuos ha llevado al Concello a retirar recientemente algunos contenedores. Ha sucedido en la calle Serafín Pazo, donde el exagerado depósito de residuos inapropiados suponía una carga extra para el recipiente que dificultaba su vaciado y provocaba su rotura. El Concello acabó optando por la retirada, buscando que vidrio, plásticos o cartones se depositen en los contenedores de recogida selectiva. También habrá cambios en la disposición de los contenedores verdes de la calle San Antón, ya que en algunos casos existen informes policiales que recomiendan su reubicación por estar invadiendo pasos de peatones.
Al tiempo que se reorganiza el parque de contenedores, A Estrada lanzará la contratación de la redacción de los pliegos de condiciones para sacar a concurso el servicio, que incluirá tanto la recogida convencional como la selectiva y la gestión del punto limpio, en el que las nuevas normativas imponen grandes cambios.
Se estima que el concurso podría tardar un año en resolverse, pero entretanto A Estrada quiere irse preparando para reducir los residuos del contenedor verde.
De cara al 2026 se impone una subida de la tasa de basura. Según explica Durán es «inevitable», ya que la nueva normativa nacional obliga a los concellos a aprobar nuevas ordenanzas y tasas antes del abril del 2025 y a repercutir obligatoriamente todos los costes relacionados con la basura. En A Estrada, el desfase entre el coste del servicio y lo que se recupera con la tasa es grande. El Concello de A Estrada, que de momento no tiene pliegos y no contempló la subida en los presupuestos del 2025, mantendrá la tasa congelada este año, asumiendo el riesgo de sanciones que según Durán podría llevar aparejada esta decisión. Asimismo, tomará medidas para contener los costes del servicio para que, cuando toque, la subida sea lo menor posible.
Siete mini puntos limpios totalmente a mano
A Estrada ha instalado en el casco urbano tres nuevos puntos limpios mini para facilitar el reciclaje. Cuentan con siete recipientes para el depósito de viejos cedes y deuvedés, material escolar, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, cápsulas de aluminio y plástico, pilas y baterías, cartuchos de impresora y lámparas de bajo consumo. Están instalados en la Praza da Feira (frente al restaurante Samaná), la Praza do Mercado y la zona de A Baiuca. Se suman a los cuatro que ya había en la Gran Vía (frente al Mesón da Estrada), la Avenida de Santiago (junto al bar Invictus), la Farola y la calle Ulla.