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Además de los músicos, profesionales como el pirotécnico Villanueva de Abades y el feriante Carlos Liste de Orazo consideran muy difícil poder remontar este año
25 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El parón de la fiesta multiplica afectados en la comarca. No solo los músicos de las distintas formaciones que amenizan cada celebración, sino dentro del entramado que a veces nos pasa más desapercibido pero que es imprescindible en una romería.
Es el caso de los fuegos artificiales. Manuel Villanueva es la cuarta generación al frente de la pirotecnia que fundó en 1890 su bisabuelo con el apellido familiar en Abades (Silleda), la única que sigue operativa en la comarca dezana. La producción de fuegos se detuvo totalmente con el estado de alarma, que le ha impedido hacer fiestas como el San Marcos de Lamela, Cervaña o la Festa da Rosquilla. Y lo que es peor, no hay previsión de cuándo se retomarán las fiestas: «Este é un sector moi temporal. O forte da tempada vai de abril a mediados de setembro. Que abran a mediados de agosto non nos valería para nada: non chega para manter o taller de pirotecnia no inverno ata o ano seguinte».
A la falta de directrices claras de las autoridades, añade una cuestión social no menor. En las parroquias, son los vecinos quienes sufragan las fiestas: «E se levan unha tempada sen ingresos, non van pagar cuotas como antes. Aínda que as permitan facer, se cadra non hai recursos suficientes, nin tempo para facer os petitorios ben». No hay ingresos, pero se mantienen todos los gastos: «Unha pirotecnia non é como un bar. Temos material perigoso, que temos gardado e vixiado. Eu teño no almacén unha alarma que precisa tres liñas de teléfono, e electricidade, e un seguro de responsabilidade civil que ronda os 5.000 euros». Por eso, como otros compañeros del sector con los que habló, ve el año muy negro: «O noso non é un sector esencial para vivir. A prioridade é alimentarse», y el parón les llegó en el peor momento, al inicio de una temporada que da prácticamente por perdida. Solicitará la ayuda del Concello de Silleda, junto a la estatal como autónomo.
Atracciones paradas
Carlos Liste tiene parada su atracción, el Dragón, desde el pasado Entroido. El feriante de Orazo (A Estrada) acudió como desde hace años a Xinzo de Limia, antes de tener que echar el cierre por el coronavirus. Atrás quedaron sin hacer San Lázaro y San José, en la zona de Santiago y la Pascua de Fisterra: «Xa se perderon as tres. E para maio falei coas comisións da Festa da Troita de Sigüeiro, do barrio da Piringalla de Lugo e da Santa Rita de O Barco e non haberá». Da por perdido también junio: el San Xoán de Covas, en Viveiro, piensa ya en aplazarse a septiembre.
Pero Liste señala que no es una solución: «Nós preferimos que suspenda a que cambien as fechas: temos xa festas todos os fins de semana, e se as aprazan van coincidir con outras». Liste es autónomo, con algún operario eventual en temporada. La ayuda recibida, de algo más de 600 euros, «non chega a un respiro. E dache moita impotencia ver que despois de 30 anos cotizando tes o mesmo que quen apenas contribueu ao país. Eu teño tres fillas estudando carreira, que fago». Porque el año lo da por perdido: «A ver se sacamos un préstamo ICO para aguantar ata o ano que vén».
Porque, como Villanueva, se cerraron los ingresos pero no los gastos: seguros de responsabilidad civil, del camión, y de retomarse las fiestas, tasas por ocupación, carburante, electricidad ... Por eso no ve claro que se limite el aforo: trabajando de 6 de la tarde a 2 de la madrugada, si solo puede ir la mitad de gente «é mellor quedar na casa». Además, su temporada veraniega hace escala en la costa ?Baiona, Praia América? y duda de que el turismo sea boyante este año.
Son dos ejemplos de las consecuencias del parón de la fiesta: «A xente non asimila o que é a festa en Galicia. Moitas xente vivimos dela, isto vai repercutir a todo o mundo», explica Liste.