Para la planta de Clesa en Caldas de Reis (Pontevedra), este mes de agosto es decisivo. Tras la presentación el pasado día 4 de un expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción para sus 150 trabajadores, la plantilla vive en una cuenta atrás a la espera de un inversor que pueda asumir esa factoría.
La fábrica, perteneciente al grupo Nueva Rumasa y especializada en la producción de yogures y flanes, está en concurso de acreedores desde el pasado 30 de mayo. Tres técnicos forman el equipo de administradores nombrados por el titular del Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid, que apartó a la familia Ruiz-Mateos de Clesa por su gestión deficiente al frente de esta firma.
Pese al hermetismo que mantiene la Consellería de Economía e Industria sobre el futuro de la planta, y a menos de un mes de que se acabe el plazo para encontrar comprador, fuentes consultadas por La Voz apuntaban ayer que hay al menos tres inversores gallegos interesados en hacerse con el control de la factoría ubicada en Saiar.
Ofertas de cooperativas
Dos de esas opciones están vinculadas al mundo de las cooperativas agrarias, más concretamente, al sector lácteo. Los nombres que suenan son los de Alimentos Lácteos y Feiraco. Desde el sindicato Unións Agrarias se afirmó ayer que la supervivencia del grupo Alimentos Lácteos, que produce la marca Deleite, está amenazada por el intento de control que ejercen dos cooperativas -Gancobre y La Arzuana- «en términos puramente ideológicos», en referencia al PP.
Al supuesto interés de Alimentos Lácteos y Feiraco por Clesa se suma el que mantienen personas vinculadas con la planta de Saiar. Una baza en la que también estaría implicado un empresario de Caldas.
El precio de la operación, que incluye la compra de la planta y el aval que estudia el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), marcará la marcha de las negociaciones. Mientras, la plantilla de Clesa celebra mañana una asamblea informativa.