Jubilados de As Pontes: «Con Endesa tivemos unha sorte grande, con moi boas condicións»
ECONOMÍA
Quienes se retiraron después de trabajar en Endesa se consideran hoy unos afortunados, pero lamentan el negro panorama que tienen los jóvenes
08 sep 2019 . Actualizado a las 09:37 h.La puesta en marcha de la explotación minera y de la central térmica supuso un antes y un después para el municipio de As Pontes y para la gran cantidad de trabajadores ligados profesionalmente a su actividad durante décadas. De la mano de la empresa Calvo Sotelo y, a continuación, de la compañía Endesa, la localidad se aupó como una villa próspera, con altos índices de empleo y unos salarios y beneficios sociales que fueron mejorando con el paso de los años. Ahora, sus pensionistas afrontan un retiro «tranquilo», sin olvidar que sus condiciones laborales «non sempre foron así».
Unos «afortunados»
Alejando Fernández, José Fornos, Pablo Montero, Aurelio Romero y Alfonso Tembrás están ya jubilados. El primero entró a trabajar en la antigua Calvo Sotelo en 1968. «E non chegaba a cobrar nin 400 pesetas», dice. El resto pasó a engrosar las filas de la minera en los setenta. «Daquela moita xente non quería entrar aquí porque se cobraba moi pouco, de feito moitos fóronse. Supoño que despois se arrepentirían», explica Montero. Todos comenzaron ganando unas 10.000 pesetas al mes, pero la llegada de Endesa supuso un giro de 180 grados. «Tivemos unha sorte moi grande, estamos moi contentos porque conseguimos unhas condicións moi boas», asegura Fornos. Y ahora, ¿cómo viven de jubilados? «Nós moi ben, somos uns afortunados, pero a xuventude non ten opcións. Estamos nun momento complicado e non pinta nada ben a cousa, a pena e que non haxa máis saídas para eles». Conscientes de los numerosos comentarios que suscitan sus elevadas pensiones subrayan que «sempre se fala dos de Endesa, pero non dos de outras empresas eléctricas, dos dos bancos ou dos políticos. Deses ninguén se acorda nunca».
Orientación industrial
La clave de la riqueza de As Pontes se entiende dada la gran orientación industrial que, durante décadas, tuvo la localidad. «Es evidente que la agricultura, la hostelería o el turismo son importantes, pero no generan el valor añadido o las retribuciones que proporciona la industria», destaca el alcalde, Valentín González Formoso. Por eso, el socialista se muestra crítico con «algunas políticas» que «deterioran y hacen desaparecer el sector industrial». Tener amplias opciones gracias a las elevadas rentas ha generado «una sociedad muy dinámica y con gran acceso a la educación. Esto nos hace un pueblo más rico también en lo social».
