PharmaMar da el paso definitivo para entrar esta vez a lo grande en el mercado oncológico europeo

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

M.MORALEJO

Solicita permiso a la Agencia Europea de Medicamentos para comercializar el antitumoral Zepzelca que ya vende en EE.UU.

21 may 2025 . Actualizado a las 20:09 h.

«Siempre seremos una empresa gallega. Se es de donde se nace», dice el grupo PharmaMar, fundado a partir de la histórica bioquímica Zeltia (Vigo, 1939), que en el 2019 acabó renunciando definitivamente a su división de insecticidas para zambullirse en el gran mercado oncológico global en el que lleva luchando por hacerse un hueco desde que en el año 2007, y no sin dificultades, logró lanzar Yondelis, el primer medicamento contra el cáncer de patente española que ahora se vende en más de cien países.

El paso dado ayer es mucho más ambicioso, porque el medicamento en cuestión, desarrollado por la compañía a partir de moléculas extraídas de los fondos marinos, es de aplicación mucho más amplia que Yondelis, con potencial para abarcar un mercado de más de mil millones de euros al año, según estimaciones de la propia compañía que preside José María Fernández Sousa.

Según informó a la CNMV, PharmaMar ha presentado a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), la autoridad sanitaria de referencia, la solicitud para comercializar Zepzelca (lurbinectedina), el antitumoral que ya representa el grueso de sus ingresos, desde el acuerdo de licencia firmado por la compañía con Jazz Pharmaceuticals en el 2019 para Estados Unidos, el primer país que autorizó el uso del fármaco, aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) en el 2020. 

Desde entonces, Zepzelca ha conseguido autorización para tratar pacientes oncológicos en 18 países alrededor del mundo, incluidos China, Hong Kong y Macao. El último en incorporarlo a su mercado, esta misma semana, ha sido Argentina, según ha anunciado la biotecnológica a la CNMV.

De entrada, Europa no debería de poner muchos peros a la autorización de Zepzelca, aunque para PharmaMar la EMA es un hueso duro de roer. Primero con Yondelis, y después con Aplidin, un fármaco contra el mieloma múltiple, que las agencia europea mantuvo bloqueado durante años «injustamente», según sentencia del Tribunal Superior de Justicia Europeo del 2024, que archivó el litigio, en el que PharmaMar denunció conflicto de intereses de los expertos de la EMA, y el alto tribunal acabó dando la razón a la farmacéutica española.

Ahora, la biotecnológica llega ante los responsables de dar el visto bueno a su medicamento con abundantes estudios que confirman su eficacia en el tratamiento del cáncer de pulmón de célula pequeña, una enfermedad de la que cada año se diagnostican unos 30.000 casos solo en España. Según lo avanzado por la compañía a la CNMV, la petición de autorización «se basa en los resultados estadísticamente significativos y clínicamente relevantes» de un ensayo en fase tres, es decir, con pacientes. Un anuncio que los inversores premiaron generosamente, elevando la cotización durante toda la jornada —la subida final fue del 4,6 %, hasta los 88,70 euros por acción—.

Hay que recordar que PharmaMar sigue mejorando su retribución al accionista tras haber cerrado el 2024 con unas ganancias de 26,1 millones de euros, una senda que no ha podido repetir en este arranque del 2025, en el que la firma ha cosechado unas pérdidas por valor de 3,9 millones de euros en los tres primeros meses del año.

La compañía que preside José María Fernández Sousa ha informado a la CNMV de que celebrará su junta general de accionistas el próximo 18 de junio y que allí llevará una propuesta para distribuir un pago de 0,8 euros por cada acción en circulación.

Este dividendo supone un importe máximo histórico de casi 14,6 millones de euros, y un incremento del 23 % respecto al pagado el año pasado de 0,65 euros por título.