
Viajar de pie en los autobuses urbanos es algo consolidado desde los orígenes de este transporte, aunque tiene restricciones. Por eso estén preparados con barras para sujetarse. Como no circulan a mucha velocidad, la posibilidad daños por caídas o golpes es relativamente baja. Otra cosa son los interurbanos, en los que la posibilidad de viajar de pie está amparada por la ley. Se trata de una práctica excepcional, que depende de una alta demanda o de la imposibilidad de preverlo.
Pilar López Ferreiro, una usuaria del autobús que cubre el trayecto de Sarria a Monforte, se preguntaba el lunes en una carta al director para qué llevan cinturón los asientos de un autobús "si los que tienen que ir de pie van haciendo equilibrio" y por qué un pasajero que va de pie "paga su billete como si fuese sentado". "Explíquenme qué pasaría si alguno de esos pasajeros que se ve obligado a viajar de pie en caso de accidente resulta herido o (Dios no lo quiera) fallece. ¿Quién es el responsable: la empresa, la consellería, la DGT, o todos ellos?», escribió.
«A posibilidade de transportar persoas de pé no transporte de viaxeiros por estrada está condicionada á homologación do vehículo e ás circunstancias da circulación», explican en la Dirección Xeral de Mobilidade, de la Consellería de Presidencia. También indican que, como norma general, hay un tipo de autobuses interurbanos en que se puede viajar "de pé en determinados percorridos".