
La banda independentista vasca provocó el terror durante 60 años
14 oct 2025 . Actualizado a las 17:04 h.Hay acontecimientos de la Historia que a los estudiantes que estáis ahora secundaria o bachillerato pueden resultaros muy lejanos, pero que no lo son tanto; es más, son hechos grabados en la memoria de vuestros padres y abuelos. Uno de ellos es el terrorismo de ETA que ensombreció la historia de España en la segunda mitad del siglo XX y se extendió hasta la primera década del XXI.
La organización terrorista vasca, cuyas siglas significan Euskadi Ta Askatasuna (País Vasco y Libertad) fue creada durante la dictadura de Francisco Franco, en 1958-59, por jóvenes radicales que lucharon por la independencia del País Vasco. Era un grupo nacionalista y socialista, pero un hecho lo diferenció de otros grupos legítimos: utilizaron la violencia para alcanzar su fin. Causaron cientos de muertes durante décadas, entre sus objetivos había políticos, militares o agentes de seguridad, pero también empresarios o gente sin ningún cargo. Además, protagonizaron secuestros y provocaron un clima de terror en toda España.
Hay muchas lecturas que permiten adentrarse en esta época, ponerse en la piel de los protagonistas, víctimas y verdugos, y conocer un poco mejor lo que ocurrió. Muchas son novelas tradicionales, como Mejor la ausencia, de Edurne Portela, que lo hace desde la experiencia de Amaia, una adolescente que narra el entorno crudo en el que crece. O Patria, de Fernando Aramburu, que refleja a la perfección el día a día de un pueblo, unos vecinos, obligados a posicionarse de un lado u otro, a costa de soportar miradas, aguantar amenazas o perder amistades.
Y empezamos con esta novela, Patria, para hablar de los cómics que abordan el terrorismo de ETA. Toni Fejzula adaptó el best-seller de Aramburu, y arranca con una escena en la que una mujer habla a una tumba, la de su marido, el día en el que ETA anuncia el abandono de las armas. Bittori, así se llama la mujer, tenía una amiga íntima y vecina con la que hace años no se habla; es la madre de Joxe Mari, un terrorista encarcelado y sospechoso del asesinato del hombre que Bittori visita ante la tumba.
De las relaciones que se pierden va también He visto ballenas, de Javier de Isusi, que además, introduce la figura de los GAL, los Grupos Antiterroristas de Liberación: financiadas por el Gobierno español tenían el objetivo de combatir al grupo terrorista y mataron a 27 personas, algunas de ellas sin afiliación política conocida. La novela gráfica de Isasi transcurre en una cárcel de la Provenza francesa donde Josu, un exmilitante de ETA conoce a Emmanuel, un exmiembro del GAL. A casi mil kilómetros de distancia, Antón, un antiguo amigo de infancia de Josu, aún vive bajo la sombra de la muerte de su padre a manos de ETA, veinticinco años atrás.
Todo el dolor
Las oscuras manos del olvido, de Bartolome Seguí, aborda otro de los asuntos clave de esta época, los chantajes a empresarios vascos para que financiaran a la banda terrorista, extorsión que los propios terroristas llamaban «impuesto revolucionario». En este cómic, el protagonista es un mafioso italiano contratado por un empresario vasco que se negaba a pagar a ETA este impuesto revolucionario. Acordaron que si él o alguien de su familia eran asesinados, el italiano debería buscar a un tal Itzala y liquidarlo.
Los Puentes de Moscú, de Alfonso Zapico, es otro de los cómics que recrea a través de una charla las memorias de tres amigos, uno de ellos el propio dibujante; se trata de una obra que puede interesar más a padres y profesores, porque conocerán más a los otros dos protagonistas: Fermín Muguruza, artista independentista vasco; y Eduardo Madina, político socialista que perdió una pierna en un atentado contra su coche en el año 2002.
Por último, Manos blancas describe uno de los momentos más trágicos de la historia del terrorismo de ETA: en julio de 1997 la banda secuestró a Miguel Ángel Blanco, un concejal del PP de Ermua (Vizcaya) y exigió el acercamiento de todos los presos de la organización terrorista a cárceles del País Vasco, o en 48 mataría al joven. Miles de personas se manifestaron para exigir la liberación de Miguel Ángel Blanco, algo poco habitual en ciudades vascas, donde la población tenía miedo de manifestarse contra ETA. No sirvió de nada porque Blanco fue asesinado, pero aquellas concentraciones marcaron un punto de inflexión en la historia de la banda terrorista.
«Cualquiera de nosotros podía ser el protagonista de este cómic porque todos y todas sufrimos, protestamos y lloramos. Porque todos fuimos Miguel Ángel Blanco».

Las oscuras manos del olvido
Bartolome Seguí
Chantaje. ETA se financiaba con secuestros (por los que pedía rescates millonarios) y por el llamado «impuesto revolucionario», una cuota que tenían que pagar los empresarios vascos si querían seguir en la comunidad.

los puentes de moscú
Alfonso Zapico
Diálogo. Tres amigos se sientan a hablar y recordar. Uno es Zapico, el autor del libro, y los otros, el artista independentista Fermín Muguruza (de la banda de rock radical vasco Kortatu) y Eduardo Madina, político socialista y víctima de un atentado de ETA.

manos blancas
Rafael Jiménez y Kepa de Orbe
Unión. El secuestro de un joven concejal del PP y posterior ultimátum al Gobierno (o acercaba a todos los presos al País Vasco en 48 horas o mataba al joven) hizo que los vascos se echasen a la calle gritando ¡Basta ya!

Patria
Toni Fejzula
Enfrentamiento. Narra la vida de un pueblo en el que dos matrimonios amigos se acaban separando por culpa de ETA. Describe cómo la gente corriente acabó plegándose al miedo que desde el púlpito y el bar se promovía en nombre de todos los vascos.

he visto ballenas
Javier de Isusi
Los GAL. Los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) fueron agrupaciones parapoliciales que practicaron terrorismo de Estado o «guerra sucia» contra ETA. Quedó probado que sus responsables eran altos mandos del Ministerio de Interior.