El presidente balear, el socialista Francesc Antich, aseguró ayer que no se arrepiente de nada, en alusión a la expulsión de Unió Mallorquina del Ejecutivo por presunta corrupción, y remarcó que su objetivo es llegar a final de legislatura. Por ello, pidió «a todo el mundo» que sea «muy responsable», lo que supone un llamamiento a sus antiguos socios de Gobierno para que lo sigan apoyando ahora que están fuera del Ejecutivo. En declaraciones a los periodistas a las puertas del Consolat de Mar, donde ayer se reunió con los nuevos consejeros de Turismo y Trabajo, Joana Barceló y Pere Aguiló, respectivamente, Antich respondió así a la pregunta de si estudia convocar elecciones anticipadas.
El jefe del Ejecutivo balear aseguró que el nuevo Gobierno está trabajando «con la ilusión de llevar a cabo todos los proyectos que tiene en marcha y todas las inversiones previstas desde el Estado». Consciente de su minoría en el Parlamento y de los impedimentos que eso podría suponer a la hora de aprobar proyectos y leyes, Antich apeló a la responsabilidad de todas las formaciones políticas con representación en la Cámara autonómica, sobre todo para los «temas de Estado» que, a su juicio, requieren el consenso de todos. «Lo más responsable en estos momentos por parte de todos es, efectivamente, llegar hasta el final de la legislatura. Tenemos una hoja de ruta clarísima, pactada con los sindicatos y los empresarios sobre todas las materias que afectan a la ciudadanía», insistió.
«Este presidente no tiene miedo de nada, lo único que pide y demanda es que todo el mundo sea muy responsable», recalcó.