Sus otros dos compañeros han resultado absueltos en el juicio
09 jul 2012 . Actualizado a las 21:50 h.La Audiencia Provincial de Guadalajara ha condenado a un excursionista a dos años de cárcel y al pago de una indemnización de 10.640.000 euros por el incendio forestal que en julio del 2005 costó la vida a once miembros de un retén y arrasó más de 13.000 hectáreas en la comarca guadalajareña del Alto Tajo. Este hombre, Marcelino Herche, fue quien encendió la barbacoa que provocó el incendio en un día de fuertes rachas de viento e intenso calor.
El condenado era uno de los tres procesados por este caso -los otros dos eran el español Juan José Jiménez y el alemán Iasson Klados, que ayudaron a Marcelino a preparar la fatal barbacoa y que han sido absueltos- y durante el juicio celebrado la pasada semana aseguró que el incendio se originó, en realidad, en un campo de cereales cercano. Su versión de los hechos contrastó con la de los peritos y los agentes de la Guardia Civil encargados de la investigación quienes afirmaron que el fuego tuvo su origen en las ascuas que se desprendieron de la barbacoa debido al fuerte viento.
La Audiencia Provincial de Guadalajara considera al único condenado autor de un delito de incendio forestal por imprudencia grave, aunque le aplica las atenuantes de confesión y dilación indebida en el proceso. En concreto, la sentencia señala que Marcelino Herce fue quien se encargó de encender y vigilar el fuego en una zona recreativa donde las barbacoas estaban autorizadas. Sin embargo, según la resolución judicial, no adoptó las mínimas medidas de precaución para evitar el incendio forestal que al final se produjo.
Contra su versión también testificaron el vigilante de la cercana cueva prehistórica de Los Casares, Emilio Moreno y una vecina de La Riba de Saelices, el municipio de donde partió el fuego, Elvira Moreno. Mientras el primero afirmó haber avisado a los excursionistas de la peligrosidad de encender la barbacoa en un día de especiales condiciones atmosféricas adversas, la segunda señaló que Marcelino reconoció haber sido el culpable de la catástrofe durante las primeras horas del fuego «porque dijo que se le fue de las manos».
La pena impuesta finalmente por la Audiencia de Guadalajara rebaja las inicialmente pedidas por la fiscalía y las acusaciones particulares, que solicitaban hasta siete de cárcel para los tres procesados y el pago de cerca de 14 millones de euros de indemnización a la Junta de Castilla-La Mancha por el coste causado a sus servicios de lucha contra incendios a lo largo de las dos semanas que duró el control y extinción del fuego. La sentencia, comunicada este lunes a las diferentes partes, puede ser recurrida ahora ante el Tribunal Supremo.
Caso cerrado
De esta forma, el caso del incendio de Guadalajara, en el que llegaron a estar imputadas 29 personas -entre ellas la exconsejera de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, Rosario Arévalo- se cierra con un único condenado: el hombre que cometió la imprudencia de encender una barbacoa en un día de huracanadas rachas de viento y fuerte calor. Su acción provocó la quema de más de 13.000 hectáreas de bosques de pino resinero, sabina mora y roble y la muerte de once miembros de un retén durante las labores de extinción.
En cuanto a las posibles responsabilidades políticas por la tragedia -se acusó a la Consejería de Medio Ambiente de haber actuado demasiado tarde y sin pedir la ayuda necesaria a otras administraciones- éstas quedaron descartadas en la comisión de investigación abierta en las Cortes de Castilla-La Mancha en agosto del 2005, ya que su conclusión final fue que los técnicos de Medio Ambiente actuaron correctamente.