Manuel Valls y Vargas Llosa arroparon a la candidata de Ciudadanos en un acto electoral que se convirtió en un alegato contra los riesgos de los separatismos para la paz y para Europa
17 dic 2017 . Actualizado a las 09:36 h.«España es una democracia y un Estado de bienestar y la gente se olvida de que la historia puede repetirse», comenzó diciendo ayer el ex primer ministro socialista de Francia, el catalán Manuel Valls, en un acto de Ciudadanos para arropar, junto al premio Nobel Mario Vargas Llosa y Albert Rivera, a la candidata Inés Arrimadas. Fue un foro en el que los cuatro hicieron frente común contra los nacionalismos, en defensa de una Europa unida y contra una izquierda antidemocrática como la CUP, como la calificó el peruano. Arrimadas, quien entró al teatro Goya de Barcelona envuelta en gritos de «presidenta, presidenta», puso en valor el origen del partido para combatir el nacionalismo catalán hace más de un decenio.
Sobre el mismo escenario donde Lolita Flores y Luis Mottola representan la obra Prefiero que seamos amigos, Valls recordó que, como decía el expresidente francés François Mitterrand, «el nacionalismo es la guerra», que «setenta años de paz en Europa y 40 de democracia en España son muy pocos, pero son valores comunes que tenemos que defender», argumentó. «He nacido en Barcelona y me siento catalán, y es que en Europa te puedes sentir catalán, francés y europeo y ser primer ministro de Francia. No hay muchos continentes donde esto es posible», afirmó provocando los aplausos de un público entregado. Y continuó: «España es una democracia y tiene una Constitución, es un Estado de derecho, con sus defectos como todos los países», dijo, entre sonoros aplausos, para rebatir el lema independentista de que España no es una democracia.
«Cuando eres europeo, defiendes unos valores, un Estado-nación y tienes que defender la unidad», porque, reseñó, el 21D «aquí no se juega el futuro de España o de Cataluña solamente, se juega el futuro de Europa». «Si se fractura España, es el futuro de Europa el que se fractura, se abre la brecha a todos los nacionalismos de Europa», alertó. Como también hizo contra los populismos, «que es jugar con el miedo de la gente», dijo.
Arrimadas, como Macron
«Todos los jefes de Gobierno lo han hecho bien en Europa. !Qué fracaso para los que esperaban un mensaje de Europa», soltó en referencia a que ningún país apoyó la hoja de ruta independentista. Y defendió un debate de valores frente al eje izquierda-derecha, una construcción de Europa frente a Estados cerrados y comparó a Arrimadas con el presidente Emmanuel Macron para cambiar la política catalana.
«El llamado de la tribu»
En un teatro con el aforo completo (más de 500 butacas) y muchas personas que se quedaron sin poder entrar, Vargas Llosa echó mano del filósofo Karl Popper y de su «llamado de la tribu» para decir que «es una manera de definir el nacionalismo, donde uno se siente seguro, tiene los mismos dioses, costumbres, lengua, en fin un mundo inventado». «El nacionalismo es una gran fuerza reaccionaria, puede parecer progresista, pero se manifiesta como una fuerza regresiva», reflexionó. Y se preguntó «cómo es posible que una región como Cataluña que había sido el modelo de progresismo intelectual, político, económico, retroceda a formas primitivas, anacrónicas, antidemocráticas, al nacionalismo». «La gran tradición de Cataluña ha sido una gran apertura hacia el mundo. A eso debe Cataluña lo mejor que tiene», afirmó antes de volver a la actualidad: «Cataluña no es lo que los independientes quisieran hacerle creer al mundo», aseguró entre aplausos antes de dar un apoyo más que explícito a Ciudadanos para las elecciones, «el movimiento joven que representa los verdaderos valores de Cataluña y España».
Fue rotundo también al quejarse de la presencia de una izquierda antidemocrática, antiprogresista. «No hay partido más reaccionario que la CUP ni más progresista que Ciudadanos», soltó. «El día que Inés presida la Generalitat habremos derrotado al nacionalismo», concluyó.
Rivera se sumó a las críticas al nacionalismo y en defensa del proyecto europeo. «Lo importante es que de esta campaña salga un mensaje de que Cataluña quiere ser mayoritariamente española y europea», afirmó. «El brexit ha sido una vacuna para Europa», aseguró. En su defensa del europeísmo frente al procés recurrió a los ataques al Gobierno de Rajoy: «La mitad del freno a lo que hemos vivido no lo ha dado Madrid, lo ha dado Europa». Después de este golpe al PP, se dirigió a Puigdemont, a quien comparó con el ultra francés Le Pen. Los tildó de populistas y dijo que ambos querían hacer un referendo para salir de Europa. «Los adversarios del futuro serán los populismos, no los socialistas ni los conservadores», afirmó como guiño a PP y PSC.
«Hay que regar la democracia»
Arrimadas, por su parte, además de cargar contra los nacionalismos, dio un tirón de orejas al Gobierno central y de paso a su rival más directo en las urnas, el PP. «A Europa solo ha llegado el mensaje de los nacionalistas» catalanes, apuntó antes de refutar el mito de los separatistas de que en España no hay democracia. «La democracia hay que regarla todos los días como una plantita, porque los nacionalistas riegan todos los días su semilla nacionalista», y «en España no se ha regado la plantita de los valores comunes».