El desafío secesionista desemboca en un tsunami de líderes en todos los partidos

M. L. Paz LA VOZ

ESPAÑA

Los nueve principales aspirantes a la Generalitat se estrenan de número uno

03 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Es inusual, pero en las elecciones convocadas para el 14 de febrero en Cataluña, los candidatos de los nueve principales partidos a la presidencia de la Generalitat son primerizos. Es la primera vez que concurren a unos comicios liderando el cartel. El último en borrarse del puesto de salida fue Miquel Iceta, del PSC, para ceder el testigo a Salvador Illa, secretario de organización de los socialistas catalanes. Carles Puigdemont encabeza candidatura, pero solo de modo simbólico. Los otros ocho, por diferentes razones de partido, también se estrenarán en esta batalla.

Carlos Carrizosa llegó a la cima de la candidatura de Ciudadanos tras una tormentosa travesía después de la marcha de la líder del partido, Inés Arrimadas, a Madrid y pese a que en las primarias la elegida fue Lorena Roldán, a la que luego se apartó por decisión de la propia Arrimadas y que acabó fichando como número dos del PP.

Laura Borrás, hasta ahora portavoz de JxCat en el Congreso, concurre a las elecciones en la candidatura independentista tutelada por Carles Puigdemont pese a estar investigada por el Tribunal Supremo por la presunta adjudicación irregular a un amigo de 18 contratos por valor de 259.863 euros cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) entre el 2013 y el 2017. Aunque fue elegida en primarias, hace unos días el expresidente de la Generalitat huido consideró liderar él la lista para intentar mejorar los resultados que las encuestas le están dando a la formación en el sentido de que prevén un sorpasso de ERC a JxCat. Sobre todo después de que un sector posconvergente rompiese amarras con Puigdemont, permaneciese en el PDECat y presentase aspirante a la Generalitat, Àngels Chacón. 

Candidato plano

El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, lidera la lista de ERC porque no puede hacerlo Oriol Junqueras, condenado por el 1-O a cárcel e inhabilitación. Aragonès no es ni diputado y llegó a la Presidencia por demérito de Quim Torra, que fue inhabilitado.

Jéssica Albiach sustituye a Xavier Doménech en el liderazgo de En Comú Podem (Catalunya en Comú y Podem), pero el grupo parte con la herida de que Noelia Bail ganó las primarias del Podemos catalán y la dirección la ha apartado de las listas.

La Candidatura d' Unitat Popular concurre con la exalcaldesa de Badalona, Dolors Sabater, quien ya hizo gala de las contradicciones de la formación. Mientras preconizan un contrapoder como antisistema que son, ahora se dicen dispuestos a entrar en un gobierno para «ser decisivos». Atrás queda su papel de presión, e incluso de fuerza, como cuando la CUP sacó en el 2014 a Artur Mas de la Generalitat.

Tras el descalabro sufrido por el PP en el 2017 al quedarse con 4 diputados de los 11 que tenía en el 2015, Xavier García Albiol volvió a la alcaldía de Badalona. El 14F, el partido presenta a Alejandro Fernández, toda una revelación en sus intervenciones parlamentarias contra los independentistas en el otoño del 2017. 

Brillante oratoria

Su brillante oratoria no la premian los sondeos, que auguran otro descenso del número de apoyos (del 4,24 del 2017 a un 3,8 que le otorga el CIS de diciembre entre voto y simpatía). Y si fue el entonces partido de Albert Rivera, con Inés Arrimadas de candidata, el que le arrebató las fuerzas a los de Rajoy hasta el punto de ganar las elecciones (36 diputados), ahora es previsible que los de Carrizosa las cedan a los de Santiago Abascal, quienes, según encuestas, se harán un hueco en el Parlamento catalán a base de muchos de esos votos, pero también de algunos que eran fieles a los populares. Para Vox cualquier resultado será fácilmente defendible porque parte de cero, pero para el PP y, en concreto, para Pablo Casado, es una prueba de solvencia de liderazgo. Y para Cs, a la que los sondeos relegan a quinta fuerza parlamentaria al pasar de un 25,37 de apoyos a un 8,2 %.

El secesionismo concurre dividido y a la gresca 

El independentismo sufre el desgaste del desafío al Estado que protagonizó, del desgobierno desde la Generalitat y la ruptura de cómo alcanzar el objetivo común: la autodeterminación de Cataluña. ERC, que opta por un gradualismo pragmático en el secesionismo, y Junts, que insiste en la vía unilateral, llegan a las elecciones más divididos que nunca. 

La ruptura de CiU

Junts per Catalunya, PDECat PNC, Lliures y Lliga Democràtica. El partido nacionalista que Jordi Pujol manejó, Convergència Democràtica de Catalunya, y que Artur Mas reinventó para arrimarlo al independentismo es hoy un cajón de sastre con secesionistas radicales liderados por Carles Puigdemont y su formación, JxCat, y aquellos que se resistieron a seguir alimentando esa rebeldía y acabaron admitiendo que la vía unilateral no lleva a ningún lado. Entre estos arrepentidos está Marta Pascal, del Partido Nacionalista Catalán, que promulga la moderación tras dejar atrás los vítores a la declaración unilateral de independencia. Otro hijo de CiU, el PDECat de Àngels Chacón, a la sazón destituida por Torra de la consejería de Empresa cuando JxCat y el PDECat rompieron relaciones, ha marcado distancias con sus antiguos compañeros: «Basta de hablar de quién es más independentista, más patriota o más nacionalista». 

Lliures, del exCDC Antoni Fernández Teixidó, y la Lliga Democràtica, de Astrid Barrio, son otros grupos que no comulgan con el independentismo, al que sí se suma Demòcrates, de Antoni Castellà, procedente de UDC. 

ERC

La sorpresa. Considera razonable convocar un referendo, pero ha roto amarras con la vía secesionista unilateral y con internacionalizar el conflicto y defiende un acuerdo con el Estado. Es un partido sorpresa. Las encuestas le han dado varias veces como ganador, pero siempre han fallado. El último CIS le concede un 19,4 % de apoyos frente al 11,3 de JxCat. Cuando los sondeos les otorgaban una ventaja de siete a nueve escaños más que a los de Puigdemont, va este y anuncia que será el número uno de la lista de Laura Borràs. Ante esta irrupción y el avance de JxCat, los republicanos se han visto en la necesidad de buscar apoyos en cualquier lado. Con guiños a la CUP como aceptar un referendo al final de la legislatura o con dardos como que ellos no hacen pruebas de pureza soberanista a nadie, ni prometen soluciones mágicas. Pero para el público independentista caminan lastrados por su apoyo a los Presupuestos de Sánchez.