El rey preside hoy el acto conmemorativo del golpe de Estado frustrado de 1981

G. Redondo LA VOZ | MADRID

ESPAÑA

Felipe VI recibe a Herrero de Miñón. El rey saluda al presidente de la Sección Primera del Consejo de Estado durante una reunión en la Zarzuela. Herrero de Miñón, uno de los siete padres de la Constitución, entregó ayer al rey un ejemplar de su último libro «XXI ensayos de Derecho Constitucional comparado»
Felipe VI recibe a Herrero de Miñón. El rey saluda al presidente de la Sección Primera del Consejo de Estado durante una reunión en la Zarzuela. Herrero de Miñón, uno de los siete padres de la Constitución, entregó ayer al rey un ejemplar de su último libro «XXI ensayos de Derecho Constitucional comparado» Casa del Rey

Los aliados independentistas del Gobierno no asistirán a la ceremonia

23 feb 2021 . Actualizado a las 07:41 h.

Con motivo del cuadragésimo aniversario del intento de golpe de estado del 23-F de 1981, el Congreso de los Diputados celebra durante la jornada de hoy un acto conmemorativo presidido por el Rey Felipe VI y por la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet. La ceremonia contará con diversas ausencias del panorama político español, entre ellas las de los aliados independentistas de Pedro Sánchez, el PNV, ERC y EH Bildu.

Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, acudirá en calidad de vicepresidente segundo junto al resto de vicepresidentas, Carmen Calvo, Nadia Calviño y Teresa Ribera.

Cuarenta años después de la irrupción de Antonio Tejero en el Congreso, los representantes más importantes del poder ejecutivo, legislativo y judicial acudirán al acto en el que intervendrá el jefe de Estado. La conmemoración de aquel suceso se desarrollará en medio de una situación anómala entre el aforo reducido por el coronavirus y una situación política con múltiples actores —las diferencias dentro del Gobierno y los disturbios vividos en la calle en los últimos días—. Entre los asistentes, esta vez sí se encontrarán miembros de Unidas Podemos, partido que ha criticado duramente este último año el papel de la Monarquía, con la presencia del portavoz Pablo Echenique.

Desde la formación morada esperan que durante su discurso Felipe VI lance un mensaje claro de «condena al franquismo» y su compromiso «inequívoco» con la democracia. Los socios de Gobierno estarán presentes, pero no así las formaciones políticas que apoyaron los presupuestos de Sánchez, PNV, ERC y EH Bildu. La portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, argumentó al anunciar su ausencia que «lo que supuso el 23F fue un reforzamiento de la Monarquía, instaurada por designación y decisión directa del franquismo».

En representación del grupo plural, acudirá la diputada Inés Sabanés, de Más País y por parte del grupo mixto irá como representante el diputado de UPN Carlos Garía Adanero. A la cita no faltarán, además, la presidenta del Senado, Pilar Llop, el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, y el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes. El acto, que tendrá lugar en el Salón de Pasos Perdidos, comenzará a las 13.00 horas con el resto de representantes políticos y con el rey Juan Carlos I en el extranjero.

LOS ESCOLARES DESCONOCEN LA TRAMA GOLPISTA

Casi tan desconocido como los reyes godos

F. H. GINEL

El intento de golpe de Estado del 23F cumple este martes 40 años. El episodio histórico, uno de los momentos más trascendentales de la Transición a la democracia, es ahora casi desconocido para varias de las nuevas generaciones de españoles. Para muchos ciudadanos la enseñanza obligatoria constituye la fuente principal para aprender historia, pero la abundancia de contenidos obliga al sistema educativo a descartar ciertos capítulos y a abordar otros de forma superficial.

La historia contemporánea suele reservarse para el final de curso, y final equivale a nunca en muchos casos. «¿Está relacionado con las Torres Gemelas?», se cuestiona Unai, de 18 años, preguntado por Efe sobre el 23F, antes de rectificar y responder que cree que ocurrió un golpe de Estado, sin estar del todo seguro. Su compañera Anianna, de 20 años, sí es consciente de que se produjo un putsch, pero no sabría ofrecer detalles y desconoce si tuvo éxito. «Creo que salió mal», comenta.

Ninguno de ellos conoce la figura del teniente coronel Antonio Tejero, que irrumpió en el Congreso de los Diputados al grito de «¡quieto todo el mundo!». Solo a Lucía, de 17 años, le «suena algo de Tejero», pero reconoce tener dudas acerca de quién organizó el golpe. «Supongo que militares, pero no estoy segura en verdad», contesta. Otros como Rubén, de 18 años, atribuyen el levantamiento fallido al actor Fernando Tejero. La mayoría de los jóvenes entrevistados recuerda que hubo un intento de golpe de Estado, pero no sabe profundizar ni dar más detalles sobre lo que ocurrió en España aquel 23 de febrero de 1981.

El actual sistema educativo español aborda varios milenios de historia universal siguiendo casi siempre un orden cronológico, desde la era del hombre primitivo hasta los conflictos del mundo contemporáneo. Este método plantea un inconveniente para los jóvenes que, al cumplir los 16 años, deciden no cursar bachillerato para buscar trabajo o estudiar otras opciones académicas, pues no logran terminar el temario y dejan atrás capítulos de la historia reciente.

Exceso de temario

El catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid Rafael Feito considera que una posible solución a este problema sería dejar de impartir la asignatura en un orden cronológico y evitar que el exceso de contenido no impida que se estudie el temario más actual. «Sí es verdad que hay una secuencia aparentemente lógica que es empezar desde el principio de los tiempos. Podría ser al revés, empezar desde la historia presente e ir hacia el pasado. Hay tanto contenido que todo lo que aparezca al final, en los últimos temas, no se ve», apunta el catedrático.

A este defecto se suma la sobrecarga de información y el exceso de temario en muchos libros de texto, que provocan que muchos estudiantes terminen la educación obligatoria con conocimientos superficiales, sin haber ahondado en algunos contenidos importantes. «La solución pasa por tratar de profundizar más en lo de ahora. En tener un temario menos extenso y más profundo», y sugirió crear la asignatura «Historia del presente» para enseñar los acontecimientos desde la caída del muro de Berlín.