Casado tacha de «pucherazo» la votación y el PSOE acusa al PP de comprar a los diputados de UPN

R. Gorriarán, P. de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Adriana Lastra
Adriana Lastra Jorge Peteiro

El líder popular considera que Batet podría estar prevaricando. «Ha habido un caso de transfuguismo», denuncia Adriana Lastra

04 feb 2022 . Actualizado a las 20:16 h.

Pablo Casado no está dispuesto a renunciar a un triunfo que el PP acarició. El rechazo del Congreso a la convalidación de la reforma laboral hubiera sido una estocada al Gobierno. El líder de la oposición anunció este viernes que su partido va a ir «hasta el final» para subsanar «el pucherazo» que, a su entender, se perpetró al no permitir la presidenta de la Cámara que su diputado Alberto Casero modificara el sentido de su voto tras un supuesto error informático.

El presidente de los populares elevó el tono de su denuncia durante un acto electoral en Soria, y además del «pucherazo parlamentario» que atribuyó a Meritxell Batet, habló de «atropello democrático», «engaño a los españoles», «ataque a la soberanía nacional», «actuación impropia de una democracia desarrollada». Por todo ello, el PP no va a dejar instancia parlamentaria y judicial sin utilizar para cambiar el resultado de la votación. La reforma laboral fue convalidada con 175 votos a favor y 174 en contra, unas cifras que hubieran invertido si Batet hubiera aceptado que el diputado del PP votara de nuevo. Una actitud que, según Casado, podría desembocar en una querella por prevaricación ante el Supremo contra la presidenta del Congreso.

El líder de los populares cree tener mimbres jurídicos para que su demanda ante el Tribunal Constitucional prospere con los precedentes de una sentencia anterior sobre una votación en el Parlamento vasco y con los acuerdos de la Mesa del Congreso que regulan el voto telemático. Por lo pronto, un juzgado de Madrid ha abierto diligencias tras la denuncia de un ciudadano particular contra la votación del Congreso.

El líder del PP fue la punta de lanza de la ofensiva de su partido. La portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, envió este viernes una carta a Batet para pedir que no se publique en el boletín de las Cortes el resultado de la votación y que tampoco se remita al Boletín Oficial del Estado. Unas horas antes, el propio diputado Casero había entregado otro escrito a la presidenta del Congreso para defender que se había «vulnerado» su derecho al voto y para denunciar que el resultado «no expresa la voluntad popular».

El PP cree a pies juntillas la versión de su diputado a pesar de que los responsables de los servicios informáticos del Congreso descartaron la posibilidad del fallo técnico. Puntualizaron que el sistema está dotado de una salvaguarda de verificación del voto que impide la equivocación. El PP no tiene más remedio que avalar la versión de Casero porque la equivocación humana no tiene recorrido en los tribunales.

Pero se da la circunstancia, además, de que el diputado del PP votó el jueves en contra de las directrices de su grupo en tres ocasiones, no solo con la reforma laboral. Fuentes parlamentarias sin distinción de color político apuntaron que el fallo en las votaciones telemáticas es siempre humano. No hay precedentes en el Congreso de una anomalía informática al emitir el voto.

De hecho, en las 28 votaciones del jueves se registraron doce errores de los diputados que optaron por el voto telemático. Entre ellos, el ministro Alberto Garzón, que erró dos veces, el portavoz de Podemos, Pablo Echenique, otros dos representantes morados y cuatro del PP. Ninguno alegó fallos en el sistema informático. Los servicios jurídicos de la Cámara a su vez recordaron que nunca se ha repetido una votación por el error de un parlamentario al pulsar el botón.

Transfuguismo

Por su parte, el PSOE sostiene sin ambages que Pablo Casado y el secretario general de su partido, Teodoro García Egea, intentaron impedir el jueves la convalidación de la reforma laboral por parte del Congreso del mismo modo que hace poco menos de un año frustraron la moción de censura del PSOE y Ciudadanos en Murcia, «comprando voluntades». La vicesecretaria general de los socialistas, Adriana Lastra, asegura que eso es lo que se hizo con los dos diputados de UPN que, pese a asegurar durante todo el día que serían disciplinados con la decisión tomada por la dirección de su partido, acabaron votando en contra del real decreto ley.

Como prueba de cargo la dirección socialista alega tan solo que «durante todo el día» se pudo ver a Sergio Sayas y Carlos García Adanero junto a diputados del PP y de Vox y que, de hecho, eso ya despertó muchas sospechas. «Por eso nuestros compañeros les dijeron a ambos si iban a mantener sus votos», adujo. La respuesta, según Lastra, fue afirmativa, a pesar de que ambos habían advertido a primera hora de la mañana de que, personalmente, no estaban de acuerdo con el voto favorable acordado la víspera por el presidente de su formación, Javier Esparza, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Llegado el momento, pulsaron el botón del no y solo el error del diputado del PP Alberto Casero impidió que la reforma fuera derogada.

«Aquí lo que ha habido, y que nadie tenga la más mínima duda, es un caso de transfuguismo político, de compra de voluntades por parte del PP y lo único que nos queda por averiguar es el precio que ha pagado», insistió una y otra vez Lastra en una comparecencia en la sede de su partido. «El PP de Casado y de Egea -añadió- es capaz de cualquier cosa con tal de llevar adelante sus pretensiones».

En contra de sus criterios habituales, la dirigente socialista se animó a desvelar algunos de los pormenores de la negociación llevada a cabo con los navarros para asegurarse que, lo que el Gobierno define como «una de las leyes más importantes de la legislatura», no decaía. Los dos votos de UPN eran claves porque, después de que socios habituales como ERC, EH-Bildu y el PNV se enquistaran en el no si el Ejecutivo no se abría a modificar el texto, solo ellos podían evitar con con sí o la abstención el desastre.

Lastra aseguró que Sayas fue el primero con el que contactó su partido para sondear los apoyos a la reforma y que este transmitió que tanto él como Adanero votarían a favor siempre y cuando no se tocara «una coma» del texto acordado con sindicatos y patronal, pero que remitió a Esparza para cerrar la posición. «Es lo que hicimos». «Si siguen los acontecimientos, es claro que el PP conocía de antemano la decisión de los dos diputados de UPN. Nos queda por descubrir el precio que el PP ha pagado, qué les han prometido para comprar la voluntad de estos dos diputados», reiteró.

Justicia divina

Los estrambóticos acontecimientos del jueves han abierto otra guerra sin cuartel entre el PP y el PSOE tanto por el relato como por las cuestiones procedimentales. Unos hablan de «pucherazo» por parte de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, por no haber dejado que Casero votara presencialmente para corregir su voto telemático y los otros de mal perder e incluso de «justicia divina».

Bolaños achacó, de hecho, a la providencia, en una entrevista en Onda Cero, el que pese a las «malas artes» empleadas para tumbar la que calificó como «una de las leyes más importantes de la legislatura», esta saliera adelante. «España -reivindicó? es un país más justo». Lastra, por su parte, pronosticó que el intento de PP y Vox de llevar la votación al Tribunal Constitucional tendrá «poquito recorrido». «Están haciendo una sobreactuación -dijo- para no hablar de lo importante».