Aclamado por los barones, el presidente ha dado los pasos para liderar el PP
27 feb 2022 . Actualizado a las 11:45 h.En la semana larga que termina, Alberto Núñez Feijoo ha dado los pasos necesarios para ponerse al frente del PP. El presidente gallego ha puesto rumbo a Madrid y, salvo giro de última hora, desde allí intentará reflotar el partido de la crisis abierta por el choque entre el todavía máximo dirigente popular, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
El primer paso clave fue su intervención del pasado viernes, un día después de que Ayuso denunciase en público que había sido objeto de una presunta trama de espionaje dirigida desde Génova. Feijoo, con la legitimidad que en el partido le otorgan sus cuatro mayorías absolutas, exigió a Casado que se sentase con Ayuso para buscar una salida, situándose como árbitro del conflicto.
Pero esa misma mañana el presidente del PP había lanzado acusaciones rayanas en la corrupción contra la titular del Gobierno de Madrid. Las palabras de Casado surtieron el efecto contrario, y los acontecimientos se precipitaron. El domingo, miles de personas se manifestaron frente a la sede de Génova para exigir su dimisión. Los cargos del partido que unos días antes habían mostrado su apoyo a Casado empezaron a retirárselo, temían que el PP se desintegrase.
El lunes, la cascada de dimisiones se acentuó y varios dirigentes regionales ya habían mostrado su respaldo a Feijoo, como la presidenta del PP de Asturias, Teresa Mallada. El presidente gallego y Ayuso hicieron esa mañana declaraciones coordinadas. Ella pidió un cambio de rumbo y anunció que no optaría al liderazgo nacional. Feijoo advirtió que la situación del partido era de «colapso», reclamó medidas «urgentes», incluso aunque fuesen «complejas» e instó a Casado a adoptar «la decisión última y asumir su responsabilidad». Una inequívoca exigencia de dimisión.
Los apoyos de los dirigentes territoriales se generalizaron. Casado, que ese lunes parecía dispuesto a resistir, convocó al día siguiente una reunión en Génova con todos ellos. Se celebró el miércoles. Casado citó a Feijoo una hora y media antes que a los demás, reconociendo así su papel protagonista. Antes de entrar en Génova, los dirigentes convocados afirmaron su apoyo al presidente gallego. Pese a la aclamación, Feijoo se mantuvo fiel a su estilo de marcar los tiempos y respetar los plazos, y al terminar el encuentro evitó confirmar si se presentará la congreso extraordinario que se celebrará los días 2 y 3 de abril porque no había sido convocado de forma oficial. Añadió que el partido estaba «normalizado» y que Casado es «un señor de la política» por su decisión de dar un paso atrás.
Desde entonces ha guardado silencio. Sus conselleiros han evitado hacer «futuribles», como los definió Alfonso Rueda, vicepresidente primero de la Xunta, sobre su futuro o la posible reorganización del Gobierno gallego. Miguel Tellado, secretario general del PPdeG, se ciñó a ese discurso, pero este viernes también destacó la gestión de los gobierno de Feijoo en Galicia como un modelo para el PP del futuro, con ejemplos como la bajada de la presión fiscal. Sus palabras parecían anticipar el programa que el líder gallego llevará a Madrid.
El relevo en el PPdeG, pendiente de la convocatoria de un congreso o una decisión del comité ejecutivo
Alberto Núñez Feijoo tendrá que dejar la presidencia del PPdeG si quiere ostentar la del PP nacional, ya que la normativa del partido prohíbe compatibilizar ambos cargos. Por lo tanto, si el líder de los populares decide trasladarse a Madrid será preciso reorganizar la formación en Galicia.
Hay cuatro fórmulas para ese relevo. Una opción es dejar su puesto vacante de forma temporal y que asuman sus funciones el secretario general o los vicesecretarios. Otra alternativa pasa por el nombramiento de una gestora desde Madrid tras destituir a toda la dirección actual. También podría dimitir en el comité ejecutivo y que ese organismo, compuesto por más de 60 personas, todas ellas con peso en la organización, vote a un nuevo presidente entre sus filas. Por último, cabe la posibilidad de convocar un congreso extraordinario, aunque la actual dirección fue elegida hace apenas ocho meses y podría seguir hasta el 2025. Esa fórmula permitiría que se presentase más de una candidatura, lo que abriría la puerta a divisiones.
En el partido ya se están produciendo algunos movimientos entre los partidarios de esa última opción, pero por el momento la dirección del partido no ha anunciado cómo se abordará el asunto. El secretario general, Miguel Tellado, insistió el viernes en que no iba a entrar en «futuribles» cuando el propio Alberto Núñez Feijoo todavía no ha confirmado si optará a la presidencia nacional del partido. Tampoco Feijoo ha tocado el tema durante la última semana, aunque en el pasado sí se refirió en alguna ocasión al modelo que preferiría. En el 2016, en una entrevista con La Voz, señaló que «los liderazgos no se señalan, se ganan».
El PNV anuncia más interlocución si el presidente de la Xunta lidera a los populares
El presidente del EBB, el comité ejecutivo nacional del PNV, Andoni Ortuzar, ha asegurado que su partido mantendrá «una interlocución lo más positiva y colaboradora posible» con Alberto Núñez Feijoo si llega a presidir el PP, y espera que, al no provenir del «centrismo madrileño», sea «más comprensivo» con realidades como la de Euskadi, Cataluña y una parte de Galicia, que «quieren otra forma de Estado», y que se reconozca su «identidad nacional».
También cree que tiene que dejar claro que «no hay relación entre PP y Vox», que en la actualidad «es la mayor amenaza de la política española», según informa Europa Press. Ortuzar señaló también que «en un sistema democrático los partidos son imprescindibles», aunque se trate de formaciones con las que no se está de acuerdo. Por ello, considera que «es bueno que todos los partidos cuenten con unidad y fortaleza, más en estos momentos de zozobra política en el orden interno, y también en el orden y en el plano internacional». «Yo espero que el PP encuentre la solución a los problemas graves que tiene, los de corrupción y de cohesión interna», añadió.