Seis meses de silencio del emérito desde que fue a Sanxenxo, su única visita a España

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

El rey emérito, Juan Carlos I, en su última visita a España.
El rey emérito, Juan Carlos I, en su última visita a España. CAPOTILLO

Desde entonces, Juan Carlos I solo reapareció en público en el funeral de Isabel II y no se ha pronunciado sobre el pódcast de Corinna

23 nov 2022 . Actualizado a las 13:40 h.

La visita que el rey emérito hizo a España hace seis meses ha marcado un antes y un después en su forma de vivir su salida del país a Emiratos Árabes Unidos (EAU) ya que si antes era frecuente que hiciera público su descontento y sus ganas de regresar a través de su círculo más íntimo desde su paso por el Palacio de la Zarzuela se ha impuesto la ley del silencio.

Juan Carlos I regresó a Abu Dabi, donde ha instalado por el momento su residencia permanente, el pasado 24 de mayo. Aterrizó en Vigo y participó en una regata en Sanxenxo con la previsión de regresar en menos de un mes a España para asistir nuevamente a evento parecido, pero esa visita no se produjo y desde entonces tampoco ha trascendido en ningún momento que tenga intención de viajar a España.

Ni siquiera en las últimas semanas y ante la proximidad de una fecha señalada como la Navidad, máxime cuando en años anteriores, sobre todo en el 2020, meses después de trasladarse en agosto a EAU, hizo saber por activa y por pasiva de su deseo de poder pasar las fiestas con la familia en España.

Aunque desde la Casa del Rey no han querido en ningún momento entrar en detalles sobre lo discutido entre Felipe VI y su progenitor en el encuentro privado que mantuvieron el 24 de mayo en Zarzuela, parece que el mensaje de su hijo ha calado en Juan Carlos I. Entonces, Zarzuela indicó que ambos habían tenido ocasión de abordar «cuestiones familiares así como sobre distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española» desde que el emérito se trasladó al país del Golfo, en aparente alusión al malestar en torno a las actividades del antiguo monarca que fueron objeto de investigación judicial.

Malestar

En su comunicado al término de once horas de visita, la Casa del Rey dejó traslucir el malestar por la manera en que había transcurrido la primera visita de Juan Carlos I a España, al que desde que aterrizó en Vigo y durante toda su estancia en Sanxenxo antes de viajar a Madrid le siguió una multitud de medios y cuyos movimientos fueron objeto de gran interés también entre los ciudadanos.

Así, le recordaron que en su carta a Felipe VI de marzo, en la que le trasladó su voluntad de poder viajar puntualmente a España, le había informado de su decisión «de organizar su vida personal y su lugar de residencia en ámbitos de carácter privado» cuando regresara con vistas a poder seguir disfrutando «de la mayor privacidad posible», repitiendo palabra por palabra el contenido de la misiva.

Perfil bajo

Desde entonces, el que fuera rey durante casi cuatro décadas ha mantenido un perfil mucho más bajo del que tuvo en la primera etapa de su exilio en Emiratos, donde tiene como anfitrión al ahora presidente del país, Mohamed bin Zayed, y no se ha dejado ver en público, salvo en una única ocasión.

Esta no fue otra que el funeral de la reina Isabel II. Juan Carlos I fue invitado por la Casa Real británica en su calidad de antiguo jefe de Estado y no declinó la invitación, dado que él y la fallecida eran tataranietos de la reina Victoria de Inglaterra, como también lo es doña Sofía y lo era el Duque de Edimburgo. El emérito se trasladó a Londres por sus propios medios mientras que Felipe VI y la Reina Letizia, al igual que la Reina Sofía, viajaron en un avión oficial. Una vez allí, padre e hijo volvieron a coincidir, aunque sin presencia de la prensa, durante la recepción que ofreció Carlos III en el Palacio de Buckingham la tarde previa al funeral, el 18 de septiembre. En dicho acto también estuvieron la reina Letizia y doña Sofía.

La gran sorpresa fue que los reyes fueran sentados junto a los eméritos en el funeral que se celebró al día siguiente en la Abadía de Westminster, después de que se hubiera dado por hecho de que ambos estarían separados puesto que Felipe VI era un jefe de Estado. Sin embargo, la Casa Real británica hizo imperar la razón de la consanguinidad y ubicó a ambos matrimonios juntos, con la reina Letizia sentada entre Felipe VI y su padre. No obstante, ambas parejas llegaron y se marcharon de la iglesia por separado y en las imágenes de la ceremonia no se vio que intercambiaran impresiones, como sí hizo Juan Carlos I con doña Sofía.

Corinna reaparece

Pero pese a los esfuerzos del emérito por mantener el foco alejado de su persona, con toda probabilidad para rebajar la tensión y propiciar en algún momento su vuelta a España -aunque sea de forma puntual-, su nombre ha vuelto a la palestra en las últimas semanas con motivo de un pódcast, Corinna y el rey en el que la que fuera su pareja cuenta intimidades y distintos momentos de su vida.

El proyecto, que está compuesto por ocho capítulos de los que ya se han publicado cuatro y cuyos productores han asegurado no tener nada que ver con la aristócrata, generó cierta polémica ya que salió a la luz en vísperas de una nueva audiencia en el tribunal de Londres por la demanda civil por acoso y difamación que Corinna presentó contra Juan Carlos I.

En dicha vista, celebrada el 8 de noviembre, los abogados del emérito presentaron los argumentos por los que consideran que debe revocarse la decisión inicial del juez Mathew Nicklin de no reconocer inmunidad ninguna a Juan Carlos I por el presunto acoso denunciado por Corinna, poniendo el foco precisamente en que, si según ella el CNI participó en los hechos por orden del entonces monarca, serían «actos soberanos» e inmunes.

Los abogados de Juan Carlos I han apelado la decisión adoptada el 24 de marzo por el juez Nicklin, el cual determinó que este no puede alegar ninguna inmunidad para evitar las reclamaciones civiles de Larsen. No obstante, solo pueden recurrir los hechos transcurridos entre el 2012 y el 2014, antes de la abdicación. Por el momento no hay fecha para que se conozca la decisión sobre el recurso.

Revelaciones escabrosas

En el pódcast, Corinna ha contado cómo conoció a Juan Carlos I y el proceso de cortejo del monarca hasta que iniciaron una relación sentimental, así como sus estancias en el antiguo pabellón de caza de El Pardo, que ella bautizó como La Casita y el anillo de compromiso que este le regaló.

También ha desvelado que el emérito mantuvo relaciones con otras mujeres mientras estaba con ella así como su tenso primer encuentro con doña Sofía y algunos de los momentos más duros de la vida del emérito, como la muerte accidental de su hermano Alfonso de un disparo y que fue él quien apretó el gatillo.

Asimismo, la empresaria ha desvelado que el emérito volvía de sus viajes «con bolsas llenas de efectivo» que le habían entregado «amigos» y también ha narrado cómo se produjo el accidente en la cacería en Botsuana en el 2012 que marcó un antes y un después en la vida del entonces monarca.

 Según su versión, Juan Carlos I había estado bebiendo con amigos antes de que se produjera la caída que le fracturó la cadera. Cuando se decidió su evacuación en el avión privado de Corinna, no había un plan B por si se complicaba el estado del monarca, que se creía que podía tener una hemorragia interna. Pese a estas revelaciones de la que fuera su pareja, el emérito ha guardado silencio y no ha salido a desmentirla o a matizar lo que esta ha contado.

La aparición del pódcast llevó a Unidas Podemos junto con los independentistas de ERC, Bildu, Junts, el PDECat y la CUP, así como otros socios de investidura como Más País, Compromís y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), a solicitar nuevamente la apertura de una comisión de investigación contra Juan Carlos I que no prosperó este lunes gracias al voto en contra de PSOE, PP y Vox.