Insultos y amenazas a Irene Montero y Pablo Iglesias a su llegada a los juzgados: «Sois unos miserables»

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

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A su llegada, el exvicepresidente ha recalcado que a través de la estrategia «del acoso y la violencia» algunas personas trataron de que dejaran este país y la política

27 may 2024 . Actualizado a las 17:29 h.

El exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y la exministra de Igualdad Irene Montero han sido increpados al grito de «miserables» y «asquerosos» a su llegada este lunes a los juzgados de lo penal de Madrid, donde está previsto el juicio contra el hombre que durante siete meses acosó al matrimonio en su chalé de Galapagar.

Nada más llegar, un grupo de personas han comenzado a insultar y a amenazar a Iglesias y a Montero chillándoles «miserables», «sinvergüenzas», «vende obreros», «asquerosos» y «aprovechados», entre otros improperios.

A su llegada, el exvicepresidente ha recalcado que a través de la estrategia «del acoso y la violencia» trataron que dejaran este país y la política. «Acosaron durante meses a dos ministros de Podemos. Ojalá no haya impunidad y no vuelva a ocurrir. Si fueran ministros del PP y PSOE no hubiera ocurrido», ha dicho.

Montero ha subrayado que Miguel Frontera es «el instigador del acoso que sufrieron durante meses en su propia domicilio». «Es la punta de lanza de una violencia sin precedentes contra una formación política para impedir avances sociales», ha reseñado.

Tras ello, ha recordado que en aquella época había presentadores de televisión que emplazaban a hacer romerías a su casa. «La guerra judicial y mediática siempre ha quedado en la impunidad y esperamos que Miguel Frontera sea condenado», ha señalado. Cuando la pareja ha accedido a los juzgados, se ha producido un fuerte encontronazo con un hombre que les ha increpado.

Pablo Iglesias se ha encarado con él tras una valla. «Asqueroso, asqueroso, desgraciado, que eres un asqueroso», le ha espetado. En un momento de tensión, Irene Montero ha salido del recinto de los juzgados y ha pedido que interviniera la seguridad. Agentes de la Policía Municipal de Madrid se han acercado a la zona ante los incidentes.

El acusado, Miguel Frontera, afronta tres años de prisión por acoso e injurias a la pareja. Según el fiscal, esta actividad provocó una alteración de su vida familiar diaria y de sus actividades «derivada de los ruidos constantes en horarios de descanso de niños de corta edad, así como limitación de movimientos en compañía de los menores por temor a que presenciaran o escucharan expresiones ofensivas para ellos».

Pablo Iglesias: «No podíamos pedir la baja»

Después de los momentos de tensión vividos a su llegada a los juzgados, Pablo Iglesias e Irene Montero relataron en el juicio la situación de «angustia» y «estrés» que soportaban a diario con insultos a diferentes horas del día, lo que no cesó hasta diciembre de 2020 cuando intervino un juzgado.

En su declaración, el exvicepresidente del Gobierno de España ha detallado cómo los incidentes de acoso durante meses a todas horas interfirieron en su vida cotidiana, ya que era una «situación angustiosa» que se producía a diario a las puertas de su domicilio sin que se pudieran pedir la baja por los cargos que ostentaban entonces en plena pandemia del covid.

«Insultaban a cualquier hora. Cualquier desplazamiento con los niños o para sacar a los perros, implicaba una logística desagradable», ha narrado Iglesias, quien ha recordado un incidente que se produjo una tarde al bañar a los niños y ver como una persona estaba subida a una roca grabando.

El expolítico ha señalado que el día de su cumpleaños, el procesado se saltó el perímetro y le dijo: «Felicidades, hijo de puta», extremo que el procesado niega. «Era una situación enormemente desagradable. Difundió vídeos por redes sociales», ha relatado. «¿A usted solo le molestaba que pusieran el himno de España y no la Internacional --himno del Movimiento Obrero--», le ha preguntado en su turno la abogada de Miguel Frontera, la letrada Polonia Castellanos. «¿Tenía usted selección auditiva?», le ha insistido la letrada en su interrogatorio. A ello, Iglesias le ha replicado que no iba a entrar en valoraciones políticas.

El exlíder de Podemos ha reconocido que hubo momentos que sintieron miedo porque un «lobo solitario» pudiera agredirles o incluso atentar contra sus vidas. Además, ha relatado que conocía a Frontera porque era una persona pública y es una persona destacada en el entorno de la extrema derecha.

Por su parte, Irene Montero ha declarado que el acusado «vulneraba a diario la tranquilidad de la familia» y les sometía a una situación de nervios y estrés permanente en una época en al que eran «dos miembros del Gobierno» en plena pandemia y «tenían mucha responsabilidad».

«Frontera recorría el perímetro y mostraba detalles en vídeos. Siempre pensábamos que la cosa podía ir a más. Un día se encaramó a una roca», ha recordado. A veces, iba solo o acompañado con Javier Negre, según ha detallado. «Era un momento de especial vulnerabilidad, de mi dependían por ejemplo las víctimas de violencia de género. Era una situación de nervios y estrés permanente», ha comentado a preguntas de la fiscal.

Polonia Castellanos le ha preguntado por qué dice que esto estaba instigado por «el señor Frontera», a lo que Montero ha contestado que lo dice porque el propio acusado así lo comentaba en sus redes sociales.

El acusado Miguel Frontera a su llegada al juzgado
El acusado Miguel Frontera a su llegada al juzgado Alberto Ortega | EUROPAPRESS

«De guasa, con caceroladas»

En su turno, Miguel Frontera ha negado que fuera la persona que organizó las caceroladas frente a la casa de Iglesias, indicando que llegó a las mismas a los dos meses. «El ideólogo fue Pablo Iglesias cuando pidió caceroladas contra el rey y los vecinos decidieron hacerlo por su hipocresía», ha narrado.

En el mismo lugar pero separados, confluían en aquella época concentraciones de diferentes ideologías. De una parte, ponían la Internacional en megafonía y de otra, el himno de España. «Sus propios simpatizantes nos insultaban y ponían la música a todo trapo», ha dicho. Ha reconocido que en una ocasión exhibió una pancarta que ponía Iglesias, hijo de terrorista, a lo que ha detallado que Iglesias presumía en redes de que «su padre era frapero», que pertenecía al FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota).

Asegura que ponía el himno de España, el Viva España de Manolo Escolar y lanzaba proclamas políticas. «A lo máximo que llegué fue hasta los cubos de basura, donde estaba la Guardia Civil. En su cumpleaños, a unos 200 metros le dije "felicidades", señor Iglesias», ha contado. «Estábamos de guasa y con las caceroladas. El acoso real es el que sufrí yo cuando me pintaron fascista y nazi en mi local y señalaron a mis hijos. He sufrido amenazas de muerte», ha agregado.