Los cuatro heridos en Zamora trataron de huir, pero eligieron la ruta equivocada

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Varios vecinos de Abejera, Zamora, este miércoles luchando como podían contra las llamas.
Varios vecinos de Abejera, Zamora, este miércoles luchando como podían contra las llamas. Susana Vera | REUTERS

Mañueco, sobre el voluntario muerto en León: «Actuaba por su cuenta»

13 ago 2025 . Actualizado a las 22:13 h.

La lucha por la extinción continúa incansablemente en España, pero el fuego insiste y sigue poniendo en jaque a los equipos de emergencias. Este miércoles, bomberos, especialistas y voluntarios intentaban controlar más de 14 frentes, la mayoría en León y Ourense, mientras 8.000 personas aún esperaban para volver a sus casas entre decenas de miles de hectáreas calcinadas.

Las dos autonomías más afectadas —Castilla y León y Galicia— suman al menos 19 heridos, entre quemados con pronóstico grave y personas atendidas por problemas respiratorios. En concreto, de los siete hospitalizados en Zamora, cuatro permanecían este miércoles en estado crítico, según la Junta de la comunidad. Dos vecinos de su pueblo, Abejera, dijeron que tomaron una ruta de evacuación equivocada: «Nosotros salimos por la carretera de arriba y no hubo problemas, pero entre los que se metieron por la de abajo, en dirección Riofrío, que salieron varios coches, uno se prendió fuego».

Además de su relato, en los lugares donde se iba retirando el fuego, entre las cenizas y los escombros emergían historias aterradoras. A la de Mircea —el rumano que murió el lunes en Tres Cantos, intentando rescatar a los caballos del hipódromo en el que trabajaba— se unió este miércoles la de Abel Ramos, el voluntario que perdió la vida luchando contra las llamas del incendio de Molezuelas.

«Era una persona muy querida en toda la comarca, es una gran pérdida para todos nosotros», lamentó el alcalde de La Bañeza (León), Javier Carrera, después de suspender los actos festivos previstos para el miércoles en el municipio. Ramos tenía 35 años, era vicepresidente del Moto Club Bañezano y hace unos días había colaborado en la organización del Gran Premio de Velocidad en la ciudad. Según el presidente de la Junta castellanoleonesa, Alfonso Fernández Mañueco, Ramos y un compañero habían decidido, «con la mejor de las voluntades», realizar trabajos de desbroce para «defender su municipio». Pero el incendio, que a veces es traicionero, «se revolvió contra ellos y los alcanzó». Mañueco negó las declaraciones del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien el martes había afirmado que el bañezano sí estaba integrado en el operativo de extinción.

El mismo fuego que segó la vida de Ramos siguió este miércoles avanzando, alentado por vientos erráticos y una tormenta seca, y llevó al desalojo de 1.300 vecinos más. Situaciones similares, aunque no tan intensas, se vivían en Andalucía, Asturias, Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha y Valencia, y en menor medida en Cataluña y La Rioja. En ese sentido, el Ministerio del Interior aseguró haber desplegado un operativo de 5.000 guardias civiles, más de 350 policías nacionales, medios aéreos del Miteco en seis frentes y mil militares de la UME trabajando sobre siete focos. Además, la propia unidad compartió que otros 2.400 profesionales realizaban tareas de apoyo. Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, en lo que va de año, el fuego ha quemado casi cien mil hectáreas en España, el doble que en los primeros ocho meses del 2024.