La reunión entre Zapatero y Puigdemont concluyó sin avances para atar la legislatura

c. Reino, P. de las Heras BARCELONA, MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras; el presidente del partido, Carles Puigdemont; y el secretario general de la formación, Jordi Turull; en una reunión en Waterloo (Bélgica). Olatz Castrillo efe
La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras; el presidente del partido, Carles Puigdemont; y el secretario general de la formación, Jordi Turull; en una reunión en Waterloo (Bélgica). Olatz Castrillo efe Olatz Castrillo | EFE

Junts mantiene la prórroga a los socialistas a la espera de la negociación de Presupuestos y antes de tomar una decisión en otoño sobre si rompe o no con Sánchez

19 sep 2025 . Actualizado a las 11:24 h.

La última reunión celebrada este jueves entre el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de Junts, Carles Puigdemont, concluyó sin avances, según han coincidido este viernes desde ambas partes.

Con la negociación de los Presupuestos en el horizonte más próximo, las relaciones entre socialistas y junteros se mantienen donde estaban, pendiendo de un hilo, y los independentistas aseguran que sigue vigente la «prórroga» que le concedieron al Gobierno, a la espera de que en otoño «pasen cosas», como dijo Carles Puigdemont, y Junts tome una decisión sobre el futuro de la legislatura. Tras la reunión, «seguimos pero sin avances sustanciales», según fuentes socialistas. El último encuentro no ha cambiado nada, apuntan en la parte nacionalista.

Junts lleva meses advirtiendo a los socialistas de que las negociaciones no van nada bien. La formación nacionalista insiste en que el Gobierno y el PSOE tienen que cumplir los acuerdos suscritos para la investidura de Pedro Sánchez. De lo contrario, no habrá apoyo parlamentario, incluidos los Presupuestos. Más o menos, como hasta la fecha. Esta es la idea que los junteros trasladaron a los socialistas en el último encuentro. Es decir, el catalán tiene que ser reconocido como un idioma oficial en la UE, Puigdemont tiene que ser amnistiado y el Congreso tiene que validar la delegación a la Generalitat de las competencias en inmigración.

El presidente del Gobierno, en la sesión de control en el Congreso del miércoles pasado, se comprometió a cumplir los acuerdos de Bruselas. «Estamos cumpliendo con los acuerdos de Bruselas y con la hoja de ruta marcada con su grupo parlamentario», afirmó. Hasta la fecha, lo único que en Junts reconocen que el PSOE ha cumplido es el compromiso de reunirse una vez al mes más o menos en el marco de la mesa de Suiza con un verificador internacional.

Sobre el reconocimiento del catalán, Sánchez dijo el miércoles que «queda trabajo por hacer». Y sobre la amnistía: «Contamos con el aval del Tribunal Constitucional a la Ley de Amnistía, de la cual se han beneficiado ya más de 690 personas». «¿Cree que podrá seguir gobernando?, le replicó la dirigente nacionalista, que reprochó a los socialistas que estén bloqueando iniciativas de los posconvergentes sobre vivienda, Cercanías, ocupación y lucha contra la multirreincidencia.

 El Gobierno se propone presentar los Presupuestos del 2026, que de aprobarlos podría agotar la legislatura. Los socios, no obstante, se lo van a poner muy difícil. Junts le exige que cumpla los compromisos. El problema es que las tres carpetas que Puigdemont pone sobre la mesa ya no dependen solo del Gobierno. El presidente del Gobierno introdujo ayer en su reunión con el canciller alemán en la Moncloa la reivindicación sobre el catalán, toda vez que Alemania es uno de los estados de la UE más reticentes. Friedrich Merz dio largas y verbalizó sus reservas. «Le he trasladado al canciller nuestro interés, pero esto exige unanimidad en la UE. Llevamos 40 años esperando este momento», afirmó Sánchez. «A medio plazo se podrá resolver gracias a la inteligencia artificial, ya no necesitaremos intérpretes«, replicó el mandatario germano.

Esta es una reclamación muy complicada, como lo es la amnistía. En el entorno de Puigdemont situaban hace meses su regreso para este verano. Luego retrasaron la previsión a final de año. Está por ver. Igual que la delegación de las competencias en inmigración, que llega el martes al Congreso con la amenaza de Podemos de tumbarla.