España reactiva la oficialidad del catalán con urgencia ante la presión de Junts
ESPAÑA
Alemania se abre a negociar una de las principales exigencias de Puigdemont
25 oct 2025 . Actualizado a las 10:45 h.Pedro Sánchez dio este viernes un giro de guion inesperado ante la última amenaza de Junts de dejarlo sin mayoría en el Congreso. Cuando la oficialidad del catalán (y del gallego y vasco) en la UE parecía dormir el sueño de los justos, el presidente del Gobierno se sacó de la manga un acuerdo con Alemania para negociar una de las principales reclamaciones de los independentistas. El texto difundido por la Moncloa no es un sí al reconocimiento de las lenguas cooficiales del Estado, pero va en esa línea: «Nuestros dos gobiernos han acordado hoy abrir un diálogo con el objetivo de encontrar una respuesta a la solicitud española de que sus lenguas oficiales distintas del español sean reconocidas como oficiales en la Unión Europea de forma que sea aceptable para todos los Estados miembros». El documento oficial, firmado por ambos países, añade que «la incorporación de dichas lenguas constituye una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España».
Junts había reclamado a Sánchez su implicación personal ante los socios europeos reticentes a los planes lingüísticos defendidos por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Otra cosa es que el principio de acuerdo con Berlín baste para doblegar al resto del Consejo de Asuntos Generales de la UE, en particular a Francia e Italia, que también han mostrado serias dudas sobre la conveniencia de satisfacer las demandas españolas. Hace poco más de un mes, Sánchez habló del tema con el canciller Friedrich Merz en Madrid, que en rueda de prensa dio carpetazo al asunto con un lacónico «es complicado, cada lengua multiplica la necesidad de traducciones». Con todo, el jefe del Gobierno alemán no cerró la puerta al reconocimiento «a medio plazo» gracias a la inteligencia artificial, «que simplifica el trabajo de los traductores», dijo.
Consulta a las bases
La formación de Carles Puigdemont, que celebrará una reunión extraordinaria de su ejecutiva este lunes en Perpiñán para decidir el futuro de su apoyo al PSOE, mantuvo ayer un silencio sepulcral. En principio, la ruptura, que se daba casi por segura el jueves, será sometida a consulta de la militancia, probablemente a mediados de la semana que viene. Aunque el quiebro de Sánchez puede generar dudas, sobre todo en el sector más pragmático, encabezado por el secretario general, Jordi Turull.
En cualquier caso, en Junts descartan que la ruptura con Sánchez implique ponerse del lado de PP y Vox para finiquitar la legislatura. Si bien algunos dirigentes admiten que una moción de censura de carácter instrumental podría contar con su apoyo, hoy por hoy esta opción no está sobre la mesa. También lo ven así en el Partido Popular, cuya portavoz en el Senado, Alicia García, tildó de «globo sonda» y «política ficción» que su partido esté preparando un pacto con los junteros para echar a los socialistas de la Moncloa.
No es la primera vez que la cúpula de Junts recurre a la militancia para refrendar sus decisiones y sacudir el tablero político, sea el español o el catalán. Ya en octubre del 2022 sometió a las bases la ruptura del gobierno catalán de coalición, presidido por Esquerra. Entonces, el 55 % de los afiliados se pronunció a favor de abandonar a los republicanos, lo que a la postre llevaría a Pere Aragonès a avanzar las elecciones. Apenas un año después, en noviembre del 2023, los militantes acudieron de nuevo a las urnas, esta vez para pronunciarse sobre el pacto de investidura de Pedro Sánchez, que incluía la ley de amnistía y los acuerdos de Bruselas para rehabilitar a los líderes del procés. Este fue avalado por el 86 % de los afiliados.