Saray Pereira, finalista de Gran Hermano: «Viví el bum del concurso, lo disfruté y supe pasar página»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Saray, exconcursante de Gran Hermano
Saray, exconcursante de Gran Hermano

La ferrolana, que se quedó a un paso de ganar la edición disputada hace catorce años, disfruta de su vida como madre y su trabajo en una tienda del centro de la ciudad

18 mar 2023 . Actualizado a las 16:51 h.

El 6 de septiembre se cumplirán catorce años de la entrada de la ferrolana Saray Pereira en la casa de Gran Hermano. «¡Quién me lo iba a decir! ¡Cómo pasa el tiempo!», reconoce. La pareja de concurso que formó con su madre Pilarita Gómez traspasó la pequeña pantalla y dejó huella. Casi una década y media después, ¿qué es de su vida?

Saray debutó en la televisión con 27 años y ahora tiene 40. En este tiempo se convirtió en madre, se casó con un ligue del pasado y trabaja enfocada en el mundo de la moda en una tienda en el centro de Ferrol. Reconoce que la aventura de Gran Hermano llegó en el momento idóneo y supo disfrutarla. «Con la situación que tenía de aquella, soltera, sin hijos... volvería a entrar una y mil veces. Mi ilusión era entrar en Gran Hermano y solo me ha traído cosas buenas», ensalza.

Agradece mucho las muestras de cariño que sigue teniendo. «Me hace mucha ilusión que la gente se siga acordando de mi madre y de mí. Me pasma después de catorce años. Eso es que algo hicimos bien», agradece. Cuando finalizó el concurso se quedó en Madrid a disfrutar del momento pero destaca que hay que saber «pasar etapas». «Hay gente que se queda estancada en eso. Yo viví el bum de Gran Hermano, lo disfruté y supe pasar página, cerrar un libro y abrir otro», valora. Tenía morriña de su Ferrol así que regresó a casa. Desde entonces no le ha faltado trabajo. «A veces te preguntan si es contraproducente el concurso pero, para mí, al contrario. Me benefició», señala.

Y una tarde cuando trabajaba en un céntrico solarium de la ciudad, se fraguó un emotivo reencuentro con Diego, un ligue del pasado que se convertiría en el amor de su vida y el padre de su hijo. «Nos conocíamos de chavalitos, de tontear. Pero nos perdimos de vista diez años. De repente, un día, desde el trabajo, veo que pasa por la calle. Quise salir a hablar con él pero ya no lo encontré. Y a los dos días, ¿no me escribe por el Messenger? ¡Y él no me había visto! Las cosas pasan por algo», valora. Desde entonces ya no se han separado. Han celebrado su boda y tienen a un pequeño de seis años. «Estoy muy feliz y con un niño», agradece.

La misma buenaventura le corre en su vida laboral. Trabaja en la tienda de moda Memories on Wheels, en la calle Real. «Me gusta mucho asesorar, el contacto con la gente y ayudar a sacar lo mejor de cada uno. Y, aún encima, ¡tengo una compañera que es como una hermana!», destaca.

¿Volvería a la televisión? «Fue la experiencia de mi vida, pero cuando entré estaba sola, ahora me podrían hacer daño», valora. Eso sí, tiene la puerta entreabierta con Supervivientes. «Todos los años nos lo plantean, quieren a mi madre allí, pero no puede ahora por salud», comenta.

Concurso de récord

Su paso por la casa de Guadalix fue de récord. «Cuando acabó el concurso Mercedes Milá hizo un programa con los récords, el que más veces había sido nominado, el porcentaje con más votos de expulsión... Y yo en ese momento era la única concursante de Gran Hermano en todo el mundo que no había sido nunca nominada por sus compañeros», recuerda. No obstante, reconoce que le hubiese gustado vivir esa tensión de enfrentarse a una expulsión. «Aunque no teníamos ningún tipo de información del exterior, te daba un poquito de fuerzas porque sabías que si te salvabas alguien había fuera apoyándote», señala.

Recuerda cómo vivió la final de la edición número 11 del reality. «Quedábamos solo Ángel, mi madre y yo. Tenía claro que yo no iba a ganar porque en la anterior eliminación había salido Gerardo muy votado, y sabía que me iba a perjudicar. Lo único que quería era quedar por encima de mi madre. Si a ella la salvaron tantas veces porque la querían mucho, eso quería decir que a mí también», valora. Cree que su secreto para calar fue ser real.

Mantiene muy buena relación con sus excompañeros de experiencia y otros concursantes del reality. «Me tolean la cabeza en el wasap, lo tengo que silenciar. Tenemos un chat de nuestra edición, otro del reencuentro en el que hablo con Ismael Beiro, Marta López, de la que soy muy amiga, con Yola Berrocal, que coincidimos en otro reality, en El Reencuentro», comenta. Con Marta López mantiene una gran amistad. «Cuando quiere desconectar viene aquí a disfrutar. Ya dice, que como buenas playas, Ferroliño», comenta. Pilarita y ella se convirtieron en auténticas embajadoras de la ciudad. «Éramos casi hasta pesadas con el ‘boas noites Ferrol'. Ferrol lo conocieron hasta en Pekín», bromea.

También agradece las muestras de cariño de Mercedes Milá. «Por ejemplo, cuando fallecieron mis abuelos no me faltó un ‘Lo siento'. Estoy de cumpleaños y me felicita. Me pregunta por mi peque, por mi marido, mi madre...», agradece.