El restaurante más madrugador de la ría de Ferrol: «A las 05.30 abrimos y el local trabaja 20 horas al día»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida MUGARDOS / LA VOZ

MUGARDOS

Rebeca Filgueira, dueña con su marido de La Estrella del Muelle, junto a la cocinera Noemi Martínez.
Rebeca Filgueira, dueña con su marido de La Estrella del Muelle, junto a la cocinera Noemi Martínez. JOSE PARDO

La Estrella del Muelle, en Mugardos, triunfa con su pulpo y el «risotto» negro; y planea mantener las reservas solo durante diez minutos para evitar los plantones

02 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la noche aún cerrada, abre a las 05.30 de la mañana el restaurante más madrugador de toda la ría de Ferrol. David Fernández Pereira, su dueño junto a su mujer Rebeca Filgueira Rodríguez, se levanta cada día a las 05.00. Y a las 07.00 ya tiene el establecimiento lleno, en pleno puerto de Mugardos y con el nombre de La Estrella del Muelle. Desde los desayunos hasta las cenas, la cocina no para. De hecho, los fines de semana y durante todo el verano (de junio a octubre) se sirven platos ininterrumpidamente a partir de las 13.00 horas hasta la medianoche: «Aquí te puedes comer unos chipirones a las 18.00 de la tarde». Porque esta Estrella del Muelle brilla sin parar durante casi 20 horas al día.

Con seis trabajadores a turnos, el restaurante abre los fines de semana hasta la 01.00 de la madrugada. Y en verano, algunas madrugadas llegan recogiendo a las 02.00 horas. Rebeca, que también trabaja como peluquera en Ferrol, asegura que «se vive mejor de empleada que de empresaria porque aquí son muchas responsabilidades, pero también es un proyecto personal que avanza y eso te hace feliz». La Estrella del Muelle abrió en 2017, donde antes se ubicaba El Chipi. David se dedica a la hostelería desde antes de los 20 años (ahora va a cumplir 50), y Rebeca (de 47) le ayudó a embarcarse en esta aventura. Él se pone solo al frente del local de 05.00 a 10.00 de la mañana, y después llega otro camarero. David libra por las tardes y Rebeca se encarga de los cierres. Cada amanecer, «aquí desayunan pescadores, trabajadores de Reganosa, las fuerzas de seguridad que andan de patrulla».

A las 05.30 ya hay una clientela fija: «Te sorprendería la gente que hay aquí, desde jubilados a empleados, y cuando vengo a las 08.15 a desayunar con mi hijo está lleno». En cuanto a la cocina, además de la famosa especialidad del pulpo en Mugardos, cuentan con «la comida tradicional de los chipirones, el calamar que se nos da muy bien o el raxo; pero también tenemos cositas diferentes como el risotto negro, el arroz campesino, o el arroz con sepia y langostinos».

Rebeca, en la puerta del restaurante.
Rebeca, en la puerta del restaurante. JOSE PARDO

El pulpo lo preparan de tres maneras: á feira, a la mugardesa y a la plancha. El primero es el más demandado con diferencia «con su típico pimentón», y después se pide a la mugardesa (con el pimiento rojo, el pimiento verde y la cebolla). También arrasan los calamares y ese risotto negro. Rebeca asegura que «antes traíamos mucho pulpo de pescadores cercanos pero cada vez escasea más, es un producto muy demandado y muy caro; en pocos años se ha duplicado el precio en el mercado, te podría decir que en un restaurante no es rentable porque nosotros lógicamente no cobraremos el doble... pero se vende muchísimo». De hecho, los veranos se pasan cocinando pulpo sin parar por las mañanas y por las tardes.

Guerra a los plantones

Los seis trabajadores están contratados durante todo el año, tanto en verano como en invierno. «Estamos muy orgullosos de tener un equipo tan estable, hemos tenido mucha suerte con ellos y llevan años con nosotros», asegura la propietaria de La Estrella del Muelle. En verano hay más movimiento debido al bum turístico. Y en este restaurante también han decidido tomar medidas ante los plantones en las reservas. «Cada vez hay más gente que llama pidiendo una mesa y después no aparece, de momento no cobramos por reserva pero en el futuro no se sabe... a veces hasta llamas pidiendo explicaciones al que te planta y te asegura que él nunca pidió una mesa».

Como medida en este establecimiento hostelero, «vamos a empezar a reservar la mesa solo durante diez minutos, si pasado ese tiempo no llegas, te llamamos y si no vienes pues pasamos al siguiente... pero no podemos perder dinero». Han comprobado que algunos clientes llaman a varios restaurantes reservando y eligen a última hora. «En verano tuvimos suerte, pero en invierno nos fallaron en las juras de bandera», explica Rebeca desde el único local mugardés que abre todo el año.