Pontedeume regulará las viviendas de uso turístico: «Registradas hay 79, pero podrían superar las 200»

ANA F. CUBa PONTEDEUME / LA VOZ

PONTEDEUME

El Concello plantea permitir las VUT en algunas zonas del casco histórico, y fuera de ahí, dejarlo en manos de las comunidades de propietarios
El Concello plantea permitir las VUT en algunas zonas del casco histórico, y fuera de ahí, dejarlo en manos de las comunidades de propietarios CESAR TOIMIL

El Concello encarga un estudio para «hacer aflorar» las VUT ilegales, ordenarlas y restringir su apertura a algunas zonas

22 ene 2025 . Actualizado a las 00:30 h.

En el registro de viviendas de uso turístico (VUT) de la Xunta de Galicia aparecen 79 en el municipio de Pontedeume, pero el Concello sospecha que la cifra real es mucho mayor. «Por la información que nos llega podrían superarse las 200, pero vamos a intentar conocer datos certeros y realistas», señala el alcalde, el socialista Bernardo Fernández. Este es el propósito del estudio que el Ayuntamiento contrató en diciembre, «hacer aflorar» las VUT que operan al margen de la normativa, para «ordenarlas, regularlas y zonificar», es decir, restringir próximas aperturas a determinadas áreas de la localidad.

«Hay lugares del casco histórico que, por las características, con calles muy oscuras, viviendas pequeñas, estrechas y de poca luz, a lo mejor no tienen las condiciones de habitabilidad más cómodas para vivir todo el año, y sí puede tener sentido desarrollar una actividad turística», explica el regidor. Fuera del casco histórico, su intención es «que sean las comunidades de propietarios las que autoricen la implantación de una VUT, como marca la legislación autonómica». La empresa encargada del estudio «realizará un barrido» de todas las plataformas de alquiler de vivienda para localizarlas y ver en qué zonas se concentran.

«Es una oportunidad de negocio para los propietarios», reconoce Fernández, «pero también hay que entender que eso no puede interferir en que la gente pueda arrendar para vivir de forma continuada, sobre todo en Pontedeume (y en toda la comarca), donde estamos perdiendo población, consecuencia, en buena medida, de la falta de vivienda nueva». Atribuye esta situación a las carencias del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) y a la orografía, «que encarece la construcción en la zona urbana».

Bum de rehabilitaciones

El mandatario local también anuncia otras medidas, como modificaciones puntuales del planeamiento urbanístico «para poder habilitar terrenos para vivienda comunitaria [edificios], que mitigue esa falta». Destaca el bum de las rehabilitaciones que ha vivido el casco histórico de Pontedeume desde la pandemia: «Ha sido el incremento más importante en los últimos 25 años, pero la mayoría están vinculadas a negocios».

«Necesitamos una infraestructura para dar servicio a quienes nos visitan, pero eso no puede hacer que dejemos de lado la necesidad de vivienda habitual a lo largo de todo el año para vecinos y personas que quieran vivir aquí. Es la oferta y la demanda. Cuanta menos oferta, más suben los precios, y eso está pasando en Pontedeume e incluso en municipios con menor presión turística. Se trata de intentar que convivan todos los derechos, los de unos a rentabilizar sus propiedades y los de otros a tener una vivienda», razona. El alcalde avanza que en febrero se reunirá con todos los grupos municipales y los responsables del estudio para «tener todas las visiones y que todos conozcan los datos».

Dolores García, de Eume Inmobiliaria, confirma que «los alquileres están peor que nunca, no hay nada para todo el año, todo se alquila para turismo y todo lo que se restaura (en el casco histórico), en manos privadas y con ayudas públicas, se destina a turismo». Advierte, de hecho, del riesgo de «sobredimensionamiento» del sector: «Algunos [hospedajes] ya cierran en invierno y hay que ver dónde están los puestos de trabajo que iban a crear». Sostiene que la suma de VUT y otro tipo de alojamientos ha situado «por las nubes» el precio de los pocos alquileres que quedan para todo el año —«salen a cuentagotas y desaparecen al momento»—.

«Por un apartamento de un dormitorio que estaba a 324 euros al menos van a pagar a partir de febrero 465 —ilustra—. Es alucinante». Defiende la necesidad de las subvenciones, pero reclama «control, porque hay propietarios que al ver la ayuda que recibe el inquilino le suben la renta». Y pide «una reflexión sobre el tipo de pueblo que se quiere»: «Si es totalmente turístico, la gente no podrá vivir aquí, y el que viene de vacaciones no consume como el de todos los días».