De Menorca a Valdoviño para crear una jamonería: «Una pata de ibérico siempre alegra tu hogar»

VALDOVIÑO

Rosela Uría regresó a su tierra donde acaba de abrir Petiscos Ibéricos, también es cortadora profesional en bodas y todo tipo de fiestas; entre sus consejos, «nunca metas un jamón en la nevera»
16 jul 2025 . Actualizado a las 10:56 h.Como un santo al que adorar, la pata de jamón ibérico ocupa los mejores altares en los hogares gallegos. Para los numerosos devotos de este manjar, acaba de abrir una jamonería en Valdoviño. Su emprendedora es Rosela Uría López, nacida en 1981 y criada en estas tierras, que durante diez años vivió en Menorca con su familia y en 2024 regresó para continuar con sus sueños. Petiscos Ibéricos se encuentra en Porta do Sol, en la rotonda que lleva a las playas. Y allí Rosela cuenta con «los mejores jamones del mundo y otros embutidos, que puedes comprar en piezas enteras, cortados al momento o envasados al vacío». Como defensora de su producto, recalca entre risas que «una pata de buen jamón siempre da alegría a tu hogar y vale para todo, significa un momento para compartir con familiares y amigos».
Petiscos Ibéricos abría al público el 2 de julio, con Sela (como la conocen sus amigos) al frente. «Aunque nací en Ferrol me crie con mi familia en A Bedoxa (Sequeiro, Valdoviño) donde recuerdo una infancia muy feliz junto a mis abuelos», explica. Hace diez años se marchó con su marido y sus hijos a Menorca, y allí se formó y trabajó como cortadora de jamón en un supermercado. «Descubrí que me encantaba y al volver a la terriña (que siempre tira) decidí seguir con esa profesión», continúa. Tras dos meses preparando el local, Petiscos ofrece embutidos y jamones ibéricos, desde cebo ibérico a bellota 100 %.
Puede comprarse la pieza entera o loncheada, cortada al momento o envasada al vacío en la cantidad que quiera el cliente. Además, Rosela Uría trabaja como cortadora de jamón por bodas, cumpleaños y todo tipo de celebraciones, «acabo de estar en aniversarios de restaurantes». Los precios van desde los 11 euros por 100 gramos de un César Nieto («jamón 50 % ibérico con cebo de campo») a los 33 euros por 100 gramos de un 5 Jotas o un Joselito («este último fue declarado el mejor jamón del mundo, y lo vendemos en Valdoviño»).
La figura del cortador o cortadora de jamón empieza a convertirse en indispensable para las bodas, justo al lado del pulpeiro: «Cada vez está más de moda, al menos en Menorca no había una boda sin cortador». Reconoce Rosela, entre risas, que «a mí cortar jamón me relaja un montón, cuando se lo contaba a mis compañeros se reían y decían que estaba loca pero es que yo así me olvido de todo».

Meriendas y regalos
Esta emprendedora y su familia viven ahora en Lago, y abre este negocio «aprovechando el tirón turístico del verano, pero contando con abrir todo el año con cajas de cumpleaños, lotes de Navidad y también por Internet». Para la futura temporada, se plantea incorporar quesos o cecinas. De momento, la mayoría de los clientes son vecinos que celebran «que un ibérico cortado por un profesional sabe mucho mejor», pero ya empiezan a llegar los turistas a este local ante la carretera que lleva de Ferrol a Cedeira.
De su infancia en Valdoviño solo puede decir que «fue la mejor, sin móviles y en el campo». Advierte que «la pata de jamón nunca debe conservarse en la nevera, sino a temperatura ambiente». Y celebra que «sirve para todo, para meriendas, para la llegada de invitados o como gran regalo».